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Sociedad

Otra grandeza de Mariló, barrotes para la Pantoja y el duelo Pablo Iglesias-Risto Mejide

Aquí lo hemos repetido mil y una veces y, por lo que parece, tendremos que seguir remando contra viento y marea, aunque nos quedemos al pairo, como el dimisionario Echenique. Mariló Montero es una absoluta incomprendida. Los españoles aún no han entendido su mente infalible, su ironía elegante, su obvia apuesta por el humor, aunque sea negro, y por la permanente provocación. Solo con esos mimbres puede entenderse que la presentadora de Las Mañanas de La 1 soltase su gloriosa frase de esta semana: "La carta de la familia de Asunta la firma un tal Q.D.E.P.".    

Ella se ha quejado en ocasiones de que en cuanto dice algo se convierte en trendig topic, que es la forma moderna de decir que cuando habla sube el pan. Y tiene motivos para quejarse porque hay una suerte de lupa que vigila todas sus palabras y, en cuanto comete algún desbarre, se desatan, furiosas y crecientes, las críticas y hasta los insultos en las redes sociales, en los medios de comunicación y en los sofás de media España. Rápidamente muchos empiezan a preguntarse cómo es posible que esta periodista, reincidente en deslices, conduzca un programa que pagan todos los españoles. Lógico. Ahora bien, aparcado el sarcasmo inicial y teniendo en cuenta que son errores demasiado flagrantes, la pregunta es si estas frases de Mariló tendrían la misma repercusión si las pronunciase otro informador. Es decir, ¿no contribuimos todos a engordar a un personaje televisivo y un caché que, merced a tantos ataques, solo van seguir creciendo y creciendo? Para reflexionar.

Suena la caja registradora solo con dibujarse en la mente esa imagen de Paquirrín y Chabelita llorando en televisión, compungidos, derrotados, hundidos porque su mamá ha sido enchironada

En otro orden de cosas, aún más tenebrosas, resulta que esta semana hemos conocido que Isabel Pantoja, la estrella inigualable de la prensa rosa, la mujer que ha colocado a todos sus hijos en el universo televisivo, puede entrar en prisión en unos días. Es de suponer que en Telecinco transitarán entre la tristeza por verla entre barrotes y la felicidad por solo imaginar a sus vástagos explicando en Sálvame Deluxe todos los pormenores del infierno carcelario de su madre. Suena la caja registradora solo con dibujarse en la mente esa imagen de Paquirrín y Chabelita llorando en televisión, compungidos, derrotados, hundidos porque su mamá ha sido enchironada. ¿Son capaces de vislumbrar ese momento? Solo por eso es casi deseable que la tonadillera entre en la cárcel, aunque solo sea unos días.

Jugosas entrevistas

Como ustedes ya saben, porque les informamos la pasada semana, en la noche de los domingos se libra una curiosa batalla por la audiencia entre Cuatro y La Sexta. Empeñados en despertarse el lunes con la noticia de que han superado en share a su rival, Risto Mejide y Ana Pastor ponen toda la carne en el asador para seducir al público. Y este domingo la cosa promete, porque el pendenciero presentador sienta en su Chester a Pablo Iglesias, el político triunfante en esta absurda democracia mediática. Mientras, la presentadora a quien aspiran a emular todos los imberbes estudiantes de Periodismo, esos pobres diablos sin futuro, entrevista a Artur Mas, el hombre que se volvió separatista por culpa de un borrador policial. Noche de emociones fuertes, por tanto.

Antena 3 prepara ya la serie 'El incidente', protagonizada por Marta Etura, llena de terror psicológico y con una novedosa apuesta narrativa; tiene buena pinta y llegará en unos meses   

Para terminar, una recomendación, aunque no presente sino futura. En un pequeño pueblo ubicado a 1.400 metros de altura ha empezado a grabarse la serie El incidente, que produce Boomerang TV y emitirá Antena 3 dentro de unos meses. Terror psicológico sin frenos con extraños sucesos que golpean a los habitantes de una localidad hasta entonces tranquila. Marta Etura y Miquel Fernández protagonizan esta serie que, según avanzan desde Atresmedia, presenta una apuesta narrativa muy novedosa, con la cámara situada en lugares insólitos. Habrá que verla para valorarla, pero tiene buena pinta. Y eso, en la España decadente de hoy, ya es una barbaridad.

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