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Sociedad

La contaminación atmosférica provoca cada año 16.000 muertes prematuras en España

El Congreso de los Diputados rechazó esta semana una proposición no de ley dirigida a garantizar el cumplimiento de la legislación sobre calidad del aire. Previamente, el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, anunció que revisaría la el Plan de mejora de la calidad del aire (2011) y la Ley de calidad del aire y protección de la atmósfera (2007) para adecuarla a objetivos "más realistas".

Según los datos que ofrecen los equipos de medición de la contaminación atmosférica, España es el único país de la Unión Europea que excede la emisión de tres de los cuatro contaminantes permitidos. Esta observación es más alarmante si se tiene en cuenta que los niveles que marca la legislación europea a través de la directiva 2008/50/CE (que son los mismos que recoge en España el Real Decreto 102/2011) son superiores a los máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud.

Las mediciones reflejan el volumen por metro cúbico de cuatro tipos de elementos contaminantes: partículas en suspensión PM10 (inferiores a 10 micras, que pueden penetrar hasta las vías respiratorias bajas), partículas en suspensión PM2,5 (menores de 2,5 micras, que pueden penetrar hasta las zonas de intercambio de gases del pulmón), dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono troposférico (O3).

La Organización Mundial de la Salud establece para las partículas PM10 un máximo de 20 microgramos por metro cúbico, mientras que la Unión Europea lo eleva a 40 microgramos, el doble. En el caso de las PM2,5, la OMS marca un límite de 10 microgramos por metro cúbico, frente a los 40 de la UE, un 150% más. La diferencia de las dos limitaciones es menor en el caso del O3: 100 microgramos por metro cúbico según la OMS y 120 según Bruselas. El único contaminante en que hay acuerdo es el NO2: ambos ponen el límite en 40 microgramos por metro cuadrado.

A pesar de la notable diferencia entre los límites marcados por la Unión Europea y la Organización Mundial de la Salud, en la revisión de la directiva 2008/50/CE realizada por las instituciones comunitarias se acordó no reducir este límite legal por presiones de los Estados con dificultades para cumplirlo, entre los que se encuentra España.

Aire de mala calidad en la Comunidad de Madrid

A la espera del último informe sobre la calidad del aire en el Estado español, que Ecologistas en Acción elabora cada año desde 2005, los datos de la Comunidad de Madrid (únicos disponibles de 2011) muestran un ligero deterioro de la calidad del aire. Según los datos reflejados en el informe de Ecologistas en Acción, la región volvió a superar los niveles recomendables para la protección de la salud de los ciudadanos durante el pasado año.

La Comunidad de Madrid cuenta con 23 estaciones de medición repartidas por seis zonas. Este entramado no incluye la capital, que dispone de su propia red. Atendiendo a los datos del informe, en 2011 se superaron en la región el límite de ozono y el límite anual de PM10 recomendados por la OMS en todas las estaciones de medición, aunque todas cumplieron con el nivel más elevado que marca la legislación, si bien es cierto que nueve estaciones registraron niveles que superaban el límite dado por la UE para PM10. Otras once respetaron el tope legal, aunque no las recomendaciones de la OMS.

En cuanto al resto de contaminantes, siete de las ocho estaciones de la región que miden las PM25, las más dañinas, superaron los niveles máximos de la OMS. Estas partículas son responsables del aumento de afecciones respiratorias y cardiovasculares y aumentan las probabilidades de sufrir cáncer de pulmón. Además, la Organización Mundial de la Salud estima que la esperanza de vida de los europeos se reduce, de media, 8,6 por la exposición a este contaminante.

Madrid y la alteración de las mediciones

Los datos no son mejores en la capital. Madrid dispone de 24 estaciones, pero ninguna de ellas mide todos los contaminantes indicados por la legislación, según el último informe de Ecologistas en Acción. Además, la red fue remodelada a partir de 2010 por la entonces concejal de Medio Ambiente – ahora alcaldesa – Ana Botella.

Para Ecologistas en Acción, "lo más negativo de la actual red es la desaparición de las estaciones del eje Norte-Sur (Paseo de la Castellana, eje Prado-Recoletos y Paseo de las Delicias), la zona de mayor contaminación de la ciudad según los mapas de isocontaminación del propio Ayuntamiento". Finalmente, se mantuvo la estación de Plaza de Castilla, que el Consistorio también pretendía eliminar en la reestructuración, según la organización.

Por componentes, 19 de las 24 estaciones superan los niveles anuales de dióxido de nitrógeno, situándose también la media de la red por encima del máximo legal. Once de las doce estaciones que miden las partículas en suspensión rebasaron el límite de la OMS, aunque no el legal, al igual que el valor medio para esta categoría. En cuanto al O3, cinco de las 14 estaciones registraron cifras por encima del máximo.

La mayor queja del informe es que la red de medición instalada en la capital es "una red que huye del tráfico". Desde Ecologistas en Acción avisan que la contaminación atmosférica que tienen que soportar los ciudadanos en Madrid "representa un grave problema de salud pública, se pongan donde se pongan las estaciones, y no hay manera de esconderla".

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