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Sociedad

Los médicos de La Princesa se rebelan ante la 'desaparición' de su hospital

El personal sanitario de La Princesa protesta en plena calle Diego de León

Según la información de la que disponen los médicos y el resto del personal sanitario del hospital de La Princesa (que hasta ahora es escasa), en el centro desaparecerían a partir del próximo año todos los servicios de enfermedades médicas y quirúrgicas, incluyendo la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), la Unidad Coronaria y la Unidad de Ictus. A esto habría que añadir la desaparición de la propia urgencia hospitalaria, quedando el centro como un hospital que ofrecería los servicios médicos y quirúrgicos básicos para pacientes de avanzada edad que ingresarían derivados de otros medios hospitalarios.

Todas estas razones han llevado al personal sanitario de La Princesa a manifestarse. Han cortado la calle de Diego de León (a la altura del número 62), portando una pancarta en la que se podía leer: "Se vende. Tu hospital. Tu dignidad. ¡Tu Sanidad!". Lo que hizo saltar las alarmas fue la rueda de prensa que ofreció ayer el flamante presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, donde presentó los presupuestos y reveló que no va a quedar ni un solo hospital de gestión pública. Uno de los más afectados por estas medidas es el de La Princesa, que cuenta con cerca de 40 especialidades y que pretenden especializarlo únicamente en geriatría. Lo que implica que sus miles de pacientes tendrán que cambiar de hospital.

José Curbelo, médico residente de medicina interna, explica que lo que han decidido desde la Comunidad de Madrid es "que el hospital sea de agudos crónicos". Con estas acciones "van a desmantelar servicios quirúrgicos, la Urgencia, la UCI, la Unidad de Reanimación", agrega. Y coindice en estas declaraciones el médico de urgencias de medicina interna Daniel Mesado.

"Se vende. Tu hospital. Tu dignidad. ¡Tu Sanidad!

Ignacio González quiere convertir esta institución en un "centro de atención especializado para personas mayores" señala Curbelo. Que no se explica cómo es posible que la Comunidad de Madrid haya invertido dinero en la Unidad de Reanimación del Hospital y en los trasplantes "si sólo van a llegar ancianos al hospital y todo eso no se va a usar". "Probablemente este hospital deje de ser universitario" explica Curbelo con un deje de tristeza en la voz.

Ana Fernández, residente de reumatología, subraya que el de La Princesa "fue el octavo centro de investigación y ahora va a desaparecer". "Van a desaparecer servicios de referencia a nivel nacional como hematología o reumatología. La Unidad de Ictus también dejará de existir. Esto se convierte en una enorme cantidad de dinero tirado a la basura", se queja amargamente. Y finaliza: "la gente colapsará los hospitales y a nosotros nos lo quitan todo".

De Diego de León, a la Consejería de Sanidad

Ante las quejas del personal médico conviene saber que actualmente en el hospital de La Princesa no hay "ni un sólo especialista en geriatría ni en cirugía plástica". La situación es preocupante, porque a demás al personal sanitario no se le está informando adecuadamente de los cambios previstos.

Álvaro Ximénez, médico adjunto de neurología, lo grita a los cuatro vientos: "Nos hemos enterado por la prensa y eso es una falacia". La situación es delicada, y ante la desinformación, han decidido trasladar la protesta de Diego de León, a la calle Aduana 29, donde está la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Y donde allí Javier Fernández-Lasquetty tiene previsto dar a conocer de forma más detallada los presupuestos destinados a Sanidad.

Finalmente, Fernández-Lasquetty no ha dado la cara. Y ha sido Antonio Burgueño, Director General de Hospitales de la Consejería de Sanidad de Madrid, quien se ha dirigido a los manifestantes. Según explica Álvaro Ximénez, Burgueño ha demostrado "no tener ni idea de qué va a ocurrir con La Princesa". Sus declaraciones "nos han provocado la risa" continúa Ximénez, porque nos ha explicado que "el hospital se va a transformar, aunque no sabe qué ocurrirá con los estudiantes ni con los residentes". La solución que ha dado Burgueño no puede ser más peregrina: mantener reuniones diarias con los afectados.

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