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Sociedad

¿Era Madrid una ciudad limpia antes de la huelga?

Estado de una calle del madrileño barrio de Bilbao.

Residuos en la vía pública, aceras repletas de hojas, socavones en el asfalto, bolardos dañados, agua putrefacta en los estanques... No es una descripción del caos que ha vivido Madrid durante los 12 días que ha durado la huelga de los servicios de limpieza viaria y jardinería, sino del estado de la capital con anterioridad a los paros. Los sucesivos recortes presupuestarios que comenzaron tímidamente en 2010 con Ruiz-Gallardón en el sillón consistorial, fueron aumentando hasta reducir notablemente los recursos dedicados al mantenimiento de la capital. ¿El resultado? Una ciudad cada vez más deteriorada. 

La situación que vive Madrid no se ha producido de la noche a la mañana. La ciudad no despertó un día ni más sucia ni más degradada que el anterior. Su deterioro actual es consecuencia directa de la reducción de los recursos destinados a su cuidado y la huelga que los madrileños han sufrido estos días no ha hecho más que disparar sus efectos porque, actos vandálicos aparte, de limpiar menos, se ha pasado a no limpiar nada. La intención de las empresas adjudicatarias de los servicios de recortar plantilla -idea finalmente no contemplada en el acuerdo con los sindicatos- no fue una sorpresa. Formaba parte de las previsiones cuando se firmó el nuevo contrato, pero ha sido ahora cuando la bomba le ha explotado en las manos al Ayuntamiento. La Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (Fravm) lleva recogiendo quejas de los madrileños desde mucho antes del estallido de la huelga. 

Madrid está especialmente sucio en verano desde que en 2010 el Ayuntamiento redujo el pago a las contratas a cambio de no cubrir al personal de vacaciones, un 33% de la plantilla

El portavoz de Medio Ambiente de Fravm, Francisco Caño, explica a Vozpópuli cómo la federación se encarga de conocer el estado de todos los barrios y recabar posibles reclamaciones de los vecinos. De hecho -cuenta-, ya han presentado bastantes quejas ante el propio delegado de Medio Ambiente y Movilidad y número dos de Ana Botella en el 'lío' de la huelga, Diego Sanjuanbenito. Por su parte, el secretario general de servicios privados de CCOO, Jesús Ángel Belvis, asegura que llevan denunciando desde 2009 lo deficitario de este servicio. "En las fotos de Madrid previas a la huelga ya se aprecia que era desastroso", afirma. La imagen de abandono de la ciudad tiene su origen -en gran medida- en las reducciones en el presupuesto de limpieza, (unos recortes que suponen ya entre el 20% y el 25%) y la supresión de campañas especiales, como la de la recogida de la hoja, la de la limpieza de Navidad, o la de nieve. En total, el Consistorio ha fulminado 1.200 puestos de trabajo de personal eventual. Hay menos trabajadores, pero las necesidades son las mismas. "Madrid no ha decrecido, sigue teniendo los mismos metros cuadrados", apunta Belvis.

Además, el Consistorio decidió en 2010 reducir el pago a las contratas de limpieza, permitiéndoles a cambio que no cubriesen al personal que en verano disfruta de sus vacaciones -un 33% de la plantilla-, por lo que en los últimos años, Madrid es una ciudad más sucia en la época estival. UPyD denunció cómo estos recortes veraniegos daban lugar a una acumulación de desperdicios dando una imagen de suciedad e insalubridad impropia de la capital de España. “No se vacían con la frecuencia necesaria las papeleras y los contenedores, falla la recogida de excrementos caninos, no se baldean las calles… Parece que el Ayuntamiento decide que en verano puede pasar por alto una de sus competencias ineludibles y básicas”. El cuidado de parques y mobiliario urbano también ha dejado de funcionar, tareas que al igual que las campañas especiales han tenido que asumir los servicios habituales de limpieza. "Este año el tema de los parques ha empeorado espectacularmente. Actualmente existe una degradación tremenda", comentan desde Fravm.

Pero lo peor estaba por llegar y en agosto tuvo lugar el 'palo' final: el nuevo pliego de condiciones. En ese momento se produjeron los primeros despidos, unos 300 trabajadores se fueron a la calle y meses más tarde la idea del ERE tomó forma. Cuentan que "nos han vendido la moto" diciendo que nos íbamos a ahorrar dinero con las nuevas condiciones incluyendo sanciones en caso de que no se cumplieran los términos establecidos, pero esa no es la cuestión: "No queremos sanciones, sino un Madrid limpio". El colectivo, al igual que los sindicatos y los grupos de la oposición coinciden al apuntar que el deber del Gobierno municipal es "exigir el material y personal necesario para asegurar la limpieza de la ciudad". Las nuevas condiciones suprimían también materiales y maquinaria que se compró entre 2008 y 2010. "Esa maquinaria de limpieza que se presentó por las principales zonas de limpieza y de la que tanto presumía Botella se va a pudrir porque no hay obligatoriedad de amortizarla", critica Caño.

El cuidado de parques y mobiliario urbano o el baldeo de calles son otros servicios que se han visto mermados

La Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid conoce muy bien el estado de la capital y asegura que Madrid alcanzó cotas muy aceptables de limpieza entre los años 2000 y 2005, antes de modificarse el antiguo pliego de condiciones. "Íbamos alcanzando muy buenos niveles de ciudadanía y se apostó por grandes campañas, pero vemos que no ha servido de nada". Si los impuestos son más elevados, ¿por qué los servicios son cada vez menos y peores?, se preguntan. "El Ayuntamiento no renuncia a cobrar más a los madrileños cuando la deuda contraída es su problema".

Cuando el afán por ahorrar cegó al Ayuntamiento

La gota que colmó el vaso fue precisamente el ERE de 1.134 personas anunciado por tres de las cuatro contratas, motivo principal por el que los trabajadores recurrieron a la huelga. Los contratos de limpieza no incluían el compromiso por parte de las empresas adjudicatarias de mantener los empleos. Raquel López, concejala del Grupo Municipal de IU-Los Verdes, así lo advirtió, y alertó de los más que posibles despidos en un pleno el 30 de julio de 2013, 48 horas antes de aprobarse el nuevo pliego de condiciones. En ese momento, el responsable de limpieza, Diego Sanjuanbenito, la tachó de agorera menospreciando sus previsiones. "Deje de asustar a los trabajadores, aquí no se va a despedir a nadie", le recriminó desairado el responsable de limpieza de Madrid. La advertencia de la concejala resultó una lectura acertada más que una calumnia.

Se lanzó un mensaje perverso a las empresas: queremos un servicio low cost y esa especie de codicia inversa ha hecho que se le fuera la mano al Ayuntamiento, critica UPyD

Ya por entonces los propios trabajadores también intuían las consecuencias negativas, tanto para el personal y como para la calidad de la limpieza, derivadas de esas nuevas condiciones y se manifestaron en vano antes de aprobarse. El nuevo contrato integral de limpieza y conservación de espacios públicos y zonas verdes que unificaba los 39 anteriores para ahorrar un 10% (un mínimo de 32 millones) obligó a las empresas a hacer considerables descuentos para hacerse con alguno de los seis lotes en juego y el Ayuntamiento de Botella consiguió adjudicar los contratos por debajo del importe inicial de licitación. Según critican los grupos de la oposición, al equipo de Botella le movió un objetivo económico, se olvidó de los recursos y buscó pagar menos a las empresas, a las que se les redujo mucho el margen y cuyas cuentas no salían. "Al valorar excesivamente la oferta económica el Ayuntamiento estaba lanzando un mensaje perverso a las empresas: queremos un servicio low cost", señalan fuentes de UPyD. "El Ayuntamiento de Madrid ha actuado con una especie de codicia inversa, han querido ahorrar y ahorrar y se les ha ido la mano". Para el grupo magenta, la limpieza es una competencia absolutamente básica para la ciudad.

Hay barrios y barrios

Es evidente. El tratamiento en las zonas comerciales y turísticas, "los escaparates de Madrid", no es el mismo que el de otros barrios y de ahí la idea extendida de que la calle Serrano está más limpia que una calle de Usera, por ejemplo. Por norma, y por lógica, se limpian con mayor frecuencia las zonas de mayor tránsito, pero al haberse reducido ciertos servicios -como los motocanes-, los barrios perif

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