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Sociedad

Los ojos de Belén Esteban, una entrevista inolvidable y otra gala de los Goya

Los amigos de Mediaset se han propuesto volvernos locos. Empezamos la semana con la gloriosa noticia de que Telecinco se cargaba, por fin, el inclasificable Abre los ojos. Además, como contábamos aquí la pasada semana, el anterior martes se estrenó en el mismo canal El Príncipe, serie cuya calidad, medios y reparto son obviamente superiores a la media de las ficciones españolas. Nos anunciaban que el próximo lunes se estrenaba la serie de Belén Rueda y que emitirían la última temporada de la serie 24. Parecía que a Paolo Vasile y compañía se les había encendido una luz que avivaba nuestras esperanzas de despedir para siempre tanta chabacanería innecesaria. Pero se conoce que fue un fugaz espejismo...

Y es que solo unas horas después de dejar volar nuestras ilusiones nos hemos enterado, primero atónitos y luego enfurecidos, de la noticia más espantosa posible. Resulta que los directivos del grupo mediático han decidido que Belén Esteban, esa escritora de éxito, tenga un programa propio. Obsceno e insultante, ya lo sé. Para convertir el agravio en escarnio, los gurús de la televisión de entretenimiento ("Hacemos un tele colorida") han decidido situar este espacio, por cierto llamado Los ojos de Belén, en la noche de los martes, justo después de la mencionada El Príncipe. ¿Es que no pueden separar ni un momento los contenidos encomiables de los cutres? ¿Es que quieren torturarnos un poco más como si con Sálvame y todos los Sálvame llamados de otra forma no tuviéramos suficiente? ¿Es que han perdido el juicio o nos lo quieren hacer perder? ¿O es que, sencillamente, la cabra tira al monte? En fin, ellos sabrán por qué lo hacen. Las consecuencias son para quienes decidan ver semejante invento.

Las explicaciones de Ortega Lara sobre su calvario estremecían pero eran esclarecedoras

Al César lo que es del César, en todo caso. Aunque el recién fulminado Abre los ojos no pasará a la historia de nuestra televisión y aquí ha recibido estopa a menudo, hay que elogiar una entrevista que emitió en su penúltima edición, el pasado sábado. El periodista Alfonso Merlos preguntó con certeza al exfuncionario de Prisiones y ahora político de Vox José Antonio Ortega Lara. Estremecía escuchar las explicaciones de este hombre que, contra sus deseos, siempre será recordado por haber estado secuestrado por ETA durante 532 días. Los detalles de su calvario evidencian mejor que cualquier película o documental qué debería ser el traído y llevado "relato" sobre el terrorismo. Yo la pondría en las escuelas para hacer pedagogía. La entrevista fue, para mí, durísima, vibrante, esclarecedora, imborrable. Si no la vieron, búsquenla en youtube. Me lo agradecerán.

La fiesta del cine español, en TVE

Cambio de tercio obligado porque este domingo se celebra nuestra imitación de los Oscar. La gala de los Goya es tan previsible y aburrida como el juego del Barça. Unos cuantos chistes convenientemente ideologizados para tener contento al auditorio, premios insustanciales, lágrimas fáciles y venganzas en forma de "sé que tu trabajo es mejor, pero voto a otro por aquello que me hiciste". Ver esta ceremonia por televisión es un verdadero suplicio y no le arrendamos la ganancia a Carlos del Amor, encargado de narrarla para TVE. Aprovecho, por cierto, para exigir humildemente que Marian Álvarez reciba el Goya de Mejor Actriz por su trabajo en La herida. ¿Pronósticos? Sospecho que al bueno de Álex de la Iglesia no le van a premiar la originalísima, surreal y demasiado larga Las brujas de Zugarramurdi porque no le perdonan sus coqueteos con los piratas de internet. Atentos también a posibles premios a Caníbal y 15 años y un día... Y me juego un euro a que aparecen consignas contra la ley del aborto de Gallardón...

Cuatro ofrece un par de películas que fueron premiadas precisamente por abandonar los clichés de las cintas patrias

Lo mejor de los Goya, de hecho, es que en los días precedentes las cadenas suelen volcarse en ofrecer películas galardonadas en el pasado. Eso van a hacer la propia tele pública y Cuatro. Esta última ofrece este sábado por la noche dos cintas que triunfaron precisamente por abandonar, una más que la otra, los clichés y temas habituales de las películas patrias. Me refiero a Celda 211 y El laberinto del Fauno (esta última es distinta por su toque fantástico, aunque también se centra en la Guerra Civil, como las tres cuartas partes de las películas producidas aquí). El ministro Wert ha anunciado que no va a acudir al evento. Todos contentos. Ellos no le quieren allí. Y él se ahorra los abucheos. Mejor evitar situaciones grotescas. Si en nuestros canales se actuase con la misma lógica, seríamos menos desdichados.

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