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Prisa y Facebook silencian al Tribunal de Cuentas su relación con Podemos

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, en una entrevista en la cadena Ser.

El último informe del Tribunal de Cuentas sobre la contabilidad electoral de los partidos en las generales del 26 de junio de 2016 recoge un hecho llamativo: dos gigantes de la comunicación, el grupo Prisa y la tecnológica Facebook, incumplieron como "terceros" la normativa vigente al no informar al órgano fiscalizador de que tuvieron una relación contractual con Podemos por encima de los 10.000 euros. 

En concreto, el informe, aprobado por el Pleno el 30 de marzo y difundido el pasado lunes, especifica que "se han identificado dos proveedores por prestación de servicios o adquisición de bienes, con una facturación total de 54.466,65 euros, que no han informado al Tribunal de Cuentas, incumpliendo lo contemplado en el artículo 133.5 de la Loreg".

Tales proveedores son Prisa Brand Solutions SL, la división del holding multimedia que comercializa la publicidad del grupo, y Facebook Ireland Limited, gestor de la conocida red social. La primera de estas firmas facturó a Podemos en concepto de publicidad un importe de 36.058 euros, mientras que la segunda hizo lo propio por 18.408,65 euros.

El artículo 133.5 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg) establece que "deben informar al Tribunal de Cuentas las empresas que hubieren facturado con aquellos partidos y asociaciones mencionados en el párrafo primero, por gastos electorales superiores a 10.000 euros".

Según este redactado, que es el vigente, dicha comunicación corresponde a la firma contratada y no al partido político. No obstante, el órgano fiscalizador recoge entre las recomendaciones de su último informe que "sería conveniente que las formaciones políticas indicaran a las empresas que les hayan facturado un importe superior a 10.000 euros por operaciones de campaña electoral que aporten al Tribunal de Cuentas la información que deben facilitarle, dentro del plazo límite del que disponen dichas formaciones para presentar la contabilidad electoral, de forma que se garantice su disponibilidad en tiempo oportuno para la fiscalización". Ese plazo, según la Loreg, abarca "entre los cien y los ciento veinticinco días posteriores a las elecciones".

Con todo, según fuentes de la dirección de Podemos consultadas por Vozpópuli, el partido morado advirtió a ambos proveedores que debía dar cuenta de su relación contractual al Tribunal de Cuentas. Además, precisan las mismas fuentes, la formación de Pablo Iglesias lo hizo "a iniciativa propia", pues la ley electoral no les obliga a ello. De esta forma, incluso se adelantaron a la recomendación que ha realizado ahora la institución presidida por Ramón Álvarez de Miranda. El tribunal determina que las irregularidades detectadas en la contabilidad de Podemos, que acabó la campaña del 26-J debiendo a proveedores un total de 566.165 euros, "no afectan a su derecho a recibir las correspondientes subvenciones".

Fuentes de la dirección de Podemos afirman que avisaron a estos proveedores "a iniciativa propia", adelantándose a la recomendación del Tribunal de Cuentas

Este diario también se puso en contacto con el departamento de Comunicación del grupo Prisa para conocer por qué no informaron de ello al Tribunal de Cuentas. Sin embargo, desde dicho departamento no entraron en detalle alguno y se limitaron a destacar que "Prisa cumple siempre sus compromisos" con las instituciones en este tipo de trámites.

Por aquel entonces, en la recta final del 26-J, la tensión entre Podemos y el grupo Prisa todavía no había alcanzado sus cuotas máximas. Es cierto que Pablo Iglesias había cuestionado en varias ocasiones al presidente Ejecutivo del holding, Juan Luis Cebrián, por los editoriales contrarios a un pacto de gobierno entre PSOE y Podemos ("Entiendo que Juan Luis Cebrián marque las líneas del PSOE, pero no voy a permitir que nadie marque las nuestras", declaró Iglesias en La Sexta en febrero de 2016). Pero, más allá de estas fricciones, el choque de trenes estaba aún lejano.

No fue hasta otoño, a raíz del boicot a un acto de Felipe González y Juan Luis Cebrián en la Universidad Autónoma de Madrid, cuando el enfrentamiento se recrudeció. "El incidente (por el boicot en la UAM) se produce tras una campaña sostenida durante semanas por el líder de Podemos, Pablo Iglesias, en la que ha acusado a González y Cebrián de ser el origen de las presiones para que el PP siga al frente del Gobierno", recogió el diario El País en su crónica del 16 de octubre sobre aquel episodio.

"Máquina del fango"

Poco después, la Cadena Ser -emisora de Prisa- reveló que el portavoz de Podemos en el Senado y entonces candidato pablista a la dirección del partido en la Comunidad de Madrid, Ramón Espinar, había ganado 20.000 euros con la venta de un piso de protección oficial. Esta noticia incrementó aún más las hostilidades. De hecho, Iglesias y su núcleo duro hablaron repetidamente de "máquina del fango" para referirse a las publicaciones de Prisa.

Ya en el presente año, después de la batalla de Vistalegre II, Podemos ha incluido a la compañía de Cebrián en la red de poderes fácticos que ha calificado como "la trama" y que, a su juicio, se trata de una "minoría privilegiada, que ha secuestrado para sus intereses las instituciones, que son las que deben garantizar los derechos de la mayoría".

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