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España

La batalla legal por Kukuxumusu: ¿A quién pertenece el toro Testis?

El fundador de Kukuxumusu, Mikel Urmeneta, este jueves en el Palacio de Justicia de Navarra.

Además de ser uno de los puntos más transitados de una ciudad célebre por sus fiestas, la calle Estafeta se ha convertido en los últimos meses en el escenario de una cruenta batalla. Lo que antes era el terreno de juego de Kukuxumusu, la marca de nombre impronunciable que internacionalizó los Sanfermines a través de camisetas y tazas del encierro, ha acabado mutando en un escenario embarrado por las acusaciones.

Los protagonistas: el creador del toro Testis, Mikel Urmeneta, y el actual propietario y accionista mayoritario de la empresa navarra, Ricardo Bermejo, que desde hace poco más de un año se enfrentan por los derechos de propiedad intelectual de 15.000 dibujos. Y para muestra, un botón: el pasado verano, y sólo 200 metros más adelante del local de Kukuxumusu en Estafeta, el creador de la compañía navarra instaló un local provisional de su nueva empresa, Katuki Saguyaki. Toda una metáfora del enfrentamiento en el que se han sumido los trabajadores de ambas partes, que hasta hace apenas dos años formaban un único equipo.

-El hecho de instalar la tienda a 200 metros de la de Kukuxumusu ha podido entenderse como una provocación…

-Es una tienda que abrimos en San Fermín. La calle Estafeta es por donde pasa todo el turismo y es donde se tiene que abrir una tienda de souvenirs.

Urmeneta, fundador de la marca, se muestra seguro pese a los vaivenes judiciales. Con su particular tono desenfadado, explica que, tras muchos meses de espera y reproches cruzados, está deseando "meterse en el ajo" para "solucionar las cosas". La cuenta atrás ya se ha iniciado: este jueves se celebró la vista oral en la que ambas partes pudieron presentar su argumentario. El origen de la disputa era una demanda presentada por el nuevo accionista mayoritario de la empresa por la comercialización de dibujos a través de la nueva marca de Urmeneta, dibujos que consideraba copias de creaciones propiedad de Kukuxumusu. 

Los desencuentros comenzaron en 2014, cuando la crisis económica empeoró los resultados de la firma de la pulga y Urmeneta vendió el 66% del accionariado al diseñador y empresario navarro Ricardo Bermejo. Tras diversas disputas sobre la gestión de la marca y de su filosofía, el fundador y el nuevo propietario rompieron su relación. Mientras que Urmeneta aseguraba haber sido apartado de su propia empresa, Bermejo negaba haberle despedido y denunciaba su elevado salario como director creativo, "sin aportar apenas" a Kukuxumusu. El desenlace fue traumático: la salida de Urmeneta provocó la marcha de otros cuatro veteranos dibujantes, que fundaron una nueva marca y acabaron recibiendo una demanda por haber copiado presuntamente dibujos cedidos al nuevo propietario, un catálogo que contiene más de 15.000 creaciones.

Urmeneta asegura haber sido apartado de su propia empresa, pero Bermejo niega haberle despedido. El desencuentro ha desembocado en una demanda por la comercialización de dibujos que son propiedad de Kukuxumusu

En junio de 2016, y a través de un auto cautelar, se requisaron los dibujos que Katuki Saguyaki -que significa 'carne de gato, manjar de ratón' en japonés y euskera- estaba comercializando. Aunque Urmeneta y su equipo recurrieron el auto, la Audiencia Provincial de Navarra volvió a dar la razón a Kukuxumusu unas semanas más tarde. 

"Duele que esto se haya planteado como una batalla entre Mikel y Ricardo, porque algunos llevamos 14 años trabajando aquí y también hemos tratado con él durante este tiempo", confiesa el director de Comunicación de Kukuxumusu, Pedro Balboa, que también asegura que Bermejo prefiere no pronunciarse sobre el caso hasta que haya una sentencia firme. 

Para Urmeneta, la demanda es "totalmente kafkiana y absurda", en especial en el caso de diseños como el del toro Testis, que el dibujante asegura haber creado en el instituto. "En 1984 ya sale publicado un toro muy similar en el boletín municipal del Ayuntamiento de Pamplona y lo uso en diversos dibujos de los años 80. Luego ya se da a conocer de forma popular con el cartel que hago en 1990 para San Fermín", defiende.

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Tras la vista oral de este jueves, los trabajadores de la empresa -que acudieron al Palacio de Justicia de Pamplona para arropar al actual propietario- emitieron un comunicado en el que reivindicaban su "papel protagonista" en el desarrollo de la marca. Para los empleados de la marca, existe "una creencia instalada en una parte de la opinión pública por la que Mikel Urmeneta ha sido la única persona que ha contribuido al progreso y consolidación de la empresa". 

"Aquí sigue habiendo dibujantes en la plantilla, sigue habiendo creatividad, imaginación e ideas", defendieron. Balboa refuerza esta visión: "Esto sigue sin Mikel. Aquí también hay dibujantes, no todos se han marchado. Tenemos un proyecto y estamos unidos".

Ricardo Bermejo (d) y Mikel Urmeneta (i) en la vista oral celebrada este jueves.

El fundador de Kukuxumusu tiene, no obstante, una percepción bien distinta. Asegura que los cinco dibujantes que forman parte de Katuki Sagusaki han elaborado "prácticamente el 100% de los dibujos de toda la historia de Kukuxumusu". "Nuestro chorro creativo es tan amplio que estamos realizando dibujos que nunca han aparecido antes", concreta.

Una situación inédita

Aunque el fallo en torno a esta cuestión se emitirá en uno o dos meses, se prevé que el periplo judicial se extienda durante mucho más tiempo. Y no sólo porque cualquiera de las dos partes vaya a recurrir un hipotético fallo en su contra, sino porque el propio Urmeneta prepara ya una demanda contra Kukuxumusu por plagio y violación de los derechos de propiedad intelectual, según ha adelantado el dibujante a Vozpópuli.

Decidan lo que decidan los tribunales, se trata de una situación inédita que sentará precedente judicial. "Estamos jugando con dos normativas: por un lado está la concerniente a la propiedad intelectual, y por otro, la relativa a los diseños. Las ideas no se pueden registrar: lo único que puedes registrar son plasmaciones de esa idea. Eso implica que los dibujos que ha hecho Urmeneta cuando estaba trabajando en Kukuxumusu sí son de la empresa, pero en este pleito se tratan los diseños que ha hecho fuera de ella. Son unos dibujos muy característicos y todo el mundo tiene ligada la imagen de esos dibujos a Kukuxumusu, lo que provoca que la decisión sea muy compleja", explica José Leandro Núñez, abogado del bufete Audens y experto en temas de propiedad intelectual.

"Todo el mundo tiene ligada la imagen de esos dibujos a Kukuxumusu, lo que provoca que la decisión sea muy compleja"

Para Núñez, cualquiera de las dos partes tiene papeletas para ganar este asalto. Si se tiene en cuenta, por un lado, la lógica en la que se basa la propiedad intelectual en España, se debe proteger la forma en la que un artista expresa su personalidad a través de su trabajo. Pero desde un punto de vista empresarial, detalla el abogado, "si los dibujos que Urmeneta hace se parecen mucho a los que hacía antes en Kukuxumusu, los consumidores pueden pensar que están comprando productos de esa firma y no de la marca nueva". 

"Aquí no se habla solo de propiedad intelectual, sino de competencia desleal, que prohíbe la realización de imitaciones. También puede haber problemas con el diseño y hay que tener en cuenta que el derecho moral del autor es intransferible en España. Por eso, si modificas los dibujos originales, se puede entender que estás dañando la integridad de su obra", apostilla Núñez para dejar clara la complejidad del caso.

A vueltas con el euskera

Más allá del conflicto empresarial, el factor ideológico también jugó y juega un papel destacado en los desencuentros entre Bermejo y Urmeneta. El artista desembarcó en el accionariado de Kukuxumusu tras trabajar durante más de una década en la gestión de la imagen de la CAN (ahora Banca Cívica y propiedad de CaixaBank), una entidad involucrada en diversos escándalos políticos y de gestión durante la crisis económica. 

El creador de la marca de la pulga cree que la ruptura entre ambos se produjo porque Bermejo llegó a la empresa "como un elefante en una cacharrería". "Previo a las firmas se mostró de acuerdo en todo, abierto a mamar la filosofía y el origen de la marca, pero desde el minuto uno intentó dejar su huella de identidad. Es como si se hubiese comprado un juguete y no quisiera leer las instrucciones, teniéndome a mí y a la gente que lleva mucho tiempo en la empresa explicándole cuál es su filosofía", detalla. 

Urmeneta asegura que Bermejo propuso eliminar el euskera en distintas áreas de la compañía. La empresa lo niega: "Sigue existiendo una política de sensibilidad con este idioma"

En una sociedad en la que el debate en torno al euskera se realiza muy a menudo en términos ideológicos, la relación de Kukuxumusu con este idioma también generó desencuentros entre ambas partes. "Al llegar, Ricardo hizo un análisis de cuál era nuestra forma de comunicarnos, que era bilingüe, y propuso eliminar el euskera de distintos sitios", defiende Urmeneta.

Su versión, sin embargo, choca frontalmente con la del actual propietario de la empresa. "Eso es falso y no se sostiene. La política lingüística y de sensibilidad con el euskera existía y sigue existiendo. Sigue siendo una lengua importante para nosotros", asegura. Y lo cierto es que, entre otras cosas, la página web de la firma sigue estando disponible en este idioma.

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