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Moncloa toma las riendas de la crisis boliviana tras el 'caso Repsol'

La expropiación a Red Eléctrica (REE) en Bolivia es otra cosa. Nada que ver con YPF. Es el mensaje que traslada el Gobierno desde que el presidente boliviano, Evo Morales, anunció anteayer la nacionalización de Transportadora de Electricidad (TDE), la filial de REE en ese país. Desde el primer momento, y para evitar los errores de coordinación que siguieron a la nacionalización de YPF por parte de Argentina, Moncloa ha tomado las riendas de la situación y ha decidido centralizar toda la información sobre este asunto. En el recuerdo están las reacciones de los ministerios de Exteriores e Industria a la decisión de Cristina Kirchner, con amenazas de "medidas contundentes" que luego no se concretaron.

Aunque no oculta su disgusto con un episodio que hace temer por la seguridad jurídica de las empresas españolas en Latinoamérica, fuentes del Ejecutivo insisten en que, pese a los evidentes paralelismos, hay diferencias importantes entre TDE e YPF. En primer lugar, porque Bolivia "se ha comprometido a pagar un justiprecio", como ayer recordó desde Bruselas el ministro de Economía, Luis de Guindos, en la primera declaración oficial de un miembro del Gobierno sobre este asunto.

Además, añaden las fuentes consultadas, la expropiación a REE se ha basado en un cambio en la Constitución boliviana (para expropiar YPF se redactó un decreto ad hoc) y se ha nacionalizado toda la compañía, no la participación de un único accionista (como pasó con Repsol en Argentina). El Gobierno español fue avisado con alguna antelación (tres horas) y la dimensión económica de la filial de REE no es comparable con la de YPF, insisten desde el Gobierno, que rechaza que se establezcan "paralelismos automáticos" entre YPF y TDE.

El Ejecutivo, añaden las fuentes, actuará "en la medida de sus posibilidades" con el fin de lograr una compensación justa para REE, y "llegará hasta donde quiera llegar la empresa". La reacción de REE contrasta con la de Repsol. La empresa que desde marzo pasado preside el exsecretario de Estado José Folgado ha optado por un perfil bajo, aunque ayer rebatió las acusaciones de falta de inversión en Bolivia por parte de Morales.

Hubo que esperar hasta ayer a las 9.59 de la mañana para conocer la primera reacción oficial de REE, a través de un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), casi una hora después del arranque de la sesión bursátil. Entre los accionistas de REE (controlada por el Estado a través de la SEPI, que tiene un 20%), algunos accionistas echan de menos una reacción algo más contundente de Folgado.

El sorprendente anuncio de Evo Morales, en mitad de un largo puente, ha pillado con el pie cambiado al Ejecutivo, a REE y a alguno que pasaba por allí, como el presidente de Repsol, Antonio Brufau, que el martes asistió a la inauguración de la ampliación de un campo de gas en Bolivia junto a Morales, pocas horas después de que éste anunciara la expropiación en un acto para celebrar el Primero de Mayo.

Desde hace días, estaba previsto que, en el marco de la visita a esa planta, Brufau, Morales y otros directivos de Repsol jugaran un partido amistoso de fútbol para celebrar la ampliación de la instalación, cuya producción extra se destinará a Argentina. Finalmente, el encuentro no se disputó, porque el anuncio de expropiación demoró la llegada de Morales, que intercambió elogios mutuos con Brufau.

De momento, no hay cambios en la agenda oficial del Gobierno, que mantiene la visita programada a Bolivia, la próxima semana, del secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Jesús Gracia.

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