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El museo Thyssen acoge la primera retrospectiva de Marc Chagall en España

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Vino del frío cargado de animales fantásticos y cielos rojos. Un joven judío. Dotado de una rara sensibilidad capaz de liberarlo de la planicie de las vanguardias. Marc Chagall (Vitebsk,1887-Saint-Paul de Vence, 1985) no fue un surrealista a secas. En él se mezclaba la fuerza del fauvismo, la potencia del expresionismo, el orfismo de Robert Delaunay y la composición cubista de Cézanne. Tuvo sus desavenencias con un Málevich que todavía no había descubierto las arbitrariedades bolcheviques y pudo preciarse de ser un hombre casi centenario

La primera retrospectiva que sobre este artista ruso se organiza en España se presenta el 14 de febrero en el Museo Thyssen-Bornemisza y en la Fundación Caja Madrid. Más de 150 obras procedentes de colecciones e instituciones públicas y privadas de todo el mundo, reunidas en ambas sedes, repasan toda la trayectoria de uno de los artistas más destacados del siglo XX; un creador singular, con un estilo personal e inconfundible, que ocupa un papel clave en la historia del arte. 

La muestra, que apuesta por un recorrido cronológico, combina lo biográfico con lo pictórico, da cuenta de un Chagall in progress. Desde el joven procedente de la lejana y provinciana ciudad de Vitebsk que viaja por primera vez a París y conoce a pintores como Léger o Modigliani y a poetas como André Salma, Max Jacob y Gaume Apollinaire al creador que, una vez atravesada su etapa berlinesa, rusa y al fin su definitiva vida parisina, se ve obligado a exilarse en Estados Unidos para evitar ser deportado durante la segunda guerra mundial.

El MoMA y el Guggenheim de Nueva York, la Kunsthaus de Zürich, el Kunstmuseum de Berna, el Stedelijk Museum de Amsterdam, el Tel Aviv Museum of Art, la Tate Modern de Londres... y así hasta un total de veinte museos de todo el mundo, junto a un gran número de colecciones particulares, que han cedido para la ocasión piezas fundamentales de sus fondos. Mención especial merecen el Centre Pompidou de París, desde donde han viajado nueve obras, y la propia familia del artista, que ha contribuido al proyecto con un generosísimo préstamo. 

El recorrido de la exposición por las salas del Museo Thyssen y la Fundación Caja Madrid comienza con el capítulo El camino de la poesía, que transcurre desde los incios de su obra en Rusia  y sus primeros años en París hasta su exilio en Estados Unidos, incluyendo la Rusia Revolucionaria y su regreso a Francia en 1920.

Este capítulo incluye los encargos de ilustraciones literarias que Chagall hizo de las fábulas escritas por La Fontaine entre 1668 y 1694, estas en particular fueron un encargo del galerista Ambroise Vollard. Chagall también ilustró obras de Bretón y otros escritores, lo que le hizo merecedor del título de ‘pintor literario’. Dentro de ese conjuntos destacan una serie de gouaches y obras independientes inspirados en temas fantásticos que se desprenden de las serie de La Fontaine, entre ellos  La gata transformada en mujer, El zorro y las uvas, Las dos palomas, El gallo

 De su época parisina pueden apreciarse también piezas como La virgen de la aldea (1938-1941), un óleo de gran formato adquirido por el barón Thyssen en 1965, así como La novia de las dos caras (1927).

En la sede de Caja Madrid, en cambio, el cierre de la muestra está dedicado al capítulo  El gran juego del color, dedicado a la evolución artística de Chagall posterior a 1950 y que incluye piezas dedicadas a los que serán sus temas clave en esa etapa: la biblia, el circo, la escultura y la cerámica.

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