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Merkel exigirá más recortes a la Eurozona gracias a S&P, pero Alemania se financia con tipos negativos

 Las bajadas de rating masivas de Standard & Poor´s del pasado viernes ofrecen más material a Alemania para exigir nuevas imposiciones en materia de austeridad fiscal en la próxima cumbre del Eurogrupo del día 30, aunque precisamente, ese recorte crediticio que deja al bund alemán como único activo libre de riesgo de la Eurozona, al ser la única gran economía que goza de la Triple A, le permite en la actualidad financiarse con tipos de interés negativos. Es decir: Alemania cobra por colocar su deuda, en lugar de pagar.

Numerosos expertos así lo aseguran. Por ejemplo, en Citi, afirman que la canciller germana ya usó el recorte de S&P el pasado fin de semana “para incrementar la presión sobre otros países para que acepten una versión estricta del acuerdo fiscal” acordado en la anterior cumbre del 16 de diciembre. Merkel estaba notando una cierta relajación en los criterios del pacto fiscal y esto le sirve nueva munición.

Está de acuerdo con esta teoría José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, aunque advierte que “no sólo con austeridad se sale”. Merkel está tomando una dirección errónea “porque es necesario implementar medidas que estimulen la economía. Imponer un cumplimiento de déficit tan estricto como el actual para España es asegurarnos la recesión”, comenta.

De momento, el Banco Central Europeo (BCE) tuvo que intervenir para evitar males mayores ayer en el mercado secundario de deuda, facilitando que los bonos españoles recortaran su rentabilidad en todos sus tramos, especialmente los cortos. Pero en los primeros compases de la mañana, el diferencial a 10 años se ensanchaba hasta unos peligrosos 350 puntos. Al cierre, quedó en 342. Con Italia ocurrió más o menos lo mismo.

Casi a cero

Mientras tanto, el bund a tres años está en el 0,23% y, lo que es igual de relevante, el 10 años está en el 1,76%, un tipo que José Luis Martínez, economista jefe de Citigroup en España, considera “flat”, es decir, prácticamente testimonial.

Con este panorama, Alemania, que ya ha cubierto recientemente una subasta de activos a seis meses con tipos negativos, tiene el mejor escenario posible para financiarse, en el que los propios inversores le pagan. Es decir: el tesoro germano emite un bono con un nominal de 110 y una promesa de recompra al vencimiento de 100, “como si cobrara unos gastos de depositaría”, comentaban en mercado.

Así, Alemania pasaría de deudor a acreedor o, al menos, a ser un simple custodio. Un escenario idílico en teoría, aunque no tanto. Por un lado, desde BNP Gestión indican que “no es deseable que esto continúe mucho tiempo, porque desequilibra el mercado monetario. Es preciso que vuelva algo de normalidad, empezando por la reactivación del interbancario”.

En el mismo sentido se manifiesta José Carlos Díez, que dice que Alemania tiene un escenario idílico en cuanto a financiación, ya que ha quedado como único activo deseado por unos inversores que prefieren perder dinero por estar en el bund antes que cualquier otra promesa de rentabilidad, pero “está generando un problema de clientela”.

Aunque la depreciación del euro le está ayudando, “la austeridad fiscal está llevando hacia la recesión y en la principal economía de Europa no debería perder de vista factores como que la venta de coches se ha desplomado en Polonia, por poner un ejemplo. ¿Quién le va a comprar sus exportaciones?" 

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