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Cameron no alcanza un acuerdo con los nacionalistas escoceses en la fecha del referéndum

El primer ministro británico, David Cameron, defendió hoy la "unión" de Gran Bretaña a la vez que ofreció a los nacionalistas escoceses un diálogo para resolver la disputa sobre la celebración de un referéndum de independencia de Escocia. El Gobierno británico y el autónomo de Escocia están enfrentados sobre que institución tiene la potestad para convocar un plebiscito de este tipo, si el Parlamento británico de Westminster o el de Edimburgo, y decidir el calendario y la forma de la consulta.

El primer ministro está a favor de convocar un referéndum en los próximos 18 meses, pero el ministro principal de Escocia, el nacionalista Alex Salmond, quiere retrasarlo hasta 2014. Con esta oferta, Cameron y Salmond se han enzarzado en respectivos argumentos sobre la conveniencia de plantear un debate nacional sobre el futuro de Escocia, región que forma parte del Reino Unido a través de la llamada Acta de Unión de 1707.

En su comparecencia de hoy en la sesión de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes, el conservador Cameron hizo una gran defensa de la "unión" del Reino Unido con Escocia pero reconoció que ha llegado la hora de respetar la voluntad de los escoceses. "Yo creo con pasión en el futuro del Reino Unido. Yo creo con pasión en que somos más fuertes juntos que si estamos separados. Sinceramente, estoy triste de que incluso tengamos este debate porque apoyo firmemente al Reino Unido", dijo Cameron.

"Pero tenemos que respetar el que Escocia haya votado por un partido separatista en las elecciones parlamentarias escocesas, así que está bien aclarar la situación legal del referéndum", agregó. El "premier" insiste en la necesidad de que la consulta se convoque en los próximos 18 meses para poner fin a la incertidumbre sobre este tema porque perjudica la economía escocesa.

El Parlamento de Westminster, el único con autoridad para convocarlo

Según el Gobierno británico, en virtud de la ley de 1998 que dio paso a la autonomía escocesa, es el Parlamento de Westminster el que tiene autoridad para convocar un plebiscito, pues considera que Edimburgo no puede tomar medidas que afecten la situación constitucional del país.

Sin embargo, el SNP argumenta que su mandato surge del apoyo recibido de los escoceses en las elecciones autonómicas. Para poner fin a esta incertidumbre legal, Cameron dijo que quiere que el SNP sea más claro sobre lo que quiere hacer.

"Estoy dispuesto a que el Gobierno del Reino Unido y el Parlamento de Westminster hablen directamente con el Gobierno escocés, el Parlamento escocés y lleguemos a la conclusión sobre el mejor momento y la mejor manera de celebrar un referéndum. Pero seamos claros, pues (el referéndum) tiene que ser legal y tiene que ser decisivo", afirmó.

Salmond considera que las “condiciones” impuestas son el problema

Por su parte, Salmond acusó hoy a Cameron de crear problemas al fijar "condiciones" sobre la consulta y de actuar de manera "thatcheriana", en referencia a la ex primera ministra conservadora Margaret Thatcher, "por su idea de que Londres sabe más y que actúa en favor de nuestros intereses".

El líder escocés acusó a Cameron de utilizar un lenguaje que no ha sido respetuoso hacia la población, pues "el SNP ganó por amplia mayoría en las últimas elecciones" autonómicas del año pasado. Pese a todo, Salmond confió en que el Gobierno central y el autonómico escocés puedan llegar a un acuerdo sobre el referéndum.

"Estoy seguro de que los políticos del norte y del sur de la frontera son capaces de llegar a un acuerdo en algún momento este año que siente las bases para una elección así (referéndum)", dijo. Salmond quiere el referéndum en 2014, cuando se cumplirán 700 años de la Batalla de Bannockburn, una importante victoria escocesa frente a Inglaterra en las guerras de independencia de Escocia.

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