Quantcast

España

La agencia de rating europea será privada y verá la luz en 2012

La idea de dotar a Europa de una agencia de calificación que nivele la balanza dominada por las anglosajonas Fitch, Moody´s y Standard & Poor´s (S&P) va puliéndose lentamente. El trabajo más avanzado lo lleva a cabo la consultora alemana Roland Berger, uno de cuyos responsables, Markus Krall, pasó ayer por Madrid. El motivo de su visita fue explicar a los periodistas el proyecto acuñado por Berger, pero también otro que Krall solo confesó a medias: buscar financiación.

Y es que la consultora germana persigue crear una agencia de rating privada patrocinada por 30 inversores, a razón de 10 millones de euros por cabeza (ergo, contaría con 300 millones en sus inicios) para ver la luz, a más tardar, en el segundo trimestre de 2012. “Actuará sin ánimo de lucro, basándose en la legislación bancaria establecida en Basilea II”, resumió Marcus Krall. “Con ella trataremos de restaurar la verdad sobre los mercados”.

El bosquejo de un cuerpo privado de calificación constituye el triunfo de la vía alemana sobre la francesa. Cuando el Parlamento Europeo reclamó en julio pasado una agencia, los parlamentarios galos abogaron por que ésta fuera pública, mientras que la bancada germana, abanderada por el presidente del Deutsche Bank, Josef Ackermann, apostó por lo contrario. Finalmente se impuso el criterio de Berlín. “El presidente de la Comisión, Durao Barroso, pidió un proyecto que no afectase al erario del contribuyente. Y eso hemos hecho”, recalcó Krall. “Una agencia verdaderamente independiente, libre de presiones estatales, sorteará mejor los conflictos de intereses”.

Recelos parisinos

Cuando se le preguntó que por qué un órgano presidido por un ex asesor de políticos ilustres (como Gerhard Schröder, Edmund Stoiber o, sin ir más lejos, Angela Merkel) y financiado por 30 entidades iba a ser más imparcial, Krall no fue tan meridiano. “Es imposible erradicar todo vestigio de conflicto entre partes”, reconoció. Para mitigar la opacidad, Roland Berger propone un modelo de financiación distinto que necesitará “un cambio en la regulación comunitaria”: se pagará por acceder a la información –“respetando siempre el secreto de mercado”- y no, como ocurre ahora, por ser evaluado.

Los recelos de París se fundan en el fallo técnico que hace dos semanas provocó que S&P degradase la nota de deuda francesa. S&P corrigió el tiro cuando los mercados ya se habían cebado con el país hexagonal.

¿Quién financiará la nueva agencia? La consultora busca la diversidad, y ya ha recorrido varios países y apalabrado a una quincena de inversores –la mitad-, entre ellos Deutsche Bank (Alemania), UniCredit (Italia) o… ¡Morgan Stanley! Esta última no es europea, sino estadounidense. “Es que no aspiramos a que la financien solo agentes europeos”, avanzó Marcus Krall, quien sí aseguró que “Europa será su cuna y su etiqueta”. No se prevé, no obstante, la entrada de ninguna entidad británica. Krall sí señaló que en estos momentos mantienen conversaciones con cuatro compañías españolas.

Donde el directivo de Berger no se anduvo con remilgos fue al referirse a las tres agencias anglosajonas. “Contribuyeron a la burbuja, no midieron el riesgo de los países periféricos, su trabajo llegó tarde y además monopolizan el mercado de calificación crediticia”, enumeró, no sin añadir con una sonrisa plena: “Tengo que decir una cosa en su defensa. Ellas nunca prometieron completa independencia”.  

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.