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España

Olivas abandonará la vicepresidencia de Bankia de "forma inminente"

José Luis Olivas, vicepresidente de Bankia y Banco Financiero y de Ahorro (BFA), matriz de la primera, abandonará la entidad de “forma inminente”, según se reconoce ya en la Torre Kio, tras el desfase de capital descubierto por la inspección del Banco de España en el Banco de Valencia, entidad que presidió hasta el pasado 28 de octubre. Tanto en la entidad como en la Generalitat Valenciana ya se cuenta con la salida de Olivas. De hecho, entre el gobierno valenciano y Génova ya se han cruzado llamadas para concretar la nómina de candidatos que ocupen el sillón que dejará vacante Olivas, como presidente de Bancaja, en Bankia. El nombre que suena con más fuerza es el de Juan Costa, político valenciano amigo de Rodrigo Rato.

En la entidad se da por hecho que Olivas utilizará la fórmula de la dimisión para no lastrar a la entidad con un conflicto interno innecesario. Si no es así, el Consejo de Administración estudiaría la fórmula para proceder a su cese. “La situación ya no tiene marcha atrás. Pueden ser horas o días, pero el proceso no se alargará en exceso”, explican desde la zona noble de Bankia. La relación entre Rodrigo Rato y José Luis Olivas se ha enfriado desde que este último presentara su renuncia voluntaria a la presidencia de Banco de Valencia. “No hay ambiente hostil entre ellos, pero sí le molestó (a Rato) que no le comunicase su salida (de la entidad valenciana)”, aseguran fuentes de la entidad. De hecho, el propio Rato criticó en público a Olivas, durante una reunión del Consejo de BFA, que no le hubiera informado de su salida del banco valenciano. “De haberlo hecho, conociendo a Rato, este se hubiera puesto a buscar una salida al problema de Banco de Valencia”, insisten varias fuentes del sector.

La salida de Olivas dejará vacante uno de los puestos más estratégicos de la matriz de Bankia. Además de la vicepresidencia, en el expresidente de Bancaja recaía el control sobre las empresas participadas de BFA, entre las que se encuentran Mapfre, Iberdrola y el propio Banco de Valencia, que está a la espera de que el Banco de España le comunique la cantidad definitiva de capital que necesita para realizar saneamientos. Aunque en un principio se barajó que la entidad valenciana podría tener unas necesidades del entorno de los 300 millones de euros, el agujero puede llegar a los 800 millones, según ya van dejando caer en la propia Bankia, que ha encargado a Lazard, como adelantó Vozpópuli, la venta de su participación en la entidad valenciana.

De no lograr comprador, Bankia tendría que aportar alrededor de 300 millones en la ampliación de capital de Banco de Valencia, al detentar el 38% de sus acciones. Si la cantidad fuese mayor, algunos medios como ‘Las Provincias’ llegan a hablar de un desfase de 1.000 millones en la entidad valenciana, BFA tendría difícil aportar el capital requerido. Las nuevas necesidades de capital que le ha exigido la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en inglés), por la crisis griega y la depreciación de un 2% de la deuda española, que ascienden a 1.140 millones, dificultan que la entidad que preside Rato pueda acudir al rescate del Banco de Valencia.

La salida de Olivas de Bankia dejará sin apenas representación a la antigua Bancaja en el nuevo banco cotizado. Antonio Tirado, exvicepresidente de la caja valenciana, y Francisco Juan Ros García son el único pasado de Bancaja en el actual Consejo de Bankia. Desde el sector se asume que ninguno de ellos elevará la voz ante Rato por la salida de Olivas. “Uno (Ros) porque necesita ayuda económica para refinanciar la deuda de su empresa Ros Casares y el otro (Tirado) porque le gusta evitar los problemas”, explica un antiguo consejero de Bancaja.

La progresiva sustitución de los altos directivos de la entidad que preside Rato para colocar a personas de su confianza se intensificó tras la salida de Bankia a Bolsa, el pasado mes de julio. El Consejo de Administración dela entidad aprobó recientemente una remodelación de su estructura que deja en manos de Rato y Francisco Verdú, consejero delegado de Bankia, prácticamente el control total sobre el banco cotizado. De este último dependen las dos grandes áreas (banca de particulares y negocios mayoristas), además de las direcciones generales de medios, la financiera, la de riesgos y la de recursos humanos. 
 

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