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España

Las exportaciones evitan que el crecimiento económico del tercer trimestre sea negativo.

La tasa de crecimiento intertrimestral del PIB de España se ha ido desacelerando a lo largo de 2011, tal como se puede observar en el cuadro adjunto. Si en el primer y segundo trimestre del año el PIB repuntó +0,4% y +0,2%, respectivamente, en el último dato disponible, correspondiente al tercer trimestre, el crecimiento fue nulo, es decir, 0%. En términos interanuales el crecimiento del PIB se mantiene en el 0,8%.

Desde el lado de la demanda interna, el consumo privado se reduce en el trimestre -0,1%, compatible con un descenso en la confianza del consumidor, contracción del crédito a las familias, y caídas en la remuneración de los asalariados, concretamente -1,2% interanual (no se puede hacer comparación respecto al trimestre anterior al no estar las series de rentas ajustadas estacionalmente).

El consumo público cae fuertemente en el trimestre, -1,1%, normal en un período de fuerte ajuste presupuestario, básicamente vía reducción de gasto público, especialmente en infraestructuras.

La inversión en capital fijo también se comprime en el trimestre, -0,6%, pero con un comportamiento dual: mientras que la construcción desciende -1,9%, la inversión en bienes de equipo repunta +2,3%.

Lo que ha evitado que el crecimiento del PIB en el tercer trimestre respecto al anterior fuera negativo ha sido el sector exterior. Las exportaciones registraron un crecimiento intertrimestral espectacular del +3,1%, mientras que las importaciones lo hicieron a la mitad, +1,6%.

El empleo de la economía desciende a un ritmo interanual del -1,9%, ocho décimas más que en el segundo trimestre, lo que supone una reducción neta de más de 326 mil puestos de trabajo a tiempo completo en un año. Por su parte, las horas efectivamente trabajadas decrecen a una tasa interanual del -0,4%.

El decrecimiento del coste laboral unitario aumenta medio punto hasta el –2,1%, situándose más de tres puntos y medio por debajo del deflactor implícito del PIB.

Por lo tanto, la parálisis absoluta de la demanda interna se compensa con el comportamiento de nuestro sector exterior, básicamente por aumento de exportaciones. Sin embargo, esta situación no será sostenible en el futuro como consecuencia de la desaceleración global.

 

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