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España

Zapatero ve reconocido el esfuerzo de España al alejarse de Grecia e Italia

El jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha garantizado hoy que España tiene capacidad para financiarse por sí misma sin nuevos ajustes y se ha mostrado convencido de que los sacrificios realizados le alejan del grupo de países periféricos con problemas, como Grecia e Italia.

A su juicio, el balance de las medidas aplicadas es "extraordinariamente importante" porque se ha logrado que España no tenga que pedir ayuda y se ha evitado así que se imponga al país "un plan de condicionalidad muy duro", que habría lastrado su futuro.

Ha reiterado su compromiso de continuar con la consolidación fiscal y de hacer todas las reformas necesarias para que España pueda seguir financiándose por sí misma, mantener su solvencia y la confianza de los mercados.

Aunque, ha aclarado, "no va a ser necesaria ninguna medida más" porque las previsiones de gastos e ingresos en la administración central del Estado van a permitir cumplir el compromiso de déficit y las necesidades de financiación están "muy estudiadas y planificadas".

Zapatero ha reconocido que las decisiones no han sido fáciles y ha hecho también hincapié en que el Gobierno no estará satisfecho hasta lograr reducir el desempleo, un problema "que va a costar más trabajo superar".

La cumbre del G20 comenzó ayer en Cannes (Francia) alterada por la gravedad de la crisis griega y hoy buena parte de la atención se ha centrado en Italia, que someterá sus medidas de ajuste a la supervisión de la Comisión Europea y del FMI.

Zapatero ha recordado las ocasiones en las que analistas y medios de comunicación han "encasillado" a España en el grupo de países con problemas que después han tenido que solicitar ayuda financiera, y cómo el tiempo ha dejado claro que su situación es otra.

"Esta reunión puede ser una buena referencia, no hemos tenido ningún requerimiento", ha insistido.

A dos semanas de las elecciones generales, ha elogiado la "grandísima tarea" realizada por su equipo económico encabezado por Elena Salgado, que le ha acompañado en esta cumbre y que, como ha reconocido más tarde, ha recibido felicitaciones de muchas de las delegaciones presentes, incluida la estadounidense.

España sólo aparece citada una vez en el Plan de acción acordado por los líderes del G20, donde se compromete a aplicar planes de consolidación fiscal "claros y creíbles" para que en 2013 su déficit se sitúe a la mitad del registrado en 2010 y a "estabilizar o reducir" su deuda pública para 2016.

Los Gobiernos de la zona euro se comprometen además en ese documento a adoptar las medidas necesarias para garantizar la estabilidad, lo que exigirá un "esfuerzo particular de consolidación fiscal y reformas estructurales" por parte de los países cuyas deudas soberanas se ven más afectadas por las tensiones de los mercados.

Zapatero se ha mostrado optimista ante al futuro de Italia, "gran potencia industrial", y ha considerado que la supervisión de la UE y el FMI será un factor de confianza para su economía y para su deuda.

Respecto a Grecia, ha valorado los pasos "positivos" dados por las autoridades de Atenas al descartar someter a referéndum el plan de rescate europeo, lograr el apoyo del principal partido de la oposición a ese plan y barajar la idea de un eventual Gobierno de concentración nacional, lo que elimina "un factor de incertidumbre muy grave".

El Plan de acción para el crecimiento y el empleo del G20 recoge asimismo el compromiso de los países con economías saneadas para impulsar su demanda interna y apoyar la recuperación mundial.

Se trata, en opinión de Zapatero, de una "condición fundamental" para frenar los claros síntomas de ralentización que se registran desde el verano.

El presidente del Gobierno ha destacado también la decisión de crear de una unidad de estudio para fomentar el trabajo juvenil, una de las principales lacras en España.

Para Zapatero, Cannes ha consolidad al G20 como la gran institución de debate de la dirección política y financiera mundial.

Él participó en la primera cumbre, celebrada en otoño de 2008 en Washington, y consolidó una silla para España con el estatus de "invitado permanente", por lo que confiado en que para el próximo Gobierno siga siendo fundamental participar en este foro.

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