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Las vacilaciones de Papandreu con el euro acercan el fantasma del rescate bancario a Francia

La posibilidad de un referéndum que dejara a Grecia fuera del Euro y, previamente, del dinero de los rescates de la UE a la ciudadanía, apunta directamente al corazón financiero de Francia. Sus entidades bancarias tienen mucha más exposición que las alemanas. Además, mientras Alemania tiene deuda pública, Francia tiene, asimismo, mucha deuda privada. La crisis griega está poniendo sobre la mesa una posibilidad que los mercados están descontando poco a poco. El bono galo se ha desmarcado con claridad del germano y la caída de la Triple A llegará “más pronto que tarde”.

Sólo hay que ver la intensidad con la que las primeras líneas políticas y bancarias galas están insistiendo en que se lleve a buen puerto la hoja de ruta acordada en el Eurogrupo el pasado 27 de octubre. Desde un Sarkozy que ha reaccionado furioso (más que Ángela Merkel) al sorprendente paso atrás dado por Papandreu, a un gobernador del Banco de Francia que en septiembre pregonaba contra viento y marea que no habría necesidad de rescates bancarios en su país.

Aunque precisamente esos mensajes hicieron saltar las primeras especulaciones. El mismo HSBC soltó la liebre, con la posibilidad de inyección de capital sobre BNP, Credit Agricole o Societé Generale. Por cierto, ayer BNP presentó unos resultados en los que destaca la fuerte caída del beneficio por las provisiones aplicadas para Grecia. 

El problema que tiene la banca francesa es que está mucho más arraigada en la sociedad griega que la alemana. Así, a pesar de que tiene menos peso de deuda pública (algo más de 15.000 millones frente a los 22.500 millones con datos de cierre del pasado año), la deuda a empresas y particulares es de 40.000 millones de los franceses, por apenas 9.000 millones.

Así lo confirma Felipe Arrizubieta, de Banco Banif: “los bancos franceses han provisionado todo lo que han podido la deuda pública”, y se la han endosado cuanto han podido al Banco Central Europeo (BCE). Sin embargo, “con toda seguridad, ese enorme saldo de 40.000 millones de deuda privada sigue intacto”.

Un referéndum que anularía de inmediato las ayudas de la UE, que iban destinadas directamente a pagar jubilaciones y pensiones, provocaría una oleada de pobreza y paro vertiginosa, que impactarían de lleno en esos créditos y esas hipotecas de las firmas francesas.

Una ruptura dramática de Grecia con la Eurozona tendría un impacto durísimo en la banca de nuestro país vecino, por la explosión de impagos y mora que tendría lugar.

El experto consultado corrobora esto: “Francia tiene un problema de deterioro económico y se está poniendo en tela de juicio su capacidad de crecimiento. No es un país exportador como Alemania”.

Además, “tiene muy abierta la vía financiera”. Así lo han demostrado los inversores, que en los últimos tiempos han castigado a la deuda francesa, desmarcándola claramente del saco de países más solventes, entre los que están Alemania, Suiza o Suecia. EE UU es otro cantar, con el plan de recompra de bonos del Tesoro estadounidense.

Jesús Sánchez-Quiñones, director general de Renta 4, señala “de momento, Italia es la primera fila de riesgo. Francia estaría en una segunda o tercera, pero es cierto que repasando estos días, he comprobado con sorpresa que la exposición de la banca gala a Grecia es más o menos el doble que la alemana”.

De esta manera, Sánchez-Quiñones asegura que “Francia perderá la Triple A más pronto que tarde” aunque “a Dios gracias”, todo parece indicar que Grecia convocará un gobierno de concentración, y continuará su andadura dentro de la ortodoxia.

Y encima, Italia

Este escenario hace contemplar a las fuentes consultadas que un rescate bancario francés no está tan lejos si la situación griega estalla. Sin olvidar que Italia, cuya deuda es la más penalizada del momento, también tiene un gran peso en los balances franceses. “Si les obligaran a ajustar la deuda italiana a precios de mercado, como han hecho con España, están todos muertos”, afirmaba otro gestor de una casa europea.

De momento, hay una realidad irrefutable: el bono francés está por encima del 3%, con más de 120 puntos básicos de diferencial con Alemania. Esta semana llegó a 140. Cuando pierda la Triple A, hecho que se está descontando, “Francia sufrirá nuevas turbulencias”, señala Sánchez-Quiñones.

Es un momento de ver y observar señalan todos los expertos. El G 20 y el Eurogrupo tienen la palabra, pero, como dicen las fuentes: “¿qué puede esperarse de un banco como Societé Generale, cuyo bróker Jerome Kerviel causó él solo miles de millones de agujero? Sólo puede entenderse si:
a) Había connivencia en la casa con sus actos, lo cual es muy malo.
b) Pudo hacer todo eso sin que saltaran las alarmas, ni los controles de riesgos detectaran nada… lo cual es peor.
Pues, sencillamente, puede pasar cualquier cosa”.

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