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La situación de la economía china facilita que sus bancos relajen el crédito en 2011

La situación anima a esperar que el crédito bancario se relaje en el país después de que los "cuatro grandes" bancos chinos extendieran nuevos préstamos por valor de 140.000 millones de yuanes sólo durante el pasado mes de octubre (16.000 millones de euros, 22.000 millones de dólares), señala hoy el diario "Shanghai Daily". De hecho, casi la mitad de este dinero fue prestado tan sólo durante la semana pasada.

Los cuatro bancos, el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC), el Banco de China, el Banco Agrícola de China y el Banco de la Construcción de China prestaron más de 10.000 millones de yuanes al día entre el 21 y el 27 de octubre, según el "China Securities Journal" (1.150 millones de euros, 1.574 millones de dólares).

Esto ocurrió, además, en un mes en que durante su primera semana la actividad financiera del país se vio paralizada, como todos los años, por las vacaciones del Día Nacional. Como comparación, en años anteriores los bancos chinos han estado prestando unos 500.000 millones de yuanes al mes durante el tercer trimestre (57.511 millones de euros, 78.743 millones de dólares). Además, aunque no dio las cifras, la prensa estatal señaló que septiembre de 2011 ha sido el mes en que menos habían prestado los bancos chinos en los últimos dos años.

Ahora la probabilidad de que se relaje el crédito en lo que queda de 2011 se apoya también en que, hasta octubre, los bancos chinos han extendido un total de 5,69 billones de yuanes en créditos (654.000 millones de euros, 896.000 millones de dólares), y que la cifra planificada para este año es de 7,1 billones de yuanes (816.650 millones de euros, 1.12 billones de dólares).
Con todo, fuentes no identificadas por el "China Securities Journal" aseguran que se está estudiando permitir que el crédito total para 2011 alcance los 7,5 billones de yuanes (862.515 millones de euros, 1,18 billones de dólares), mientras se espera que Pekín vuelva a afinar su política monetaria en las próximas semanas.
Desde que Pekín estrechó su control monetario en 2010 para combatir la inflación, los bancos estatales, con instrucciones de prestar sólo hasta donde se lo permitan los fondos que tienen en depósito, han sido mucho más reacios a la hora de prestar fondos a pequeñas y medianas empresas.

Estas dificultades han fomentado el recurso a préstamos informales entre particulares en provincias como la oriental de Zhejiang, al sur de Shanghái, la cuna del sector privado chino, donde la situación ha provocado, al implicar a altos funcionarios, una crisis de deuda pública que se teme que salte a otras zonas.

Cientos de empresarios endeudados ya han desaparecido en la provincia o incluso se han suicidado, y muchos se han declarado en bancarrota para invalidar sus deudas, por lo que cada vez hay más protestas en las calles y fábricas locales por parte de empleados que temen que nunca les paguen los meses de sueldo que se les deben.

El pasado 5 de octubre, durante una visita a Zhejiang, el primer ministro chino, Wen Jiabao, pidió a los bancos locales que, a pesar de las anteriores indicaciones de Pekín, presten más fácilmente a las pequeñas empresas y toleren mayores niveles de endeudamiento, y a las autoridades que controlen el mercado informal de préstamos.

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