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La FED baraja nuevas medidas de estímulo económico

La norteamericana Reserva Federal vuelve a considerar la adopción de medidas de estímulo a la economía, según informaciones recogidas en destacados medios de comunicación estadounidenses. El temor a una contracción del consumo privado, tras el nuevo descenso registrado en octubre -mayor de lo esperado- del índice de confianza del consumidor publicado por Conference Board, ha vuelto a abrir la puerta a la posibilidad de nuevos estímulos monetarios por parte de la FED.

The Washington Post en su versión digital de ayer, y citando a funcionarios de la Reserva Federal, señalaba que la FED está considerando nuevas estrategias para tratar de rebajar los tipos de interés hipotecarios, y ayudar así a los estadounidenses a reducir la carga de la deuda, auténtica espada de Damocles para la economía del gigante americano. 

La lógica detrás de esta medida es muy simple. La economía se está viendo afectada negativamente por el comportamiento de los consumidores, altamente endeudados, sobre todo en hipotecas. Si la FED puede hacer más manejable las deudas hipotecarias, mediante la reducción de los tipos hipotecarios, la economía sería capaz de sanearse más rápidamente.

Sin embargo, incluso después de varias acciones de la FED que ayudaron a bajar esos tipos, muy poca gente fue capaz de aprovecharse de verdad de una refinanciación más barata. El problema es otro: muchas familias deben más de lo que valen sus casas, y no consiguen refinanciar las hipotecas a tipos de interés más bajos.

La FED estaría estudiando, por lo tanto, nuevas medidas encaminadas a reducir realmente la carga hipotecaria de las familias, de modo que la liberación de renta que ello conllevaría fuera directamente al consumo privado. La implementación de dichas medidas podría tener lugar en diciembre de este año o en enero de 2012, no antes.

Detrás de estas medidas se encuentra la preocupación por una contracción de la actividad económica. The New York Times, también en su versión digital, publicó recientemente un artículo bajo un titular sugerente: “¡Es el gasto del consumidor, estúpido!” La conclusión es muy sencilla: en los últimos 35 años la inversión privada nunca ha sido el motor del crecimiento económico estadounidense; el consumo privado y público, sí.

En realidad, la situación económica de Estados Unidos es muy delicada. Economía fuertemente endeudada, tanto a nivel público como privado, de cada dólar que se emite cada día para financiar la deuda pública y privada mundial, medio dólar corresponde a Estados Unidos. Las familias y las empresas, igualmente endeudadas, reducen el consumo y la inversión, en un contexto de desempleo y descensos de renta. La política fiscal empieza a ser restrictiva: concretamente en noviembre se debe decidir dónde recortar gastos y/o aumentar impuestos. Por lo tanto, el consumo privado y público, motor del crecimiento económico, está y estará estancado.

En el actual contexto de sobreendeudamiento, la política monetaria es mucho menos eficaz a la hora de afectar a la actividad económica de lo que los inversores piensan. Así, por ejemplo, las expansiones adicionales en la base monetaria simplemente inducen un colapso proporcional en la velocidad de circulación del dinero, de manera que la economía entra en la trampa de la liquidez.

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