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España

El megaproyecto del Reino de Don Quijote entra en concurso

Finalmente, el Reino de Don Quijote ha seguido los pasos del Aeropuerto de Ciudad Real, otro de los proyectos megalómanos auspiciado y bendecido por la Junta de Castilla-La Mancha y apoyado por algunos de los principales empresarios de la región, muchos de los cuales compartían intereses en ambos proyectos.

En realidad, se trataba de ideas complementarias. El aeropuerto sería la plataforma ideal para aquellos que llegaran a Ciudad Real en busca de ruletas, tragaperras, croupiers, además de campos de golf y demás lugares para actividades lúdicas. Pero en realidad, el Reino de Don Quijote nunca terminó de arrancar.

Tanto es así, que el acuerdo alcanzado con la estadounidense Harrah’s, una institución en la industria del juego, para que montara uno de sus establecimientos en el Reino de Don Quijote, se fue al traste prácticamente nada más firmarse. Los americanos abandonaron el proyecto ya en 2008, alertados sobre la escasa viabilidad del mismo.

Después de algunas modificaciones de planes urbanísticos a favor del proyecto y de innumerables intentos por mantener a flote la sociedad con ampliaciones de capital que sólo servían para que los numerosos acreedores no se levantaran en pie de guerra, la sociedad ha tocado fondo y escribirá su propio réquiem con la declaración del concurso.

Uno de los golpes más duros en la línea de flotación del proyecto fue la intervención de Caja Castilla-La Mancha (CCM), cuyo apoyo financiero al proyecto fue firme desde el primer momento, toda vez que la Junta siempre apoyó la idea bajo la promesa de la creación de numerosos puestos de trabajo y la posibilidad de poner a Ciudad Real, en particular, y a la región en general en el mapa.

Entre los empresarios de la zona que han estado en algún momento inmiscuidos en el proyecto se encuentran Domingo Díaz de Mera, propietario del antiguo Balonmano Ciudad Real (hoy transformado en Atlético de Madrid y trasladado a la capital de España por motivos económicos), Ignacio Barco, uno de sus hombres de confianza, y Antonio Miguel Méndez Pozo, empresario de prensa regional.
 

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