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España

El desbloqueo de la negociación colectiva rescata el diálogo social

La tarde del jueves 20 de octubre las posiciones parecían inamovibles, estáticas. El presidente de la CEOE, Juan Rosell, se llevó un rapapolvo de su Junta Directiva cuando planteó la presencia de los sindicalistas en los consejos de administración de las empresas. Y además tensó la cuerda con UGT y CC OO al proponer una rebaja de los días de indemnización por despido procedente, de 20 a 12. Una medida que el secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, parodió como la “victoria de la corriente madrileña” de la patronal –en referencia al vicepresidente de la CEOE y representante de los empresarios de la capital, Arturo Fernández-. 

Horas después, la mañana del viernes, todo cambió. Este diario anunció que la patronal desbloquearía más de cinco millones de convenios colectivos, paralizados desde junio, y el diálogo social emergió de nuevo. 

La venida de la negociación colectiva, cuya ruptura hace cinco meses provocó un sinfín de acusaciones en ambas partes, coincide con los últimos coletazos de otro acuerdo de tomo y lomo: el Pacto de Toledo. Si en el anterior arreglo fue la CEOE la que transigió con los convenios a cambio de “un pacto de moderación salarial”, la reforma del sistema de las pensiones, que establece la jubilación a los 67 años a partir de 2027, “se ha abordado en una coyuntura más difícil que las anteriores”, según un documento interno de CC OO.

Pocos pactos sociales en la UE

En consonancia, los sindicatos han arrancado, entre otras cosas, una vía para permitir cotizar a antiguos y futuros becarios durante dos años y más derechos laborales para empleadas del hogar y amas de casa. Pese a la paulatina crispación y las posturas irreconciliables, solo Holanda, Suecia y Finlandia conservan un sistema de pensiones pactado por los agentes sociales. 

Asimismo, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, incidía días antes del acuerdo de los convenios colectivos en la necesidad de “acelerar las negociaciones”. “No se debería demorar hasta después de las elecciones”, alertó, consciente del riesgo de una segunda recesión. “No siempre nos tiramos la vajilla a la cara”, cuentan desde CEOE. “Cuando leemos en la prensa algo sobre la ruptura del diálogo social a veces nos entra la risa, como si una negociación no se pudiese retomar”.

Otros no son tan optimistas. Para Rodolfo Benito, secretario confederal de estudios de CC OO, el contrapeso es frágil. "Ideas como el mayor abaratamiento del despido suponen “una patada a los soportes del diálogo social”. CC OO presentó ayer las propuestas de esta central para después del 20-N, basadas, sobre todo, en la progresiva fiscalidad, en aras de recuperar dos puntos del PIB. Y la patronal, ya se sabe, no quiere hablar de tributar las rentas.

En otras partes la ruptura es un hecho. Dos países con las finanzas maltrechas como Grecia y Portugal se preparan para sendas huelgas generales. En España, al menos en los tiempos que vienen, de elecciones generales, de Gobierno en funciones, esa no parece probable.

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