Bono se despide de la prensa orgulloso de decir siempre lo que piensa

El presidente del Congreso, José Bono, se ha despedido hoy de los periodistas parlamentarios con un discurso de agradecimiento en el cual se ha mostrado orgulloso de haber conseguido decir siempre lo que piensa, incluso cuando los micrófonos abiertos le han jugado alguna mala pasada.

 

Bono se ha mostrado satisfecho de ese grado de autonomía que le permite decir lo que quiere y ha recordado que él practica la máxima de San Agustín "ama y haz lo que quieras".

 

"Yo soy de los míos, no tengo duda, 42 años militando en el Partido Socialista me hace sentirme de los míos más que la inmensa mayoría", ha proclamado el presidente de las Cortes.

 

Eso sí, a renglón seguido ha advertido de que él tiene "voz propia" y ha procurado que esa opinión "enriquezca" al PSOE, sin parecerse a los cortesanos que cuando el Rey Sol les preguntaba la hora siempre le contaban que la que él deseara.

 

"Aquí es la hora que es, le guste o no le guste a su majestad, y a veces dar la hora tiene sus dificultades", ha proseguido.

 

En este sentido, ha admitido que hizo "mal" cuando criticó a algunos veteranos socialistas, como Manuel Chaves o Alfonso Guerra, hubieran decidido presentarse de nuevo en las elecciones.

 

Y ha revelado que llamó al propio Chaves para reconocer su error y que el vicepresidente también lamentó haberse "picado" con él.

 

Como en su momento utilizó un "pelillos a la mar" para cerrar esta polémica, hoy también la ha empleado para restar importancia a cualquier desencuentro que haya podido tener con los periodistas en sus casi cuatro años en la Presidencia del Congreso.

 

Además de agradecer la tarea de los informadores, José Bono les ha reiterado que, una vez que va a dejar la primera línea de la política, volverá en alguna ocasión a la Cámara, aunque sólo sea para leer el periódico en su biblioteca porque, como le dijo en su día el senador socialista José Prat, allí "le sabía mejor".

 

Ha pronunciado el presidente del Congreso estas palabras en una alocución ante los representantes de los medios de comunicación acreditados en la Cámara Baja tras un encuentro informal que se ha cerrado con una "foto de familia" en la escalinata de la Puerta de los Leones.