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España

Lesmes logra imponer a su candidato: el Pleno elige por 12 votos a Díez-Picazo

El presidente del Tribunal Supremo Carlos Lesmes ha logrado salirse con la suya. Se perpetró la injusticia en el seno del órgano de gobierno de los jueces. Tal y como adelantó Vózpopuli, el Pleno del Consejo General del Poder Judicial ha elegido este miércoles, en medio de fuertes críticas de varios vocales y de la Carrera Judicial, al magistrado Luis María Díez-Picazo nuevo presidente de la Sala Tercera del Tribunal Supremo.

Díez Picazo, amigo íntimo de Lesmes, sucederá en el cargo a José Manuel Sieira, el magistrado al que el presidente vetó por haber avocado a Pleno el asunto del indulto al kamikaze que en 2003 provocó la muerte del joven José Alfredo Dolzh en la autopista AP-7.

Según han informado fuentes del Consejo, Díez Picazo ha obtenido 12 de los 21 votos del Pleno, frente a los 8 conseguidos por Sieira y uno por el magistrado de la asociación Jueces para la Democracia, Eduardo Calvo Rojas. A favor de José Manuel Sieira han votado los vocales del denominado sector progresista Pilar Sepúlveda, Clara Martínez de Careaga, Álvaro Cuesta, Roser Bach, María Victoria Cinto, Concha Sáez, Rafael Mozo y Enrique Lucas. 

Por su parte, han mostrado su apoyo a Díez-Picazo los consejeros más afines a Lesmes: Nuria Díaz Abad, Gerardo Martínez Tristán, Ángeles Carmona, Fernando Grande Marlaska, Vicente Guilarte, José María Macías, Wenceslao Olea, Rafael Fernández Valverde, Carmen Llombart, Juan Manuel Fernández, Juan Martínez Moya y el propio presidente. Por otro lado, la vocal Mar Cabrejas -muy próxima al presidente y miembro de la Comisión Permanente- ha dado su voto al magistrado Eduardo Calvo.

Elegir al mejor candidato

Tres vocales han pedido explicaciones al Pleno de por qué no se iba a renovar a Sieira

Según ha podido saber este periódico, durante el pleno han intervenido los vocales Enrique Lucas -nombrado a propuesta del PNV-, Roser Bach y Clara Martínez de Careaga- ambas nombradas a propuesta del PSOE- pidiendo que se argumentase las razones por las que no se iba a renovar "al mejor candidato", en referencia a José Manuel Sieira. Estos tres consejeros lo consideraban la persona más capacitada para el cargo ya que ha dirigido con solvencia la Sala en los últimos cinco años.

Bach, Martínez de Careaga y Lucas también han valorado que Luis María Díez-Picazo, pese a tener un currículum brillante, no es juez de carrera - Sieira sí lo es- y tampoco cuenta en sus espaldas con muchos años de antigüedad como magistrado del Supremo donde desembarcó en el año 2008 -frente a los 21 años que José Manuel Sieira lleva en el Alto Tribunal-.

Sin embargo, escasas o nulas respuestas han encontrado por parte del presidente que se ha limitado a exponer que el Pleno no tenía la obligación de reelegir al ya ex presidente de la Sala Tercera.

Por su parte, la mayor parte de vocales que han dado su apoyo a Díez-Picazo han argumentado que era un "tiempo nuevo" en Sala y que no se trataba de cesar a José Manuel Sieira en el cargo sino de apostar por otro candidato.

La Sala III, clave en el Supremo

No obstante, por primera vez, el CGPJ no ha respetado la norma no escrita que sostiene que los presidentes de Sala del Supremo son reelegidos siempre "al menos" en un segundo mandato. Más cuando Sieira ha bajado considerablemente la pendencia de asuntos que tenía la Sala Contencioso Administrativo del Alto Tribunal, dejándola prácticamente al día.

Lo cierto es que la presidencia de la Sala de lo Contencioso es un cargo de gran relevancia en la Carrera Judicial. El presidente es el encargado de dirigir y coordinar la Sala que deberá revisar los decretos-ley aprobados por el Ejecutivo y también los acuerdos y nombramientos aprobados por el órgano de gobierno de los jueces.

El veto que el presidente ha puesto al magistrado José Manuel Sieira hizo este martes que tres asociaciones de jueces -Jueces para la Democracia, Asociación Francisco de Vitoria y Foro Judicial Independiente-, emitieran un durísimo comunicado conjunto mostrando su "profunda preocupación" por la política de nombramientos del presidente del Alto Tribunal, al que acusaron de "un presidencialismo más propio de otros tiempos que de una democracia moderna inserta en el mundo occidental y europeo".

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