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España

La sobredosis es la segunda causa de muerte en las prisiones españolas

Imagen de archivo del interior de una cárcel española.

Cada año fallecen por sobredosis en las cárceles de nuestro país entre 40 y 57 internos, lo que supone unas tasas de entre 0,79 y 0,93 muertes por mil internos y año. Los fallecimientos por sobredosis en nuestras prisiones son la segunda causa de muerte, después de la causa natural.

Un informe de Instituciones Penitenciarias señala que entre las razones que pueden explicar este fenómeno hay que tener en cuenta la enorme prevalencia de drogodependencia entre las personas que ingresan en prisión, el policonsumo de varias drogas y la vía intravenosa para el consumo. Entre las drogas que los reclusos consumen de forma habitual antes de su ingreso en prisión están el alcohol, el cannabis, la cocaína, la heroína y los tranquilizantes.

Conviene señalar que el 35% de los internos consumen drogas en las prisiones españolas. Si bien se trata principalmente de cannabis y tranquilizantes menores y, en menor medida, de heroína y cocaína. El informe de Instituciones Penitenciarias hace referencia a los años 2007 y 2009 y establece que en ese período se produjeron 184 fallecimientos por sobredosis, contabilizando tanto los fallecidos que se encontraban en prisión, como aquellos que estaban en una situación de permiso o similar.

Este tipo de accidentes tienen lugar generalmente en una celda que el fallecido comparte con otro interno

De las 184 personas fallecidas por sobredosis el 96,2% eran hombres (177) y el 3,8% eran mujeres (7) y la edad media de los fallecidos fue de 34,5 años; es decir, personas muy jóvenes. La estadística nos dice también que una aplastante mayoría de los fallecidos eran españoles y sólo el 4,4% eran extranjeros. Además, la mayoría de los fallecimientos por sobredosis tuvieron lugar en las celdas o en la enfermería del centro penitenciario y sólo un 21% ocurrió en situación de permiso o situaciones asimilables.

Aunque la cocaína y la heroína son las drogas menos consumidas por la población reclusa, son las que encabezan el ranking de las muertes por reacción aguda a sustancias psicoactivas: un 83,2% de los internos fallecidos eran consumidores de una o ambas sustancias. E incluso las mezclaban con benzodiacepinas (tranquilizantes) o alcohol. Por otra parte, el 70,1% de los internos fallecidos por sobredosis consumía drogas en prisión: heroína, cocaína o benzodiacepinas. Además, el 35,9% de los fallecidos presentaba alguna patología psiquiátrica: trastorno de la personalidad y trastornos mentales graves y leves.

Llama la atención que de los 184 internos fallecidos casi el 37% estaban recibiendo algún tipo de intervención terapéutica para su adicción y el 36% había estado en tratamiento en algún momento de su estancia en prisión. Hay que tener en cuenta que el riesgo de fallecer por sobredosis se multiplica por seis en sujetos que acaban de salir de un programa de tratamiento en una Comunidad Terapéutica.

Para concluir, conviene subrayar que de manera estadísticamente significativa presentan un mayor número de este tipo de incidentes los internos que han sido recientemente condenados; lo que hace pensar en un consumo abusivo propiciado por el deseo de contrarrestar la mala noticia de la condena. Además, este tipo de accidentes tienen lugar generalmente en una celda que el fallecido comparte con otro interno, quizá en el transcurso de una sesión en la que se busca una intoxicación compartida como manifestación de un acto social.

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