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España

Ignacio González estudia aparcar la privatización de la sanidad tras los sucesivos varapalos judiciales

El presidente madrileño, Ignacio González.

No está siendo esta la legislatura de Ignacio González. El presidente de la Comunidad de Madrid heredó en septiembre de 2012 el bastón de una región que se las prometía felices, pero lo que recibió en realidad fue un legado envenenado, agravado por la reciente imputación de su mujer por la sospechosa compra de un ático de súper lujo en la Costa del Sol. Él no impulsó Eurovegas, sino su predecesora Esperanza Aguirre, pero él ha sido el que se ha tragado como mandatario la renuncia del magnate Sheldon G. Adelson a montar su complejo en Madrid. Él tampoco empezó a externalizar la sanidad, pero sí dio un impulso importante a la privatización de la gestión sanitaria, una operación que los jueces han echado por tierra en distintas ocasiones.

El último varapalo llegó la semana pasada, al no observar el pleno de la sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Madrid ninguna contradicción entre las dos secciones del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que estudiaban los recursos contra la privatización. Ahora los recursos vuelven a las secciones tercera y octava de este tribunal, mientras que la privatización de la gestión de seis hospitales sigue cautelarmente suspendida desde septiembre del año pasado: suficiente para González, que ya está harto de tanto lío. La Justicia detuvo la externalización en julio, luego la dejó seguir, luego la paralizó otra vez…

Centrarse en los impuestos

Un jaleo que probablemente no se resolverá durante la actual legislatura, como sabe el propio presidente, quien se debate sobre si aparcar tan tortuoso proceso, que ha sacado a la calle a miles de personas. Eso es lo que cuentan a Vozpópuli próximos a él que le están asesorando. En el círculo de González cobra fuerza la idea de dejar caer la privatización en lo que queda de mandato y centrarse en las bajadas de impuestos anunciadas por el dirigente a la vuelta del verano.

El problema, explican estas fuentes, es que el PP de Madrid perdería su segunda gran apuesta electoral tras el fiasco de Eurovegas, lo que empeoraría el descrédito del Ejecutivo regional de cara al horizonte 2015. Pero insistir también tiene sus contradicciones, teniendo en cuenta que la medida no es especialmente popular y alcanza a 1,2 millones de madrileños y a 5.000 profesionales sanitarios.

Tomás Gómez lo tiene claro

El freno judicial ha sido la puntilla: el auto de la sección tercera de lo Contencioso Administrativo señala que el proceso “es de unas dimensiones tan extraordinarias” que harían “irreversibles” los cambios en la sanidad madrileña. Además, no es que las empresas interesadas gocen de buena estima entre la ciudadanía. El auto de hace unos meses critica que los cambios normativos introducidos por la Comunidad sobre ciertas garantías a las concesionarios podrían haber “limitado el principio de libre concurrencia competitiva”.

El giro que proponen los asesores del presidente puede haber llegado a oídos de la oposición. El viernes de la semana pasada, el socialista Tomás Gómez dijo estar “seguro” de que la Comunidad de Madrid “está planteándose anunciar definitivamente que renuncia a sus planes privatizadores”. Gómez ya pronosticó, con sorprendente acierto, que Eurovegas no vendría a la región. "Dentro de poco más de un año tendremos elecciones autonómicas y es posible que haya quien quiera fingir que cierra el conflicto que se ha generado en torno a la privatización antes de esas elecciones”, declaró hace tres días el líder del PSM 

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