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Rubalcaba a su equipo de fieles: "A Rajoy le quedan, como mínimo, ocho años en el Gobierno"

A Rubalcaba hay que seguirle más por las señales que emite en privado que por sus declaraciones públicas, coinciden en apuntar algunos de sus colaboradores. Y algunas de estas señales ya las ha dado, sobre todo en conversaciones mantenidas durante su reciente campaña interna con algunos de los dirigentes del PSOE que luego ha incorporado o mantenido en la cúpula de su partido.

¿Qué ha confiado Rubalcaba a personas de su confianza? Pues que “a Rajoy le quedan, como mínimo, ocho años en el Gobierno”, aunque su erosión como consecuencia de la gestión de la crisis vaya a ser evidente. Dos legislaturas es un tiempo más que suficiente, a su juicio, para recomponer internamente el PSOE y alumbrar un liderazgo estable que acabe con la interinidad surgida del 38º Congreso.

En el equipo del secretario general se advierte que ahora toda la atención está centrada en Andalucía y en Asturias, con elecciones el mes que viene, y en poner las pilas desde el primer momento al grupo parlamentario para no dar sensación de vacío de poder en la oposición. También se trabaja en reordenar internamente el partido para que haya unidad de mando, sobre todo, en aquellas federaciones como la madrileña, las castellano manchega, la catalana, la andaluza o la valenciana que escaparon parcial o totalmente al control de Ferraz en los preparativos del reciente congreso federal. La batalla en el corto plazo, no más allá del mes de marzo, se librará por tanto en los congresos regionales.

Aunque está claro, y así se enfatiza en su equipo, que el cartel electoral para 2015 no figura ni mucho menos en la agenda inmediata de la nueva dirección, la opinión más extendida es que Rubalcaba no será de nuevo candidato frente a Mariano Rajoy y, por tanto, que de aquí a cuatro años saldrá un nuevo líder que se haga también con el control de la secretaría general. Los congresos en el PSOE se celebran con una secuencia de tres años y el objetivo de la actual dirección es que poco a poco se vayan sentando las bases para crear un discurso único en todo el territorio nacional en torno a un liderazgo sobre el que no recaiga ninguna sensación de provisionalidad.

Hay dos nombres que suenan con más fuerza como futuros carteles electorales en el PSOE: uno es el de Patxi López, al que se da como perdedor de las elecciones vascas del año que viene, y otro es el de Eduardo Madina, confirmado como secretario general del Grupo Parlamentario Socialista después de haber renunciado a tener un protagonismo activo en el congreso recientemente celebrado en Sevilla.

Sin embargo, dentro del equipo de Rubalcaba se cita también el nombre de Jesús Caldera, sentado en la factoría ideológica del partido y progresivamente distanciado del zapaterismo desde su desalojo de la cartera de Trabajo en 2008.

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