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España

Frustración en el PSOE: Sánchez confiaba en erosionar la figura de un Iglesias aliado en las urnas con IU

Pablo Iglesias y Alberto Garzón, durante su reciente encuentro en Madrid.

A la espera de que los sociólogos que trabajan para los dos grandes partidos hagan sus sesudos análisis, la primera impresión que se recoge en el PSOE sobre el fracaso del diálogo mantenido por Pablo Iglesias y Alberto Garzón (IU) para concurrir juntos a las elecciones generales es preocupante para los intereses de Pedro Sánchez. Un veterano parlamentario socialista explica que lo que, en realidad, le conviene a su partido es la formación de un bloque entre Podemos e Izquierda Unida, pues Iglesias acabaría por dejarse pelos en la gatera y perdiendo votos debido a la mala imagen que se ha ganado a pulso IU, patrocinadora de un proyecto político difuso y atrapada por fuertes divisiones internas.

El PSOE aspira a recuperar votos de Podemos, pero el fracaso de su alianza con IU se lo dificulta

Es evidente, según este análisis, que Pablo Iglesias no se ha dejado contaminar por el desprestigio que arrastra IU y ha decidido concurrir a las legislativas con marca propia para evitar perder apoyos en beneficio de los socialistas. Bien el contrario, el objetivo de Iglesias es mantenerse fuerte hasta las generales y superar el 13% de los votos que, aproximadamente, obtuvo en las municipales del pasado 24 de mayo. En estos comicios, la fuerza liderada por Cayo Lara cosechó solo el 4,4% de las papeletas, cuatro décimas menos de las que le adjudicó el barómetro del CIS del pasado abril.

A juicio de otros parlamentarios socialistas, otro de los desafíos a los que se enfrenta Pedro Sánchez es encontrar el equilibrio que le permita quitar votos por el centro al PP -la utilización de la bandera nacional va por ese camino- y, al mismo tiempo, arañárselos a Podemos. Si lo consiguiera, estaría en condiciones de ser el partido más votado en las próximas elecciones generales, a la vista de la evolución de las encuestas más recientes. En las pasadas municipales, el PP solo le sacó dos puntos, mientras que en el CIS conocido hace dos meses, la distancia era solo de 1,3 puntos. No sería extraño, se comenta en las filas del PSOE, que el próximo barómetro del Centro le dé por primera vez ventaja sobre el PP en estimación de voto, no solo en intención directa y en voto más simpatía. Ello dependerá, en buena medida, de cómo hayan leído los electores los pactos sellados por los socialistas con Podemos y sus organizaciones hermanas en decenas de ayuntamientos y varias comunidades autónomas.

La movilización del centro izquierda

De esta interpretación dependerá que la movilización del centro izquierda conocida el pasado 24 de mayo se mantenga viva, o no, de aquí a las legislativas. Algunos expertos no ven motivos para que no sea así, salvo que en los ayuntamientos y gobiernos regionales con mayor visibilidad, el PSOE o Podemos cometan serios errores. También pudiera ocurrir que Mariano Rajoy consiga un gran éxito en la próxima presentación de los Presupuestos de 2016 y obtenga la remontada electoral que tanto anhela su partido.

El desafío del PSOE: arañar votos del centro derecha y, al mismo tiempo, de Podemos

A pesar de los pactos firmados con Podemos, Pedro Sánchez enfatizó en su reciente puesta de largo como candidato que preservará el proyecto autónomo del PSOE, sin dejarse contagiar de algunos de los postulados que defiende Podemos. Es el mismo mensaje que, en privado, están defendiendo él y su equipo en los contactos que mantienen con embajadas extranjeras, inversores y agencias de rating. Hoy tiene previsto presentar en el cuartel general de su partido al equipo de 12 sabios que elaborarán el programa electoral.

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