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Pemex descarta una querella contra Sacyr hasta que resuelva su relación con Repsol

En contra de los recientes rumores, la estatal mexicana Pemex (posee un 9,5% en Repsol) tiene aparcada la estrategia de abrir una batalla jurídica contra Sacyr por la ruptura del pacto de sindicación, con el que pretendían controlar por sorpresa Repsol, al menos hasta que resuelva su relación con Repsol y el resto de los accionistas, según explican a Vozpópuli fuentes conocedoras.

La estrategia de Pemex, accionista desde hace 20 años en Repsol, se centra ahora en revisar su actual participación en la petrolera, que se incrementó del 5% al 9,5% el pasado verano en el contexto del pacto con Sacyr.

El director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, el principal artífice del pacto con Sacyr, ha intentado reabrir esta vía, aunque sin éxito, porque, según la prensa mexicana, le permitiría justificar ante el Gobierno la decisión que tomó el pasado verano de invertir una gran cantidad de dinero (1.,600 millones de dólares) en casi duplicar su peso en Repsol. Coppel, y otros funcionarios, corren el riesgo de enfrentarse a una serie de condenas.  

Una batalla legal contra Sacyr, accionista de Repsol (posee el 10%), para reclamarle 1.200 millones de euros, le impediría restablecer su relación con la petrolera española y con Caixabank, principal accionista con el 12,9%. 

Descartada esta vía, Coppel apoya con fuerza que Pemex siga invirtiendo en Repsol: si al 4,5% que él decidió comprar el pasado verano, se le añade ahora otro 3%, Pemex podría luchar por un segundo consejero en Repsol. En cambio, representaciones sindicalistas y del PRI en el consejo de Pemex apoyan la idea contraria: aprovechar el momento y vender un  3,25% (quedarse en el 6,25%) con plusvalías. 

Pemex  no ha tomado aún decisiones concretas acerca de su posición en Repsol. El consejo extrarodinario del pasado viernes decidió seguir adelante con "el proceso de normalización con el resto de los accionistas de Repsol" y con evaluar su nivel más adecuado de particiación en Repsol, en la misma línea de trabajo que inició el pasado 20 de diciembre, el día en que el pacto de sindicación de acciones con Sacyr se rompe. Pemex convocó una reunión de urgencia ese mismo día y se fijó como objetivo revisar su participación actual del 9,5%: o bien recortar hasta el 6,25% o bien subirla al 12,5% (es decir, o hacer plusvalías y mantener un consejero; o poner más dinero e intentar ganar al menos otro consejero).

 Mañana, dividendo

En medio de esta negocación, los accionistas de Repsol recibirán mañana el dividendo a cuenta de los resultados de 2011 de 0,5775 euros por acción, un 10% más que la retribución del año pasado. Caixabank cobrará 91,45 millones por el 12,9% que posee; Sacyr, que vendió un 10% de su particiación a las entidades acreedoras, recibirá sólo 70,57 millones del paquete del 10% que posee; y Pemex, que incrementó su participación hasta el 9,5%, recibirá 67 millones.

El 10% que Repsol adquirió de autocartera en el marco del proceso de refinanciación de la deuda de Sacyr a finales de diciembre no está sujeto a dividendo.

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