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España

Patinazo de Pedro Sánchez: su código ético no exige dejar el escaño hasta juicio oral

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, durante el foro en que presentó el nuevo código ético.

La "higiene democrática" que la secretaria general del PSOE andaluz y presidenta de la Junta, Susana Díaz, ha reclamado al exconsejero José Antonio Viera, inculpado en el caso de los ERE, para que deje de inmediato su escaño en el Congreso no está reflejada en el código ético del partido que puso en marcha Pedro Sánchez. El líder de los socialistas lanzó el pasado octubre un nuevo reglamento con las directrices que debían seguir tanto la propia formación como sus cargos ante imputaciones por delitos de corrupción. Sin embargo, este documento, que fue presentado en un Foro Ciudadano de Limpieza y Calidad Democrática organizado por Ferraz -con su marketing habitual-, no exige a un inculpado que deje el acta de parlamentario hasta la apertura de juicio oral.

Esta circunstancia ha sido esgrimida por Viera, sobre el que pesan presuntos delitos de prevaricación administrativa y malversación de fondo públicos, según la resolución del Tribunal Supremo, para aferrarse al escaño de la Cámara Baja. El exconsejero de Empleo de la Junta de Andalucía ha decidido continuar su defensa como aforado y para ello ha dejado el Grupo Socialista en el Congreso y se ha pasado al Grupo Mixto como independiente. El acta de diputado es personal e intransferible.

El PSOE ni siquiera ha podido expulsar al imputado Viera, por lo que Pedro Sánchez ha llegado tarde, como su código ético

En concreto, el código ético de Pedro Sánchez establece que "toda persona que ostente cargo o responsabilidad pública u orgánica vinculada al PSOE, en el caso de que resulte imputado por una resolución judicial, dará cuenta de las concretas acusaciones o delitos que se le imputan ante la Comisión Ejecutiva Federal". Este órgano, continúa la norma, dará traslado de esa información a la Comisión Federal de Ética "a fin de que, si es preciso, estos órganos puedan adoptar o recomendar la adopción al órgano competente de las medidas estatutarias oportunas en atención a los hechos y a su gravedad". En lo relativo a Viera, la recomendación de la Comisión Federal de Ética ha sido pedir al diputado nacional que abandone el escaño, algo a lo que no ha procedido.

Y es que el exconsejero andaluz se adelantó a todos estos procedimientos internos y pidió directamente su baja como militante del partido, tramitada desde la agrupación de Coria (Sevilla), a la que pertenecía, y remitida a la federación provincial. Viera comunicó además esta decisión al secretario de Organización del PSOE sevillano, José Muñoz, que "aceptó totalmente mi dimisión", según ha revelado el diputado en declaraciones al programa Al Rojo Vivo de La Sexta. "Ya no soy militante del PSOE ni miembro del Grupo Socialista, el partido está liberado de cualquier responsabilidad", recalcó Viera, apuntando que "ahora haré lo que estime oportuno". 

Chaves y Zarrías no abandonan todavía el Congreso y optan por recurrir

De este modo, el PSOE ni siquiera ha podido expulsar a Viera del partido. Este viernes, mientras el exconsejero comunicaba su baja en Sevilla, el líder del partido, Pedro Sánchez, todavía afirmaba que sería "automáticamente expulsado" de la formación si se pasaba al Grupo Mixto. Sánchez llegaba tarde, como su código ético. Este documento sólo prevé que "cualquier cargo público u orgánico del PSOE al que se le abra juicio oral por un procedimiento penal dimitirá de su cargo en el mismo momento en el que se le dé traslado del auto de apertura del mismo y solicitará la baja voluntaria".

Pero el Tribunal Supremo todavía no ha abierto juicio oral contra Viera y, de momento, el magistrado Alberto Jorge Barreiro ha solicitado a la Sala que tramite el suplicatorio al Congreso. De hecho, el número dos de Sánchez, César Luena, dijo el jueves que no se va a suspender de militancia a los otros inculpados (los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán y el exvicepresidente Gaspar Zarrías), ni tampoco expulsarles del partido, dado que el código ético estipula que tales medidas sólo se adoptarían si hubiera juicio oral. Entretanto, tanto Chaves como Zarrías buscan ganar tiempo con sendos escritos ante Sala de Recursos de la Sala Segunda del TS, pidiendo además la paralización del suplicatorio. De momento, se resisten a abandonar la Cámara Baja. Todo lo que sea alargar la causa en el Supremo, les permitirá eludir a la juez Mercedes Alaya en el Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, a donde el Alto Tribunal devolvería el procedimiento si no hubiera ya aforados.

Díaz ha mostrado mayor vehemencia que Ferraz a la hora de exigir a Viera que deje correr la lista en la Cámara Baja

Por su parte, Susana Díaz ha querido ir más allá que Ferraz y ha reclamado a Viera que deje el acta, pese a estar ya fuera del partido. La presidenta de la Junta basa su petición en que "este señor iba en las listas del Partido Socialista" y dentro de ellas consiguió el escaño por la circunscripción de Sevilla. Díaz, que logró el apoyo de Ciudadanos a su investidura defendiendo "tolerancia cero" ante la corrupción, ha mostrado así una mayor vehemencia que Ferraz a la hora de exigir a Viera que deje correr la lista en el Congreso.

La reacción de Viera ha sido la misma que tuvo inicialmente el exsecretario de Organización del PSC Daniel Fernandez en el caso Mercurio. Al cierre de la investigación por parte del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), que le imputaba un delito de tráfico de influencias, Fernández afirmó en abril de 2014 que sólo renunciaría a su escaño en el Parlament cuando hubiera apertura de juicio oral. Esta resolución llegó ocho meses después, en diciembre de 2014. Sin embargo, este procesado alargó su estancia en el Parlament y sólo dejó el acta unos días antes del arranque de la vista, ya en el mes de enero de 2015. No obstante, cabe precisar que el PSC se rige por un código ético propio. Con el de Pedro Sánchez en la mano, Fernández tendría que haber renunciado al escaño en diciembre, con la notificación del juicio oral. Aun así, poca diferencia.

A Podemos le basta con "imputado"

De los partidos emergentes, es Podemos el que cuenta con el código ético más estricto. El documento aprobado en la Asamblea fundacional de Vistalegre, celebrada el pasado octubre, obliga a todos los cargos electos e internos de la formación a que acepten el siguiente compromiso: "Renunciar al puesto en caso de ser imputado, procesado o condenado por las faltas y delitos que se determinarán en el Reglamento al efecto que habrá de publicar la Comisión de Derechos y Garantías". La norma del partido de Pablo Iglesias detalla que "en cualquier caso" se incluirán "siempre los delitos de corrupción, económicos, acoso sexual, violencia de género, pederastia y maltrato infantil, contra los derechos de los trabajadores, ecológicos y urbanísticos".

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