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España

Descalabro electoral: Rubalcaba y Valenciano noquean al PSOE y le fuerzan a renovar su liderazgo

Elena Valenciano junto a Óscar López tras conocerse los resultados

La cabeza de lista del PSOE, Elena Valenciano, con el rostro cariacontencido, comentó anoche sin la compañía de Alfredo Pérez Rubalcaba, que “los malos resultados electorales son muy duros” para su partido y que la ejecutiva federal decidirá este lunes las medidas a tomar ante el peor balance cosechado por los socialistas desde el inicio de la democracia. La digestión de estas elecciones en Ferraz no será sencilla, como tampoco en las filas del socialismo catalán y vasco, donde se ha producido un auténtico derrumbe. Se tenía previsto elegir el cartel de las legislativas en noviembre, pero hay quien apuesta por el atajo de un congreso extraordinario que jubile a Rubalcaba, a su equipo y a todos los que participaron en los gobiernos de Zapatero. Desde este domingo, no les faltan argumentos para defender este vericueto: El PSOE no solo ha perdido 9 escaños en el Parlamento de Estrasburgo sino que ha hundido el suelo electoral por debajo de los 4 millones de votos al extraviar 3,2 millones de apoyos desde los últimos comicios europeos celebrados hace cinco años, 3,4 si se comparan con las legislativas de 2011 en las que el propio Rubalcaba llevó a su partido a asientos electorales hasta entonces desconocidos con solo el 28% de los apoyos, cinco puntos más que ayer domingo. Hoy se producirán noticias en la reunión de la ejecutiva, donde es muy probable que Rubalcaba anuncie que no concurrirá a las primarias. Pero nadie daba por hecho anoche que este gesto será suficiente para contener el tsunami provocado por las urnas.

El PSOE se deja en estas elecciones nueve escaños y mas de tres millones de votos

Todos los análisis superficiales que se hagan para disfrazar el batacazo, comentaban anoche fuentes socialistas, pueden sobrevivir temporalmente cara a la galería, pero no merecen crédito alguno en el interior de la organización: Valenciano y Rubalcaba, Rubalcaba y Valenciano, tanto monta, monta tanto, jugaron con ventaja durante la campaña gracias al planchazo del candidato del PP, pero han perdido las elecciones y solo están en condiciones de sedarse con dos datos de la realidad que tampoco pueden pasar inadvertidos: la crisis del bipartidismo, que alcanza también de lleno al PP, y la creciente desafección ciudadana hacia la política.

Seis millones de votos en la cuneta entre PP y PSOE

Que el bipartidismo ha entrado en la unidad de cuidados intensivos lo demuestra que entre el PP y el PSOE solo sumen el  49% de los votos, frente al 80% de hace cinco años. Ambas formaciones pierden diputados en Estrasburgo, 8 en el caso de los populares y 9 en el de los socialistas, mientras se dejan en la cuneta casi 6 millones de votos: en 2009 lograron entre los dos 12,6 y ayer solo consiguieron 7,5. El contraste con las elecciones generales celebradas a finales de 2011 aun es más preocupante para las dos grandes formaciones: el PP pierde 18 puntos y más de 6,7 millones de votos y el PSOE 5 y casi 3,4.

La aversión de los españoles hacia la política se ha traducido en una abstención superior al 54%, algo inferior a la registrada en las europeas de 2009, un comportamiento que ha tenido también un reflejo parecido en el resto de Europa, donde se ha registrado una participación electoral inferior al 44%.

La actitud de Susana Díaz hoy en la ejecutiva será decisiva para el futuro de Rubalcaba

Estas distracciones poco o nada servirán a los socialistas para disimular su fracaso. De hecho, las urnas han hecho crecer a su izquierda un frente que se nutre del voto protesta, formado por pequeñas formaciones como Podemos, con 5 escaños en Estrasburgo, y por organizaciones ya consolidadas en el mapa electoral como Izquierda Unida, que pasa de estar representada con 6 eurodiputados, frente a los 2 que obtuvo en 2009. El PSOE se verá obligado a recorrer el resto de la legislatura con estos estorbos, pero lo que tendrá que resolver en el corto plazo es algo mucho más simple y, al mismo tiempo, decisivo para su futuro: si respeta el calendario fijado para renovar su cartel electoral, con las primarias previstas para noviembre, o si se decanta por la senda de un congreso extraordinario. Con el partido noqueado por los resultados conocidos anoche, Rubalcaba queda a expensas de lo que decidan los ‘barones’ regionales, en particular Susana Díaz y la federación andaluza, que aportan el 25% de los votos a su partido, nada entusiasmada con las alternativas que Eduardo Madina, Carmen Chacón o Patxi López supondrían para dirigir su partido. La voz de Díaz será decisiva en la ejecutiva de este lunes.

Izquierda Unida y Podemos disparan la sangría electoral de los socialistas

Zarandeado ayer en las urnas, con el suelo electoral dañado por la incapacidad para taponar las fugas por la izquierda y con todavía menos capacidad de maniobra que hasta ahora para dar guerra a Mariano Rajoy, el PSOE se verá apremiado a radicalizar en el Parlamento su ofensiva contra el grueso de las reformas económicas previstas por el Gobierno para la segunda parte de la legislatura, todas las necesarias para reducir el déficit por debajo del 3% en 2016 y también para que los candidatos del PP lleguen con respiración asistida a las municipales y autonómicas de mayo del año que viene. A partir de ahora, Rajoy lo tendrá más fácil también para publicitar su reforma fiscal o para sacar adelante el nuevo modelo de financiación autonómica. Las europeas no le han arrojado a Rubalcaba el salvavidas en el que confiaba y ahora es improbable que se anime a cocinar el plato preferido por el Gobierno y por el Ibex para reducir al mínimo las posibilidades que llevan meses trabajándose Madina, Chacón, López o Sánchez para subirse al carrusel de las primarias.

La crisis del PSOE vuelve a la casilla de salida del congreso celebrado en Sevilla a comienzos de 2012

Con este panorama, el PSOE regresa anticipadamente al kilómetro cero en el que se situaba en febrero de 2012 en el Congreso de Sevilla, esta vez más roto por dentro y sin grandes contrafuertes dispuestos a velar durante mucho tiempo los restos de Rubalcaba.

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