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España

Rubalcaba pide a los dirigentes territoriales del PSOE que no le hagan la guerra sucia a sus espaldas

El anuncio de Rubalcaba de que se mantendrá en la secretaría general del PSOE hasta que cumpla los cuatro años para los que fue elegido no está grabado en bronce, según reconocen sus colaboradores. Responde al balance de la ronda de llamadas que realizó entre la noche del domingo y la mañana del miércoles entre los secretarios regionales de su partido y algunos referentes de la llamada ‘vieja guardia’, Cándido Méndez incluido, partidarios la mayoría de que Rubalcaba continúe en el sillón de Ferraz hasta que pasen las elecciones catalanas del 25 de noviembre y, sobre todo, hasta que despunte algún liderazgo alternativo. Y eso lleva su tiempo.

Bono es uno de los antiguos dirigentes del PSOE que más críticos se muestran con su andadura y con la forma en que se ha desdibujado su proyecto

De momento, Rubalcaba no se fía ni de su sombra y ve conspiraciones por doquier a su alrededor. Del andaluz José Antonio Griñán, él y muchos a su alrededor opinan que tiene una losa en el caso de los ERE´s de recorrido judicial incierto. De Carmen Chacón cree que ya no es un peligro para él, aunque tema la pinza que puede volver a promover junto al presidente de la Junta de Andalucía. En todo caso, considera que después de las elecciones de noviembre, quedará seriamente tocada ella y también el PSC. Hay otras terminales que Rubalcaba controla menos, por ejemplo, la de José Bono. El ex presidente del Congreso comenta en privado por activa y por pasiva que no tiene interés alguno en regresar a la política activa, pero Rubalcaba le ha comentado a un alto dirigente del PSC que “si le tocas las palmas, baila”. En otras palabras, que si en el partido se le jalea y se le facilita el paso, estaría dispuesto a repetir la misma cruzada que le falló frente a Zapatero en 2000, siempre que se interpretara su disposición como un generoso acto de servicio. Bono es uno de los antiguos dirigentes de su partido que más críticos se muestran con su andadura y con la forma en que se ha desdibujado su proyecto. La marca PSOE, suele argumentar, ya solo sirve para Ferraz.

Que Rubalcaba no se fía de su sombra lo certifica el aviso que ayer lanzó en el Congreso a quienes le dicen al oído que siga en el cargo y por detrás le ponen de vuelta y media. “Agradecería que se me dijera en persona lo que sale por algunos teletipos, que las ideas me las plantearan cara a cara y no a través de los periódicos”, advirtió en un llamamiento implícito al cierre de filas. A los secretarios regionales les ha advertido también que no le hagan la guerra sucia a sus espaldas, que el PSOE no se puede permitir una fractura en estos momentos.

Rubalcaba ha admitido que carece de alternativa al Gobierno y eso es lo que más ha chirriado en las filas socialistas

De su comparecencia de ayer, 72 horas después de conocerse el descalabro socialista en Galicia y el País Vasco, lo que más ha chocado en las filas socialistas no es la insistencia en que no tirará la toalla hasta que consuma su mandato en 2016, sino el reconocimiento de que en estos ocho meses ha sido incapaz de elaborar una alternativa. Rubalcaba se justificó con estas palabras: “Una sociedad angustiada no quiere oposición, sino alternativa”. Y a continuación añadió que para construirla pensaba agotar los cuatro años de horizonte que le dio el Congreso de Sevilla, pero que a la vista de los acontecimientos acelerará los tiempos. La conferencia que proyectaba celebrar antes de fin de año para establecer el procedimiento de primarias, es decir para mirarse al ombligo, se reconvertirá finalmente en un cónclave de ideas y de programa. Es tanta la desorientación que abruma a sus organizadores que recientemente reunieron a un grupo de periodistas para que les dieran opiniones. Lo nunca visto, comentan algunos de los que participaron en esta especie de brainstorming.

Es tanta la desorientación que abruma a los organizadores de la próxima conferencia política del PSOE que han reunido a un grupo de periodistas para que les den ideas

Quienes conocen bien a Rubalcaba dentro de su partido vaticinan que antes de dimitir terminará por abrasar a su equipo. “Abandonar ahora sería tanto como admitir que fue responsable de la herencia que dejó Zapatero y de los fiascos electorales que ha sufrido el PSOE desde 2011. Y eso sería mucho para alguien tan soberbio y tan listo como él”, comentaba ayer un veterano diputado de sus filas, al tiempo que acentuaba el “profundo error” y la “falta de reflejos” que tuvo Rubalcaba al no dar la cara en la noche electoral del pasado domingo.

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