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España

Barones fuera: Camacho, Fabra, Monago... La limpia que reclaman las bases del PP

Mariano Rajoy en la comparecencia de este jueves en Moncloa

No se puede llegar a las autonómicas con este equipo, piensan en las filas del PP. Hay una parte muy amplia de la militancia que considera que el PP está perdiendo la batalla de la imagen frente a la corrupción. Es imprescindible hacer cambios, limpiar la primera fila de elementos contaminados, de nombres que despiertan algo más que sospechas. Y hay que hacerlo ya. Pero miran hacia sus altos mandos y no parecen encontrar la respuesta reclamada.

Fabra, Monago, Sánchez-Camacho son algunos de los dirigentes que surgen, de forma casi espontánea, al conversar con veteranos militantes de diversos puntos de España. Cada uno por diferentes motivos, son 'barones' que transmiten una idea del Partido Popular alejada de la campaña de la regeneración y la limpieza democrática emprendida por Mariano Rajoy y apoyada por Dolores Cospedal. Monago y sus falsedades sobre viajes a Canarias, desveladas en el preciso momento en el que los altos cargos del PP se concentraban en Cáreces. Fabra y su inoperancia a la hora de despejar su grupo parlamentario de imputados o de acabar con el escándalo de la alcaldesa de Alicante. Sánchez-Camacho suma al episodio tenebroso de los espías su chirriante intervención sobre la actuación de la fiscalía en la resaca del plebiscito apócrifo del 9N. Y hay más, por supuesto.

Es posible que haya algún movimiento en las listas, alguna incorporación e incluso alguna sorpresa

Ahora mismo el partido en el Gobierno tiene serios problemas a la hora de encarar su próxima cita con las urnas. Es posible que haya algún movimiento en las listas, alguna incorporación y que incluso se produzca alguna sorpresa, como en las candidaturas de Madrid, pero no es eso lo que percibe la militancia que observa un partido y un Gobierno anquilosado, con tendencia al inmovilismo. La manifiesta voluntad de combatir todo rastro de actuación ilegal se topa de bruces con la lentitud a la hora de tomar decisiones y de afrontar problemas. El Ejecutivo parece no existir y los ministros ocupan su tiempo en disputas internas y en atender los requerimientos de la vicepresidenta, única pieza que aparece bien valorada en la opinión pública.

No hay medidas a la espera

Pero la respuesta contundente de Rajoy en la rueda de prensa sobre el plebiscito apócrifo, en la que despachó con un escueto y sonoro "no" a la pregunta sobre modificaciones futuras en los cuadros de su partido ha producido un efecto de desaliento. El presidente del partido seguía la línea de lo que anunciara en su momento su secretaria general, quien hace una semana declaró que no se plantea cambios importantes en la dirección de su partido. Y de paso arremetió contra los 'cobardes' que intrigan en la sombra sin dar la cara y que alientan la idea de un relevo en la cúpula del PP e incluso de la presidencia del Gobierno.

La investigación a Chaves y Griñán produce alivio en los cuarteles del PP

Las bases piden cambios y si no alcanzan al partido al menos deberían afectar a las dirigencias regionales. Al menos para ofrecer en las autonómicas y municipales un aspecto más edificante. Bárcenas, financiación en B, sobresueldos, Gürtel, tarjetas negras, Granados y la red Púnica... el goteo es intenso e insistente. La corrupción arrasa en las encuestas todo lo conseguido con los logros de la recuperación económica, que ha pasado a un segundo plano.

Rajoy, sin embargo, es poco amigo de cambios y contempla, con cierta tranquilidad, cómo en el PSOE sufren similares vientos huracanados. El golpe de las imputaciones a Chaves y Griñán ha producido un respiro de alivio en los cuarteles generales del PP, que observan cómo, al menos de momento, el foco de los escándalos cruza de acera y se encamina ahora hacia la sede de la calle Ferraz. Toda excusa es buena para no abordar con decisión la principal asignatura pendiente de las dos principales formaciones del arco parlamentario.

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