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España

Los nacionalistas avisan al príncipe Felipe: o pone la monarquía a su servicio o no avalarán su reinado

Detrás de la abstención de los nacionalistas vascos y catalanes en la ley de abdicación de don Juan Carlos, tanto el PNV como CiU han colado mensajes que preocupan al Gobierno ya que se interpretan como un aviso directo dirigido al Príncipe de Asturias cuando se convierta, a partir del próximo día 19, en Felipe VI. Aitor Esteban, portavoz del PNV en este debate, profesor de Derecho en la Universidad de Deusto, no es un diputado cualquiera y es poco amigo de los rodeos: “Para nosotros, Felipe VI es una auténtica incógnita, no podrá limitarse a ser una figura de cera y si quiere legitimarse, deberá dejar una idea clara más pronto que tarde de qué modelo de Estado imagina”. El relato que Esteban ha hecho en el Congreso conviene que sea tenido en cuenta por la Casa Real porque anticipa la actitud que adoptará el PNV si ve que el nuevo rey no responde a los intereses del País Vasco: “Si quiere la monarquía demostrar alguna utilidad, tiene ante sí el reto de responder a las aspiraciones de las diferentes naciones que conforman el Estado español, comenzando por su reconocimiento. Si quieren que demos nuestra aquiescencia a esta forma de Gobierno, deberá renegociarse el conjunto de la Constitución, discutir y acordar el propio modelo de Estado”.

"Felipe VI no podrá limitarse a ser una figura de cera", ha advertido Aitor Esteban (PNV)

El PNV se ha estrenado con este discurso en pleno proceso de relevo en el trono, después de haber permanecido callado durante casi tres décadas cada vez que se ha suscitado de forma esporádica el debate sobre monarquía o república. Pero ahora ha desenterrado el hacha de guerra, a remolque de las aspiraciones soberanistas en Cataluña. Las explicaciones dadas para ello desde el nacionalismo vasco son básicas, pero contundentes. Es una formación “esencialmente republicana” que, aunque no ve una prioridad política la forma de Estado que se adopte en España, considera lógico que ésta sea la república, un sistema por el que los ciudadanos elijan periódicamente quien les representa al frente del Estado.

La inviolabilidad no tiene sentido

El futuro rey, ha dicho Aitor Esteban, debe utilizar sus poderes de arbitraje y moderación para encaminar al Estado a un nuevo modelo, pues sólo así dará sentido a la monarquía. En 1978, el rey tenía asegurado el trono y su continuidad era una condición sine qua non impuesta por los poderes fácticos. Hoy, en pleno siglo XXI, en una situación muy diferente a la de la Transición, “el rey debe ganarse el trono”, ha advertido el portavoz peneuvista.

Esteban y otros parlamentarios, entre ellos Rosa Díez, han  coincidido en que a Felipe VI habrá que exigirle también pilotar una institución basada en la transparencia, no sólo de su actividad pública, sino de las finanzas de la Casa Real y su patrimonio personal. “No es comprensible para la ciudadanía que el jefe del Estado no responda penal ni civilmente por las acciones personales que haya realizado en el ámbito privado. ¿Qué naturaleza, quizá divina, puede justificar que sea irresponsable a diferencia del resto de los ciudadanos por sus actos privados?, ha concluido Esteban.

Los nacionalistas avisan de que "el futuro rey debe ganarse el trono"

Las advertencias de CiU al Príncipe de Asturias, siendo algo más comedidas, han tenido el mismo fondo que las del nacionalismo vasco. “Espero que el nuevo rey sea sensible a las demandas de la sociedad catalana y ejerza desde el primer día el impulso necesario para la regeneración de nuestro sistema y para que Cataluña pueda expresar sus aspiraciones de futuro”, ha avisado Josep Antoni Duran i Lleida.

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