Quantcast

España

Atracción fatal en Podemos: el abogado Gómez Benítez, el fichaje más polémico de Pablo Iglesias

El exvocal del CGPJ José Manuel Gómez Benítez.

No se hablaba de otra cosa esta semana en el mundo de la judicatura y las togas. Quien ha sido uno de los miembros más controvertidos del órgano de gobierno de los jueces ha vuelto a la primera línea de la mano de Podemos. El líder del partido que quiere abanderar la regeneración, Pablo Iglesias, ha fichado para su lista a las primarias al gran exponente de la politización de la Justicia. El catedrático de Derecho Penal José Manuel Gómez Benítez ha sido conocido como el "abogado del PSOE", ya que desde mucho antes de aterrizar en el CGPJ (2008-2013) había defendido intereses de la causa socialista.

Abogado del expresidente Felipe González y también de Ferraz en la denuncia del tamayazo, este penalista incorpora un fuerte carácter, una personalidad abrupta e incluso tics autoritarios, según relatan a este diario personas que lo han tratado de cerca. Y ello, he aquí la comidilla que había estos días en los pasillos de los juzgados y tribunales mediáticos, se presume más bien como un problema para el eurodiputado. Un perfil "extremadamente complicado para tenerlo de compañero de viaje" por mucha ayuda que pueda brindar como uno de los penalistas más brillantes de España, coinciden las fuentes consultadas.

"Se han juntado dos egos muy fuertes, es como una atracción fatal", comentaba a este diario un alto cargo del poder judicial. Y es que, según cuentan los cronistas de los bajos fondos, Gómez Benítez, emisario del Gobierno de Zapatero en la negociación con ETA, estuvo a punto de pegarse con el jefe del aparato militar Francisco Javier López Peña, alias 'Thierry', en una reunión mantenida en Suiza la primavera de 2007, según las actas de la banda incautadas al etarra, detenido en 2008. A partir de aquella acalorada discusión, donde los interlocutores casi llegan a las manos, el proceso de paz entró en barrena. El más duro de ETA desafiado por el más duro de los negociadores. A Gómez Benítez nadie le tose. ¿Lo sabrá Pablo Iglesias?

Un perfil "complicado para tenerlo de compañero de viaje" por mucha ayuda que pueda brindar, coinciden las fuentes consultadas

Nada de su papel como mediador del Ejecutivo socialista -leal de Alfredo Pérez Rubalcaba, entonces ministro del Interior- en las conversaciones con ETA aparece en el currículum que ha distribuido Podemos. Nada de que fue él (emisario de Zapatero junto al expresidente del PSE Jesús Eguiguren y el exministro Javier Moscoso) quien negoció con la banda en una cita en Oslo (Noruega) en 2006 la impunidad para Jarrai, Egunkaria, Udalbiltza, Ekin, el PCTV o las herriko tabernas, la situación de los presos con enfermedades graves y la excarcelación de José Ignacio de Juana Chaos, como recogen las actas de ETA. Al otro lado de la mesa estaba José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, 'Josu Ternera', otro duro entre los duros.

Tampoco hay alusión a que el aguerrido abogado dijo a la banda que el chivatazo policial del bar Faisán avalaba la postura conciliadora del Gobierno socialista, como publicó El Mundo.

De su etapa de juventud, Gómez Benítez (nació el 1 de julio de 1950 en Jaca) comparte con Pablo Iglesias cierto liderazgo entre el comunismo universitario de su época, en el ocaso del franquismo. Incluso llegó a ser detenido y encarcelado por asociación ilícita y propaganda ilegal. Las arengas de 'Gadafi', apodo con el que se le conocía por el parecido de su melena a la del dictador libio, eran sonadas. Tanto él como su nuevo jefe han servido al Partido Comunista. Sin embargo, mientras el eurodiputado siguió la evolución natural recalando en la órbita de IU, Gómez Benítez se rodeó de amigos socialistas.

Fue letrado del conseguidor estrella del felipismo Antonio Navalón -cercano al grupo Prisa y a Juan Luis Cebrián- en el caso Argentia Trust, y también defendió al exjuez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón en procesos de protección de su honor y disciplinarios antes de que lo hiciera el letrado sevillano Francisco Baena Bocanegra en los casos penales.

Cuando el primer asunto que comprometía a Garzón llegó al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en julio de 2009, el de los cobros de la Universidad de Nueva York, Gómez Benítez se abstuvo de participar -por haber ejercido como abogado del exjuez- en la Comisión Disciplinaria que decretó el archivo.

De igual modo, al año siguiente, cuando tocaba al CGPJ pronunciarse sobre una eventual suspensión de Garzón (el Supremo tramitaba ya las tres famosas querellas en su contra: cobros de Nueva York, escuchas de Gürtel y fosas), Gómez Benítez también pidió abstenerse por los "servicios profesionales" prestados al exjuez "durante los dos años anteriores". Hubo entonces quienes, según fuentes del Consejo de aquella época, deslizaron que Gómez Benítez seguía trabajando en la sombra para el magistrado, intentando convencer a sus compañeros vocales de la inocencia de su amigo. Pero esto nunca ha sido demostrado.

Envuelto en intrigas y "merodeando oscuridades"

En cambio, sí hay constancia de que él fue el artífice de la dimisión de Carlos Dívar cuando éste presidía el CGPJ y del TS. Gómez Benítez se afanó en sacar a la luz todos los detalles de los viajes privados a Marbella y demás destinos nacionales que realizó Dívar con cargo al presupuesto público. Fuentes jurídicas que compartieron pasado con el penalista señalan a Vozpópuli que el entonces vocal del CGPJ, propuesto por el PSOE, fue aislándose él mismo del trabajo colectivo. Renunció de las comisiones en las que tenía responsabilidad y tuvo así más tiempo, indican las mismas fuentes, para escudriñar los entretenimientos de Dívar.

Quedó tan solo, sin apoyos, por su propia voluntad, que incluso protagonizó encontronazos con quien había sido una importante aliada, la hoy magistrada del TS Margarita Robles, también propuesta por el PSOE y exsecretaria de Estado de Interior con Felipe González. Entre las decisiones legislativas que tomó Gómez Benítez, hay una que no le deja hoy en buen lugar ante sus nuevos compañeros de Podemos: formuló una enmienda favorable a la prisión permanente revisable introducida en la última reforma del Código Penal, que entró en vigor el pasado 1 de julio.

Envuelto en intrigas, "merodeando oscuridades" y buscando el enfrentamiento es cómo lo recuerdan coetáneos de aquel órgano. Llegó a ser temido por cuanto su lupa de trapisondista podía amenazar la intimidad de otros vocales y dañar aún más la imagen de la institución.

Gómez Benítez, que fue nombrado consejero del bufete Gómez-Acebo y Pombo tras dejar el CGPJ, es la "sorpresa" que avanzaba Iglesias sobre su lista para las primarias. Quizá el líder de Podemos vea en él un posible ministro de Justicia, cargo para el que ya sonó cuando Zapatero ganó las elecciones de 2004. Aunque sobrellevarle será una empresa compleja dada su condición de indomable, irredento de una hoja de servicios con más máculas que méritos. La convivencia lo dirá.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.