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Política

Rajoy tiene un 'plan B' por si Sánchez resucita en las primarias

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, en uno de sus encuentros en Moncloa.

Mariano Rajoy considera un inconveniente para sus planes una posible victoria de Pedro Sánchez en las primarias del PSOE. Confía en que tal posibilidad no se concrete, pese a lo que adelantan algunos sondeos. En el caso de que la militancia socialista respalde a su anterior secretario general, Rajoy acogerá la noticia sin pestañear, mencionan fuentes de su equipo. Nada de disolver las Cámaras y adelantar las elecciones, como han apuntado algunas versiones que circulan incluso en el propio Ejecutivo. 

El presidente del Gobierno descarta un anticipo electoral para este año y así lo repite con insistencia a cada oportunidad. Salvo un contratiempo inesperado, nada hace pensar en que asomen las urnas a finales de este año o primeros del próximo. El horizonte electoral que se divisa desde Moncloa está situado en 2019, antes de que culmine la legislatura y una vez celebrados los comicios autonómicos y municipales. Un retorno de Pedro Sánchez a la cúpula del PSOE en nada alterará esos planes, según las fuentes. 

La negociación de los presupuestos

El Gobierno tiene prácticamente atado el cierre de las cuentas públicas para este año. Ciudadanos, el PNV y los satélites canarios se harán cargo de redondear la mayoría simple necesaria para superar una enmienda a la totalidad. Otra cosa serán los presupuestos de 2018, cuyo ciclo de gestión empieza en junio, dentro de tres meses.

El escollo de Pedro Sánchez aún es menor que el de los presupuestos. Algunos dirigentes del PP le comentan con insistencia a Rajoy la imposibilidad de gobernar con un líder de la oposición que se abona radicalmente al 'no' y que proyecta un acuerdo con Podemos y otras fuerzas extremas para cambiar el color del partido en la Moncloa. Rajoy, pese a que en algún momento ha deslizado la amenaza de una convocar elecciones si no puede gobernar, no se espanta ante la posible 'resurrección' de Sánchez

En el caso de volver a Ferraz, Sánchez tendría que afrontar una potente división interna, no solo en su grupo parlamentario, que mayoritariamente se alienó en su contra, sino en su propia formación. No se trata de un dirigente con facilidad para aunar o para restañar heridas. La vieja guardia del PSOE y la propia Susana Díaz no ayudarían precisamente en esta labor, según algunos trascendidos que han llegado al Gobierno. Sánchez estaría demasiado ocupado en su frente interno y no tendría demasiado tiempo para intentar cualquier otro tipo de estrategias de oposición, en especial en común acuerdo con Podemos. No resultaría un periodo sencillo para el PP, pero menos aún para el propio PSOE. "Sánchez estaría más atado que nosotros, y más incómodo", señala un veterano dirigente 'popular'.

Rajoy pretende superar el trance de los presupuestos actuales y, sea cual fuere el resultado de las primarias socialistas, afrontará la negociación de las cuentas públicas del año próximo, que quizás haya que prorrogar, con la mirada puesta en unas elecciones generales en 2019. Culminar la legislatura supondría cederle al PSOE demasiado tiempo para recomponerse.

El jefe del Ejecutivo no ha descartado aún presentarse como candidato en los próximos comicios presidenciales. La negativa de su grupo a asumir las presiones de Albert Rivera para poner un límite de ocho años a los mandatos presidenciales van apuntan en esa dirección. Aprobar los presupuestos de 2017, prorrogar los de 2018 si no hay más remedio y adelantar las generales sería el calendario en el que piensan algunos asesores de Moncloa. Rajoy no despeja dudas. Pero el 'factor Sánchez' pesa menos en el calendario presidencial de lo que algunos sospechan. 

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