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España

La caída del 'clan Polverino' frena su plan de instalar una red de supermercados en España

Uno de los detenidos durante la reciente operación contra la Camorra.

El clan Polverino de la Camorra no estaba de paso en España. Había venido a quedarse. Sus cabecillas no sólo pretendían refugiarse al sol de nuestras costas, sino que llevaban años montando una infraestrcutura empresarial similar a la que en su Italia natal les había permitido acumular bienes por más de 1.000 millones de euros. Tenían ya inmobiliarias, empresas de compraventa de vehículos de lujo, casas y fieles 'empleados' españoles... pero aún querían más. De hecho, los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el grupo que se ha convertido en su peor pesadilla, han abierto varias líneas de investigación tras las detenciones del pasado martes, entre ellas, intentar averiguar en qué otros negocios pensaban extender sus tentáculos. Algunos documentos incautados al grupo apuntan a que tenían la vista puesta en una cadena de tiendas de alimentación, según han confirmado a este diario fuentes conocedoras de las pesquisas.

Los investigadores encontraron en un piso de Jerez que ocupó el capo Polverino papeles que apuntan al interés del clan por hacer negocio en el sector del ocio y en el de la alimentación 

En concreto, la Guardia Civil encontró en un piso de Jerez de la Frontera (Cádiz), el que ocupaba Giuseppe Polverino, jefe del clan, hasta su detención en marzo del año pasado, documentación que apunta a que la Camorra estudiaba las posiblidades de negocio en dos áreas: el ocio y la alimentación. En concreto, dichos papeles se referían a una discoteca de la costa sur española y a una cadena de supermercados. Fuentes conocedoras de los mismos señalan a este diario que "aún es pronto para sacar conclusiones", pero reconocen que la Fiscalía contra la Criminalidad Organizada ya los están analizando para saber si el grupo mafioso llegó finalmente a invertir parte de los millonarios beneficios que obtenía de la droga en estos sectores.

La sospecha está reforzada por la estructura que el clan Polverino tiene en la region italiana de la Campania, de donde es originario, y que le ha llevado a montar sendas cadenas de panaderías y carnicerías. "Es lo que los Carabinieri han bautizado como política de 'pan y carne'", señalan estas mismas fuentes, que destacan que estos establecimientos han permitido durante años a este grupo de la Camorra blanquear parte del dinero que obtenía con sus actividades delictivas, pero también ganar dinero y, sobre todo, dar trabajo 'legal' a los miembros de la organización y sus familias. Cuando en mayo de 2011 las autoridades italianas propinaron un duro golpe a esta organización mafiosa, el grueso de los bienes intervenidos estaban precisamente dedicados al negocio de la alimentación: se incautaron de 141 locales y comercios, entre ellos 7 supermercados, además de 18 naves de almacenamiento. "Queremos saber si pretendían trasladar ese patrón de actuación también a España", recalcan las fuentes consultadas.

33 detenidos

Lo cierto es que, hasta ahora, en nuestro país la Guardia Civil no ha detectado su entrada en el sector de la alimentación, pero sí en el de las inmobiliarias y el de la automoción. De hecho, las 33 detenciones del pasado martes, entre ellas la de los dos cabecillas en nuestro país de la organización, Domenico Panella y Massimiliano D'Aria, han permitido desmantelar numerosas empresas ligadas de un modo u otro al clan, cuya trama giraba básicamente en torno a siete sociedades. No obstante, los investigadores no descartan que en el transcurso de las próximas semanas aparezcan más. El gestor español encargado de tramitar la creación de las mismas y que también ha sido detenido, Rafael Longas Marco, tiene a su nombre cerca de 70 empresas de todo tipo. Los agentes investigan ahora si alguna de ellas ha sido también utilizada por la Camorra.

Hasta ahora, las principales mercantiles de su entramado empresarial se centraban en la compraventa de pisos y de automóviles. Todas estaban a nombre de testaferros

De las ya intervenidas, la más activa era Just Marbella Classic SL, registrada a nombre de uno de los principales testaferros de la red, Francisco Javier Picatoste, hombre de confianza de Panella. Esta sociedad se dedicaba al negocio inmobiliario en la Costa del Sol, un objeto social que compartía con otras empresas de la trama como Domepa SL, Veronica Mele SL y Construcciones Kelen SL, está última a nombre de Kelen Barbosa, la novia brasileña del capo Giuseppe Polverino. Junto a ellas, aparece FA Inversiones Imporexpor SL, Fanning Servicies SL y Carcenter Import-export SL, está última también muy activa y deicada a la compraventa y alquiler de vehículos. Su administrador único era el también español Luis Miguel Sánchez Núñez, al cuyo nombre el clan Polverino había puesto otras dos empresas.

"Con su sociedades de pisos y coches no sólo blanqueaban dinero, sino que también facilitaban cobertura logística a los jefes del clan mafioso que se ocultaban en España. Los pisos y coches que utilizaban estaban registrados como propiedades de éstas, nunca a nombre de ellos", destacan fuentes conocedoras de la investigación, que señalan, por ejemplo, que el lujoso vehículo todoterreno que utilizaba el máximo jefe del grupo en sus desplazamientos por España estaba, precisamente, a nombre de la empresa Carcenter Import-Export SL. El propio capo dio instrucciones a sus hijos tras su detención en España y extradición a Italia para que el automóvil fuera recuperado como fuese "porque lo he pagado yo".

'Puntatas' para comprar hachís

Sin embargo, la principal fuente de ingresos del clan aún no eran sus negocios 'legales', sino el tráfico de hachís, que la organización compraba en Marruecos y hacía cruzar la península rápidamente en camiones rumbo a Italia y,más en concreto, a la zona de Nápoles, donde el clan monopolizaba su venta. Las autoridades italianas estiman que el grupo conseguía introducir entre 50 y 60 toneladas al año gracias a la 'ruta española' y que ello les reportaba unos ingresos cercanos a los 60 millones de euros anuales. Toda un fortuna en la que todos los miembros del clan participaban mediante la 'puntata', un peculiar sistema de participación en la compra de la droga y sus posteriores beneficios en los que podían participan todos los integrantes del clan. Eso sí, con normas muy estrcitas.

En la compra de los alijos de droga participan con su dinero todos los miembros de la 'paranza'. Eso sí, ninguno podía poner más que el capo

Cuando una paranza o célula, de las que en España había tres situadas en Tarragona, Alicante y Málaga, acordaba la compra de un alijo con un traficante marroquí, ofrecía a todos los miembros de la propia paranza , así como a los jefes de los otros grupos y al capo, participar en la adquisición con la inversión de dinero para sufragar la misma. Eso sí, ninguno de ellos podía poner más dinero que Giuseppe Polverino, que de este modo se aseguraba ser también el que más beneficios obtenía de cada alijo ya que éstos posteriormente eran repartidos proporcionalmente a la cantidad invertida para la compra.

Un sistema reglado que, sin embargo, había provocado fuertes tensiones dentro del grupo y que, según las investigaciones, estuvo a punto de costarle la vida a Fabio Allegro, jefe de la paranza de Málaga hasta su detención en septiembre de 2010. Allegro, entonces uno de los hombres de confianza del propio Polverino, había pactado la compra de un alijo a un precio y ofertó la puntata a todos como si éste hubiera sido más elevado. Una cresta, en terminología de la Camorra, de la que finalmente se enteró el capo que sospechó del elevado nivel de vida que empezó a disfrutar su lugarteniente y que le había permitido, además de adquirir inmuebles y coches en España, comprar la exclusiva de la venta en España de una marca de calzado de lujo para la zapatería que le había puesto a su mujer en plena milla de oro marbellí. Según fuentes cercanas a aquella investigación, su detención a manos de la Guardia Civil le salvó muy posiblemente de sufrir la ira del gran capo.

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