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España

Miguel Blesa llega a la Audiencia Nacional para justificarse ante el juez por las tarjetas opacas

Miguel Blesa a su llegada a la Audiencia Nacional

El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa ha llegado este jueves a la Audiencia Nacional, dos horas antes de tener que declarar como imputado ante el juez Fernando Andreu por el escándalo de las tarjetas opacas de Caja Madrid, en mitad de un fuerte dispositivo policial y sin que se hayan producido altercados.

Blesa, quien en estos momentos aguarda a las puertas de la sala donde será interrogado esta tarde, ha llegado a las 13:53 horas acompañado de su abogado, Carlos Aguilar, a bordo de un todoterreno pequeño, del que se ha bajado sin mirar al nutrido grupo de periodistas que esperan en la puerta de la Audiencia Nacional.

A unos metros, un grupo de varias decenas de preferentistas que desde primera hora de la tarde proferían gritos de "ladrones" e "hijos de puta", no han reconocido al exbanquero, por lo que no se han reproducido los incidentes de otras ocasiones.

Tras Barcoj y Blesa, tendrá que verse las caras con el juez el expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, que está citado a partir de las 17:00 horas. 

Barcoj también espera en la Audiencia Nacional para explicarse ante el juez

El ex director financiero de Caja Madrid, Ildefonso Sánchez Barcoj, se encuentra ya en la Audiencia Nacional para declarar como imputado por el escándalo de las tarjetas opacas, del que fue el principal beneficiario y al que la documentación le atribuye la gestión directa de las mismas.

Barcoj ha llegado en taxi alrededor de las 14:40 horas, veinte minutos antes de que empiece su comparecencia ante el juez Fernando Andreu, y aguarda ya a las puertas de la sala donde será interrogado junto con el expresidente de la caja, Miguel Blesa, del que fue su "mano derecha".

Desde primera hora de la tarde, un fuerte dispositivo policial custodia la calle Prim de Madrid. A unos metros de la puerta, decenas de preferentistas lanzan gritos de "Borrachos y puteros, nos roban el dinero" o "Qué desgraciados, qué desgraciados, roban el dinero a los jubilados".

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