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España

El 'efecto Cañete' hace remontar dos puntos al PP en las encuestas para las elecciones europeas

Mariano Rajoy se tomó su tiempo a la hora de designar a su candidato a las europeas. El nombre de Arias Cañete era un secreto a voces, pero el hermetismo del presidente abría las posibilidades a todo tipo de quinielas y elucubraciones. Los especialistas del PP en el seguimiento demoscópico de la intención de voto, liderados por el gurú oficial, Pedro Arriola, observan que el PP ha subido en su intención de voto un par de puntos desde que tiene cabeza de cartel. Es un moderado ascenso, quizás incluso pasajero y nada sorprendente. El nombramiento de un candidato suele ir acompañado de un crecimiento de su partido en las encuestas.

Votante amodorrado

La llegada de Arias Cañete ha producido un efecto movilizador en el seno de la formación conservadora. Aunque desde Génova se programaban actos y se celebraban mítines desde hace un par de meses, la ausencia de un rostro al frente del cartel electoral le restaba impulso a la propuesta. El candidato elegido, además, consigue despertar simpatías y adhesiones transversales. La estrategia del PP es movilizar a los propios, en especial ese votante que actualmente aparece escéptico o muy crítico con determinadas acciones del Gobierno de Rajoy, principalmente en el frente de las víctimas del terrorismo y de la política fiscal. La abstención de los propios es un grave problema y una preocupación en los cuarteles generales de la Moncloa.

El episodio del desencuentro con José María Aznar, quien lidera precisamente ese sector de los menos complacidos con la gestión de Rajoy, no ha ayudado demasiado, pese a que finalmente el embrollo se ha solucionado con un parche en el que Cañete resulta aliviado pero el partido no. Aznar ha querido hacer ostensible que no participará en ningún acto oficial de campaña, por eso se ha elegido la fórmula de oficiar como presentador en un foro periodístico ajeno a lo programado desde Génova. A efectos del militante del PP, lo importante es que Aznar, que desde el primer momento se mostró muy poco interesado en echar una mano a su partido en esta ocasión, finalmente aparecerá en la fotografía junto a su gran amigo Miguel Arias, a quien no podía propinarle semejante bofetón público.

Diez mítines para Rajoy

Quien sí estará volcado en la campaña es Mariano Rajoy, que aparecerá en una decena de mítines, con particular presencia en Andalucía y Cataluña, las dos zonas donde su partido tiene unas expectativas más complicadas. Pese al escándalo de los Eres y al órdago nacionalista de Mas, ni en el territorio andaluz ni en el catalán el PP ha logrado hasta ahora repuntar en los sondeos.

El efecto del relevo en la presidencia del PP de Andalucía todavía no ha logrado concretarse en los 'trackins' de los analistas. Moreno Bonilla es un desconocido para los populares de su territorio y necesita más tiempo. En Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho pugna con el tirón de Ciudadanos y el refuerzo de Vidal-Quadras en Vox, dos formaciones de potencia creciente en aquella zona.

Pese a los dardos envenenados dirigidos desde el PSOE contra determinados aspectos profesionales de Cañete, en especial los relativos a las relaciones de algunas de sus empresas con las administraciones, el PP empieza a remontar. Quizás un poco tarde, quizás se ha perdido mucho tiempo, pero no deja de ser un valor positivo. Los analistas de Génova también palpan que a estas alturas de la precampaña, el perfil sociopolítico de Elena Valenciano es mucho más débil de lo que en principio se apuntaba. Tampoco Pérez Rubalcaba aparece entre los electores como un refuerzo fundamental a la hora de mostrar su inclinación por el PSOE de cara a las urnas.

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