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España

Martu Garrote, la militante del PSM que criticó a Pedro Sánchez y le ha costado caro

Martu Garrote posa en la caseta del PSOE de Parla este sábado. Por encima de todo, es socialista

Martu Garrote no se ha callado nunca. No es su estilo. A través de su blog, sus perfiles en las redes sociales y su aparición en el programa de televisión El gato al agua de Intereconomía ha denunciado los abusos que ha visto en su partido de toda la vida, el PSOE, el de su madre, en el que ha militado desde muy joven, desde la década de los noventa. La consecuencia de sus críticas ha sido la apertura de expediente disciplinario que puede terminar con su expulsión de las filas socialistas.

Garrote, haciendo honor a su apellido, atiza a los líderes de su partido cuando considera que se equivocan: "Qué menos que decir las cosas", dice a Vozpópuli. "El PSOE es parte de mi familia", asegura. Tanto, que se puede decir que Martu ha mamado la militancia. Su madre es socialista y sindicalista de UGT desde la década de los sesenta. Este sábado ha publicado un post en el blog de su hija, una carta abierta al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. 

"Te conocí hace muchos años cuando tú solamente eras un adolescente del Instituto Ramiro de Maeztu", reza el texto. "Nunca pensé que aquel muchacho adolescente que no me parecía a mí ni mejor ni peor que otros iba a terminar con mis días de militancia en el PSOE", palabras que explican el carácter luchador que ha heredado Martu Garrote.

El ejercicio de autoridad de Pedro Sánchez, fulminando a una militante que disiente en público de la actuación del partido, "no había ocurrido en toda la Historia del PSOE", dice Garrote

Martu es madre y por eso sabe lo que es decir las cosas claras aunque no sienten bien. Eso ha hecho siempre ("También he criticado a Rubalcaba", afirma) y es lo que hizo el pasado 11 de febrero, cuando el secretario de Organización del PSOE, César Luena, anunció en rueda de prensa la disolución de la Ejecutiva de Madrid y del Comité Regional.

La 'toma' de Ferraz

Garrote quedó "en shock". "Fue un golpe de mano del poder" para quitar de en medio al entonces líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, "al que habíamos votado los militantes", afirma. Ella también defiende a Antonio Miguel Carmona, a quien los dirigentes socialistas "han apartado" de la portavocía en el Ayuntamiento de Madrid.

Entonces Martu hizo lo que mejor sabe hacer: decir la verdad aunque duela. Y se unió a otros cien compañeros socialistas, que convocaron una protesta, denominada en Twitter con el hastag "#kedada", frente a la sede del PSOE. A Garrote le pareció bien la iniciativa y fue a Ferraz. "Pero yo no lo organicé", recalca.

"Soy una juntaletras y jamás se me hubiera ocurrido escribir "quedada" con K, yo no lo inventé ni lo promoví", asegura. En el expediente abierto por su partido, la acusan precisamente de instigar la manifestación, que terminó con cien militantes en la entrada de la sede socialista "donde se cantó la Internacional, hubo empujones pero no entramos por la fuerza y se dijeron cuatro cosas, como "No nos representan", relata.

A partir de entonces, denunció sin pelos en la lengua en su blog y en tertulias televisivas los abusos de autoridad de su partido, que tan mal han sentado a Sánchez. "Afortunadamente, Pedro Sánchez pasará", dice Martu, convencida. "Le respeto, tendrá que aceptar la crítica, tarde o temprano", asegura. "Llevo sacudiéndole más de un año porque las palmas se las tocan miles", afirma.

De Martu destaca su convencimiento de estar defendiendo lo que cree correcto. "No veo el drama" en decir las cosas que hace mal la Dirección del Partido, como la disolución de los militantes madrileños y dejarlos bajo la tutela de una gestora liderada por Rafael Simancas y de la que es vocal Jaime Lissavezstky, dos viejos conocidos de Garrote. "Simancas perdió la oportunidad de formar Gobierno en la Comunidad de Madrid y echar al PP por tener a dos impresentables como Tamayo y Sáez", ha criticado en su blog. Ellos, junto con Sara Hernández, líder del PSM nombrada por Sánchez, han sido los promotores de la pertura de expediente a Garrote.

Maniobra de Madrid

"Hernández tiene pocos apoyos y quiere ganar más en el Congreso de marzo", asegura. Por eso la han querido "callar y asustar a otros". Martu tiene cinco días para presentar su defensa, "no se sabe si son días hábiles (con un fin de semana en medio) o no hábiles, no especifican" y no piensa dejar de ejercer su "libertad de expresión y mi derecho a la crítica", recogidos en el artículo 28.d) del Reglamento de Afiliados y Afiliadas del PSOE: "El derecho de discusión y crítica sobre posiciones políticas propias y ajenas mediante la libre expresión oral o escrita y a su libre comunicación dentro del Partido".

A Garrote le da igual que le suspendan la militancia, que la expulsen del PSOE. "No podrán impedirme que sea simpatizante suya. O incluso votante suya", asegura. Martu es socialista por encima de toda circunstancia. Hará campaña por Pedro Sánchez porque no distingue familias políticas en el PSOE: ella quiere que gane el socialismo; no importa quién esté al frente.

"Haré campaña por Sánchez igual que la hice por Rubalcaba, Elena Valenciano, o por Griñán o Susana Díaz en Andalucía", sin especificar si ha recibido su apoyo o el de otros dirigentes socialistas tras la apertura de expediente. Asegura que le han llamado para solidarizarse con ella muchos socialistas de otras federaciones. Quien no se ha puesto en contacto con ella son Sánchez ("Pedrito el guapo", como lo llama Martu) o Luena, "ninguno de los nuevos", explica.

"Merecía la pena jugársela, dar la cara, porque se pasaron por el arco del triunfo la opinión de la militancia", afirma Garrote. "Esto no había pasado en los 136 años de la historia del PSOE", asegura.

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