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España

Desconcierto en el PP por el extraño secretismo que rodea a la conferencia política

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy

Apenas han recibido información, tan sólo leves referencias aparecidas en la prensa y algunos comentarios de compañeros de partido. Veteranos dirigentes del PP, mandos intermedios, responsables locales, no ocultan cierta estupefacción ante los preparativos de la conferencia política del partido, que se inaugura este viernes y que supondrá el pistoletazo de salida de la precampaña electoral. En la periferia admiten haber recibido información muy somera sobre los contenidos del encuentro. Ninguna invitación, por supuesto, a enviar sugerencias, a plantear aportaciones, en suma, a participar.

El nuevo equipo de los 'jóvenes turcos' instalados en Génova, bajo el control de Jorge Moragas, para impulsar la campaña electoral, se afana en estas horas para tenerlo todo previsto. Es su 'puesta de largo' como nuevos altos cargos del PP y hay expectación. Pablo Casado, Adriana Levy, Fernando Maíllo y Javier Maroto debutan como vicesecretarios generales en este cónclave, que el viernes abre Dolores Cospedal y el sábado cierra Mariano Rajoy. No son inexpertos ni debutantes, todos cuentan con experiencia partidarias y hasta responsabilidades orgánicas e institucionales. Son el rostro, la voz y la palabra de ese PP que se afana por renovarse, por desprenderse de algunos pesados fardos del pasado y por aparecer ante militantes y electores, con un estilo renovado.

Casado, Levy, Maíllo y Maroto debutan como vicesecretarios generales en este cónclave, que el viernes abre Cospedal y el sábado cierra Rajoy

Aparece la gran musa del cambio

Cuatro mesas de debate sobre empleo, reformas, regeneración y futuro de España, coordinadas por estos jóvenes dirigentes, forman el programa oficial, ligeramente avanzado este lunes por el portavoz Casado, sin adentrarse en demasiados detalles. Habrá debates sin 'líneas rojas', y reflexiones sobre asuntos de toda índole, desde la democracia interna del partido, las incesantes primarias, la financiación, los jóvenes. Quizás también Rajoy aprovecha su discurso de clausura para adelantar algunas novedades en el ámbito del 'programa social' del Gobierno del que tanto se habla. Guiño a pensionistas y funcionarios centran la atención. Mención aparte merece el especial papel reservado a Cristina Cifuentes, la gran musa de la centralidad del nuevo PP y uno de los pocos dirigentes que logró salir 'vivo' de la gran tormenta del 24-M. También está previsto que intervenga Esperanza Aguirre, su predecesora en la Comunidad de Madrid, quien aportará sus conocimientos sobre España y Europa.

Existe una sensación de fatiga y abatimiento en el PP tras el severo tropezón de las municipales y autonómicas. Incluso Mariano Rajoy, el hombre tranquilo de la sangre de hielo, aparece en sus últimas intervenciones más flojo de fuelle y de moral que como se mostraba tan sólo unos meses atrás, según confiesa uno de sus más estrechos colaboradores. "En sus dos recientes apariciones en los medios, una en radio y otra en televisión, se mostró algo desganado, de expresión débil, sin demasiada convicción, No parecía él", aseguraba esta fuente. Y aunque se empeñe en insistir en que será el candidato a las generales, hay gente muy próxima a él que empieza a sembrar dudas.

La conferencia política de este fin de semana es una oportunidad muy especial para que los mandos del PP renueven su confianza, se recuperen de las heridas de las urnas, compartan vivencias y, sobre todo, salgan del cónclave con voluntad de victoria. El horizonte electoral aparece más brumoso que nunca. Las encuestas cobran perfiles amenazantes. El drama griego puede derivar en un estropicio o un espaldarazo para Podemos, según se maneje la situación.

Dudas por doquier

Demasiadas incertidumbres, dudas por doquier. "Tenemos que ganar con claridad", advirtió Rajoy a su Comité Ejecutivo. De ahí que estos veteranos del partido no comprendan cómo no se cuenta más ellos. "En tiempos de Cospedal, a veces, te preguntaban algo", comenta la mentada fuente. La nueva cúpula de Génova llegó con el objetivo de copar los medios, competir en las tertulias, saltar a la calle, movilizar a los cuadros dirigentes y, sobre todo, engrasar la comunicación entre el partido y el Gobierno. Algo se ha avanzado pero en algunos sectores del PP se aprecia una sensación ya conocida. La de sentirse desdeñados, ignorados. "¿Dónde está el PP?", se preguntaba Aznar en la Convención de primeros de año, antes de la hecatombe. ¿Dónde están los mandos del PP que nada nos explican?, se preguntan ahora en el partido.

La conferencia política es un acontecimiento muy especial, que ha de aprovecharse con intensidad. En el nuevo PP son conscientes de ello, y dan por descontado que resultará un éxito. No todos son de la misma opinión y se plantean serias dudas. Nada saben, ni una referencia, ni una lejana explicación. La estructura funciona a mil por hora en el vértice pero en el edificio del PP las ideas y los mensajes, todavía tardan en descender, en calar... Un 'dèjà vu' fatigoso y cansino, un día de la marmota interminable y, quizás también, otra gran oportunidad que está a punto de desaprovecharse.

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