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España

Tres ministros a la fuga: Rajoy se enfurece con las filtraciones sobre el futuro de su Gobierno

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto al ministro de Cultura, José Ignacio Wert.

No ha caído bien en Moncloa el goteo de noticias sobre próximas salidas de ministros. No es el momento oportuno, en vísperas de unos comicios fundamentales, para airear defecciones o planes personales. La última gota ha sido la filtración sobre los planes de José Ignacio Wert. El ministro de Cultura quiere irse a París como embajador ante la OCDE. Se lo ha pedido a Rajoy, publicaba El País y lo han confirmado a Vozpópuli gente de su departamento. Su futura esposa, Montserrat Gomendio, a la sazón, su mano derecha en el ministerio, ha sido designada directora general de ese organismo internacional. La pareja, de esta forma y si Rajoy no lo impide, se reuniría en París tras sus esponsales. El actual embajador ante la OCDE, Ricardo Díaz Hotchleitner, un protegido de la Zarzuela, donde en su día ejerció con el rey don Juan Carlos, marcha rumbo a Rabat en las próximas semanas, donde ha sido designado jefe de nuestra legación diplomática.

La batalla por la ley de Educación

No le agrada en absoluto al presidente que se filtren este tipo de noticias porque se transmite la sensación de que en su Ejecutivo está más pendiente de su futuro profesional que de dejarse la piel por las elecciones. Wert, un democristiano que no es militante del PP, venía anunciando su deseo de abandonar el barco desde hace ya mucho tiempo. Su entrega a la causa del Gobierno bajó muchos enteros tras la aprobación de la ley de Educación, que le exigió un enorme desgaste en especial con los nacionalistas catalanes por el asunto de la lengua. Su ironía inteligente y su flema hiriente molestaban sobremanera no sólo a los soberanistas, sino también al PSOE, que siempre ha considerado la educación como un ámbito exclusivo de la izquierda. 

No le agrada a Rajoy que se filtren este tipo de noticias porque transmite la sensación de que en su Ejecutivo está más pendiente de su futuro profesional que de dejarse la piel por las elecciones

Otro ministro en la línea de salida es Luis De Guindos, que tampoco es militante del PP, y que hace unos días confesó en una comparecencia informativa que no repetirá como titular de Economía ni aún en el caso de que el PP volviera a ganar las generales. El Eurogrupo es su destino, como es sabido. Rajoy ha laborado intensamente para conseguirlo. Merkel y Hollande dieron finalmente el 'sí'. Será designado antes del verano pero permanecerá en el Gobierno hasta final de año, compaginando ambos puestos. Este punto ya lo tiene hablado Rajoy con Merkel.

Guindos no ha pasado nunca por ser un activo elemento propagador de las virtudes políticas de su partido. Va a su aire, dicen en Génova. Apenas apoya a su formación, salvo cuando se le pide. Tampoco transmite una imagen demasiado interesante en tiempos electorales. Guindos se ha implicado lo justo aunque en Moncloa se le reconocen los enormes esfuerzos que desplegó en Bruselas en los tiempos duros de la posible intervención. Pero en el PP se le consideraba un elemento ajeno, una especie de ministro contratado que ahora concluye su labor. Tan escasa confianza tienen algunos dirigentes 'populares' en él, que desde el primer momento le achacaron intereses espurios en el asunto de los dineros ocultos de Rato en Suiza, que desveló en exclusiva Vozpópuli. Hubo una campaña muy intensa contra De Guindos, especialmente desde el propio Ejecutivo. "El fuego amigo".

Las bromas del jefe del Fisco

Otro ministro que ha insinuado su salida del Gobierno ha sido Cristóbal Montoro. El miembro más polémico del equipo de Rajoy dejó caer tal posibilidad en un arduo y farragoso debate parlamentario sobre la amnistía fiscal. El titular de Hacienda bromeó con un diputado de IU: "No es que no me quiera ir, es que ustedes no me dejan". Empezaron entonces a circular rumores sobre el futuro de Montoro, quien en el ámbito privado siempre han mostrado su decisión de permanecer en el cargo el tiempo que haga falta si Rajoy y Santamaría se lo piden. Es un político leal, fiel a su partido, mano derecha de la vicepresidenta, aunque con una flaqueza: pretende ser más ingenioso de lo debido, lo que le provoca choques y malentendidos con propios y extraños.

El presidente del Gobierno ha insistido a los suyos en que hay que centrarse obsesivamente en la cita del domingo

Tres ministros dando que hablar sobre si se van o se quedan no le hace demasiada gracia a Rajoy. Menos aún en estos cruciales momentos. En Moncloa les parece muy inoportuno todo lo que tiene que ver con estas filtraciones que dan artillería a la oposición. Antonio Hernando, portavoz socialista en el Congreso, dedicó este martes una puya inofensiva a los ministros que 'huyen' de Rajoy porque en el Gobierno se ha instalado la idea del 'sálvese quien pueda'.

El presidente del Gobierno, que mantiene en la campaña su ritmo infatigable de dos mítines por jornada, ha insistido a los suyos en que hay que centrarse obsesivamente en la cita del domingo, crucial para el futuro del PP. Trasladar a la sociedad y a la militancia la idea de que mientras el presidente y el PP se la juegan en una cita decisiva, andan por ahí algunos ministros obsesionados con su futuro profesional no es precisamente lo más adecuado. Rajoy ha torcido el gesto, entre contrariado y enojado. Algunas fuentes aseguran que enfurecido. Mientras el presidente sufría un escrache muy molesto en un mitin Cataluña, territorio complicado, algunos ministros se dedicaban a dar que hablar. Deberían haberse callado al menos hasta después del 24, piensan en su entorno de Moncloa.

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