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España

PP y PSOE negocian en secreto desde hace tres semanas la renovación de las instituciones

Alfredo Pérez Rubalcaba, en la sede socialista de Ferraz.

El ultimátum dado hace quince días por el Tribunal Constitucional es un síntoma más de la crisis institucional que se superpone a la crisis económica. En esto están de acuerdo los dos grandes partidos que, de forma discreta, llevan tres semanas hablando en secreto de la cobertura de las vacantes existentes en el máximo intérprete de la Constitución, en el Tribunal de Cuentas y en el resto de los organismos donde habitualmente ha funcionado el reparto de cargos entre las principales formaciones. Al margen de ello queda RTVE, donde el cambio de la ley ha llevado a los socialistas a renunciar a cualquier apaño.

En las conversaciones figura también la renovación del Consejo del Poder Judicial, del Defensor del Pueblo y del Banco de España. En el caso del supervisor bancario, el ministro Luis de Guindos aspira a colocar a Luis Linde como gobernador y a pactar el nombre del subgobernador con los socialistas, pero en el Gobierno no todos opinan como él y mucho menos dentro del PP. Este pacto sigue, pues, en el aire, mientras gana posiciones el nombre de Fernando Becker como gobernador.No obstante, si la crisis se agravara hasta un escenario de rescate y el BCE estuviera en posición de imponer su candidato, José Manuel González Páramo y Antonio Sáez de Vicuña son los nombres que tendrían mayores posibilidades. Esta semana se resolverá la quiniela, en la que el PSOE aspira a colocar como subgobernador a Vicente Salas, que recuperará plaza en el Consejo de esta institución el mes que viene.

Rubalcaba está interesado en no perder presencia institucional y en acentuar su sentido de Estado

El PSOE es uno de los partidos más interesados en estos momentos en recuperar consensos con el Gobierno, ya que las instituciones son plataformas de poder a las que no le conviene renunciar y, además, así Rubalcaba puede acentuar su sentido de Estado, explican fuentes parlamentarias.

A ellos se suma el nulo interés del PP y del PSOE en sumar tensiones institucionales a la crisis económica en un momento en que los organismos europeos miran a España con lupa y no se descarta que la situación financiera empeore y haga imprescindibles una especie de Pactos de La Moncloa bis en los próximos meses.

Este es el clima que ha llevado también a los dos principales partidos a sintonizar en el mismo lenguaje que emplean para referirse a la crisis bancaria. Ambos han descartado que el Gobierno vaya a acudir al rescate europeo para salvar a la banca, mientras en la UE se estudian los mecanismos que posibilitarían que las propias entidades pidan fondos sin necesidad de que el país como tal quede estigmatizado.

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