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España

Rajoy se harta del 'navajeo' andaluz entre Arenas y Cospedal

Desde la dulce victoria de Javier Arenas en Andalucía, que le forzó a retirarse a los cuarteles de invierno en Madrid, el PP de la región permanece prácticamente acéfalo. Juan Ignacio Zoido ocupa formalmente la presidencia pero sus atenciones y sus esfuerzos se concentran en la alcaldía de Sevilla. Dolores Cospedal le ha buscado afanosamente un sustituto, en la persona de José Luis Sanz, el actual secretario general de la formación en Andalucía, pero sus planes se han visto frenados en seco.

Cuando se esperaba la "fumata blanca" definitiva, una revuelta liderada por algunos responsables provinciales echó todo al traste. Vuelta a empezar. Javier Arenas, tantos años en la región, tiene todavía un notable ascendiente en la Comunidad. Sus enfrentamientos con Cospedal son legendarios. E interminables. En este caso se comenta por Sevilla que ha buscado el apoyo de la propia vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, para frenar a Sanz e impulsar a Juan Manuel Moreno, procedente de Málaga y actual secretario de Estado. Nadie lo tiene claro, ese es el mensaje palmario que se envía a la militancia, que asiste atónita a estos pulsos internos por el poder.

Desconcierto total

A Rajoy no le gusta ninguna de estas opciones. Ni Sanz ni Moreno son diputados autonómicos, por lo que les resultaría muy complicado enfrentarse a la "lideresa" del PSOE, que se mueve con una celeridad d vértigo. El presidente del Gobierno quiere a Fátima Báñez, la ministra de Empleo, que es de Huelva. Pero ella no está muy por la labor. Tiene todavía mucho programa por sacar adelante en su departamento y tampoco le seduce la idea de enfrascarse en una ardua disputa política rumbo a la presidencia de la Junta. Una aventura sin garantía alguna de éxito.

En Moncloa echan chispas con los últimos episodios que han enrarecido el ambiente en el PP andaluz, donde cada uno dice una cosa, no se navega en la misma dirección, llueven las navajas, abundan las zancadillas y cunde el desánimo.

La sucesión de Zoido está resultando mucho más fatigosa de lo esperado. "Nadie pone fácil la scosas y nos estamos jugando mucho en una comunidad fundamental", comentan fuentes próximas a la Presidencia del partido. Rajoy ha dado un puñetazo en la mesa y frenado de nuevo el proceso de designación del candidato, como ya hizo en noviembre. La estrategia de Cospedal nuevamente queda en el dique seco. Los peones de Arenas en la región se frotan las manos y, finalmente, todo permanece a expensas de un comité extraordinario que deberá despejar en marzo finalmente la incógnita. La secretaria general del partido se traslada a Sevilla para recomponer la situación e intentar buscar una vía de acuerdo entre las partes. Y, por supuesto, seguir las directrices que emanan desde la cabeza del partido.

Lo que todo el mundo tiene ya claro es que, al final, el persona que tomará el timón del PP andaluz será la que Rajoy decida. Como pasará con las listas europeas. Y como manda la tradición.

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