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España

Botella hace un ERE en una empresa y luego contrata al mismo número de trabajadores

Botella lee un fragmento del Quijote el pasado lunes, en el Círculo de Bellas Artes.

Hinchado e hiperendeudado por herencia de Alberto Ruiz-Gallardón, no fue hasta finales del año pasado cuando el Ayuntamiento de Madrid estudió los primeros despidos de la crisis. Ana Botella encomendó a su equipo un Plan de Ajuste con el horizonte puesto en el lejano 2022 y con el compromiso de mantener el empleo en todo el Consistorio excepto en un sitio: las empresas municipales. Así las cosas, en julio de 2012 se supo cuál iba a ser el primer organismo afectado: Madrid Arte y Cultura (Macsa), con 320 trabajadores.

La negociación del Expediente de Regulación de Empleo fue tortuosa, pero más beneficiosa para los trabajadores de lo esperado. De los 75 empleados que Botella quería despedir en julio, al final la cosa quedó en 39 traslados y cinco bajas incentivadas, esto es, 44 afectados al llegar diciembre. Tras un nuevo conato de conflicto laboral (Botella readmitió en febrero a otros nueve trabajadores que había echado el delegado de Las Artes, Fernando Villalonga, por las protestas de varios de ellos en el Teatro Fernán Gómez), la cosa quedaría ahora como estaba en diciembre (unos 280 operarios) si no fuera porque Madrid Arte y Cultura ha seguido contratando: en lo que va de 2013, una treintena de empleados ha fichado por la empresa.

Aunque este medio desconoce con exactitud cuántos, la cifra de recién llegados rebasa los 30, según fuentes sindicales consultadas. “Nos parece un escándalo anunciar un ERE a bombo y platillo como fórmula para ahorrar, poner tantas trabas a la negociación y finalmente, ante las carencias de personal, volver a contratar a un número casi idéntico del de compañeros que tuvieron que marchar. Y subiendo…”, dicen las mismas fuentes. En este contexto, la plantilla de Macsa vuelve a superar las 300 personas.

Algo de ahorro sí hay, porque los nuevos han desembarcado con peores condiciones laborales: algo más de cinco llegan como interinos (embarazos, bajas médicas), pero el resto son temporales, con contratos de un año o similares, todos por obra o servicio. “Faltan técnicos”, asevera un operario. Entre las distintas categorías, habría cinco administrativos, dos subdirectores, seis oficiales de megafonía, un iluminador... Los recién llegados se incorporaron una vez terminado el ERE, es decir, a partir de enero.  

Mientras se negociaba el ERE de Macsa, la tragedia del Madrid Arena dio la puntilla a otra empresa, Madrid Espacios y Congresos (hoy discutiendo su expediente regulador), y convenció a Botella de la necesidad de recortar las plantillas de los entes locales. Los 100 empleados de Madridec desfilaron este miércoles por la tarde junto a miles de trabajadores del Ayuntamiento de Madrid convocados por la mayoría de los sindicatos municipales, incluidos CCOO y UGT.

Otra firma municipal en el alero es la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo. En el Ayuntamiento nadie ha confirmado ni negado el ERE sobre el 60% de la plantilla (260 empleados) avanzado hace más de un mes por Vozpópuli. Varias partes aseveran que los despidos podrían anunciarse próximamente.

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