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España

El Ayuntamiento cobraba a Flores comisión por cada copa vendida en el Madrid Arena

Concierto de Steve Aoki en el Madrid Arena el día que ocurrió la tragedia.

Aunque el Ayuntamiento de Madrid alquilara reiteradamente el Madrid Arena a un empresario experto en incumplir la normativa de seguridad o, peor aún, le concediera un trato de favor a la hora de arrendar el pabellón, nunca se olvidaba de cobrarle a Miguel Ángel Flores las facturas pendientes. Dan cuenta de ello los 15.700 euros que le reclamó nueve días antes de la desdichada noche de Halloween por el consumo de gas natural y electricidad en el Space Sound Festival el 1 de enero de 2012, exigencia que reveló Vozpópuli esta semana. Pero el Consistorio también cobraba un pellizco a Flores por otros menesteres como la venta de alcohol (o de refrescos) durante conciertos anteriores al Thriller Music Park, que acabó con cinco jóvenes muertas.

La comisión impuesta al turbio promotor por las copas servidas se puede comprobar en la cadena de emails que se envían representantes de Diviertt, la empresa de Flores, y el organismo municipal Madrid Espacios y Congresos, que gestiona el Arena y otros pabellones. El “importe a abonar en concepto de gestión de barras” aparece en varios correos electrónicos entre el 9 y el 29 de octubre –la tragedia sobrevino en la madrugada del 1 de noviembre-.

El 22 de octubre, una responsable de Espacios y Congresos llamada Paloma Aguado del Barrio se dirige a la empresa organizadora: “Os recuerdo que como muy tarde a última hora de hoy deberemos recibir los certificados y documentación para la liquidación de las barras de los eventos celebrados el pasado 30 de junio y 1 de julio de 2012”. Aguado del Barrio se refiere a las sesiones de los dj Paul Kalkbrenner y Steve Aoki, siendo este último el pinchadiscos que también actuaba el pasado 1 de noviembre cuando se produjo la estampida que asfixió a cinco chicas.

Según los correos electrónicos, con Aoki se recaudaron 8.650 euros y con Kalkbrenner 13.650.

Según los promotores, la “facturación de barras” de Aoki generó ingresos por valor de 8.650 euros. Más caja se hizo en el de Kalkbrenner, con 13.650 euros. No está claro en ninguno de los emails si esa es la parte que se lleva el Ayuntamiento o el total recaudado. El mismo día -22 de octubre-, la empresa contacta con Espacios y Congresos. “Te adjunto las barras de Infinita (nombre del festival) de las que tendremos que abonar el 14% del total”. El porcentaje puede dar una pista de lo que recaudan las autoridades locales.

Según algunos archivos adjuntos enviados, se aprecian ocho puntos de venta de alcohol y refrescos en el Madrid Arena. Este diario no ha podido averiguar si cobrar comisión por cada copa servida en un espacio municipal arrendado es legal o es un chanchullo. 

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