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España

Madrid 2020 pagó 2,5 millones a una agencia británica en un concurso sin publicidad

Acto de promoción de Madrid2020 el pasado viernes con, entre otros, el extenista Manolo Santana y deportistas como David Cal, Joan Llaneras o Mireia Belmonte.

El tercer intento de las autoridades por traer los Juegos Olímpicos a Madrid en 2020 adolece de varias molestias. La longeva crisis, las instalaciones deportivas vacías y la desastrosa gestión del caso Madrid Arena por parte de Ana Botella han hecho que los madrileños, mucho menos entusiasmados que en anteriores ocasiones, perciban la apuesta de la alcaldesa como un salvavidas que la permita conservar el bastón de mando de Cibeles. Además, está la fea implicación de la candidatura de Madrid 2016 en el caso Nóos -la exportavoz Mercedes Coghen está imputada por donar 132.000 euros a la fundación de Iñaki Urdangarín-.

Pero Madrid 2020 también cuenta con sombras propias. El 29 de junio de 2012, la sociedad mercantil Madrid 2020 S.A., participada íntegramente por la fundación que lleva el mismo nombre, pagó 2,4 millones (2.390.000 euros) a una agencia británica para llevar labores de comunicación y difusión de la candidatura. Sin embargo, la agencia, denominada M-IS, obtuvo un contrato a través de un "procedimiento simplificado sin publicidad", es decir, concurso sin publicidad.

Según las instrucciones contractuales de la fundación, ese procedimiento solo puede utilizarse "cuando el valor estimado [del contrato] se encuentre entre 50.001 y 200.000 euros (...) y sea superior a 18.000 e inferior a 60.000 euros para los contratos de suministros y de servicios". La cantidad abonada sobrepasa con mucho esas cifras. En las instrucciones hay otros motivos: "por razones técnicas y de protección de datos", "por razones de urgencia"...

A simple vista, los 2,4 millones abonados a la agencia anglosajona no responden a ninguna de las exigencias. De hecho, en el pliego hay un compromiso escrito de publicitar los contratos por cuestiones de transparencia. "Con carácter general", puede leerse en otro apartado, "se entenderá que el principio de difusión de la información relativa a la licitación de contratos (...) permite la satisfacción del principio de publicidad".

Este medio trató de contactar dos veces con la candidatura la semana pasada, pero no recibió respuesta. La opacidad de Madrid 2020, manejada por una veintena de directivos como puede verse en su web, es total. Hasta ahora, uno de los pocos escándalos que la han salpicado tiene que ver con los gastos de personal, que crecieron un 40% en 2013. El Ayuntamiento está haciendo una campaña promocional con un perfil infinitamente más bajo que para 2016 y 2012. Y no se descarta que empleados públicos locales se hagan notar con protestas durante la visita de la delegación del COI, que aterrizará en Madrid a mediados de marzo.

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