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Bárcenas ocultaba ya en julio de 1993 más de 350 millones de pesetas en cuentas secretas en Suiza

Luis Bárcenas, en una de sus comparecencias en la Audiencia Nacional.

La fortuna en dinero negro de Luis Bárcenas viene de antiguo. En concreto, al menos desde hace veinte años. Así lo revelan dos de los documentos informáticos que contenía el 'pen drive' que el propio extesorero del PP entregó el pasado 15 de julio al juez Pablo Ruz durante la declaración en la que reconoció la autoría de los apuntes con la contabilidad B de su partido. Aquella pequeña memoria informática, con 4 gigas de capacidad, incluían cuarenta documentos, de los cuales el magistrado ordenó a la Policía analizar trece de ellos, los supuestamente relacionados con la causa. Entre ellos, había dos hojas de Excel que, según explicó entonces el propio exsenador, "afectan a datos míos personales de las cuentas mías en Suiza". Según la imagen obtenida por los peritos policiales de uno de dichos documentos informáticos, en julio de 1993 Bárcenas tenía ya más de 350 millones de pesetas (2,1 millones de euros) ocultos en el paraíso fiscal centroeuropeo. Sólo seis meses después, esa cantidad había aumentado hasta los 384 millones (2,3 millones de euros), según el segundo de los documentos.

En 1993, el extesorero del PP tenía cuentas secretas en dos entidades suizas: el Dresdner Bank, con el que ha seguido operando hasta 2013, y la Banca de la Svizzera Italiana (BSI)

Los archivos en concreto son los denominados como DBRSI.XLS y DBRSI93.XLS, ambos en formato 'biff4' correspondiente al programa Excel 4.0 que, según destacan los agentes autores del estudio, fue lanzado al mercando en el año 1992, lo que da credibilidad a que fueron elaborados en aquella época. El primero de estos documentos tiene un tamaño de únicamente 5,4 KB y está encabezado por la fecha 30 de julio de 1993. Según los expertos policiales, sufrió modificaciones en junio de ese mismo año, aunque no pueden aportan mucha más información sobre otros cambios ya que se encontraba protegido por una contraseña, lo que les ha impedido "acceder a los metadatos" aun disponiendo de la clave. En él, el extesorero reflejó el dinero que en aquel momento tenía en sendas cuentas en el Dresdner Bank, con el que siguió operando hasta que estalló el escándalo a comienzos de 2013, y en la Banca della Svizzera Italiana (BSI), las dos entidades helvéticas cuyas iniciales conforman el nombre del archivo. En la primero ocultaba con 295.024 pesetas en una cuenta y más de 168 millones en depósitos fiduciarios y bonos. En la segunda la cifra era sensiblemente superior. Poseía cerca de 8 millones de euros disponibles en efectivo y 174 millones en diferentes activos. En total, 350 millones de pesetas.

El segundo documento referido a sus cuentas suizas ocupa en la memoria USB un espacio idéntico y tiene una estructura similar al primero. Lo único que cambia es la fecha que aparece en el mismo, el 31 de diciembre de 1993, y las cuantías del dinero acumulado, cerca de un 10% superior que sólo seis meses antes. De nuevo refleja la posición de sus inversiones y los saldos de sus cuentas en el Dresdner Bank y la BSI, aunque con algunos detalles llamativos. Así, la cuenta corriente de la primera entidad registraba 78.816 pesetas de saldo negativo y la del segundo había descendido a poco más de millón y medio. No obstante, el dinero atesorado en bonos y otros activos había aumentado considerablemente en ambas. Así, en el Dresdner Bank tenía ya 176 millones en dos tipos de bonos, unos con vencimiento en abril de 1997 y otros el 25 de octubre de 1994. En el BSI eran ya 208 millones de pesetas los que tenía invertidos en cuatro tipos de bonos. En total, su fortuna secreta en Suiza alcanzaba ya los 384 millones de euros.

Dos nuevos archivos a analizar  

Estos dos archivos no son los únicos del 'pen drive' que entregó el extesorero con información sobre sus cuentas suizas, pero sí los que hasta ahora han sido analizados por los expertos de informática forense de la Policía. No obstante, en breve deberán ampliar su informe a otros dos documentos informáticos que en un primer momento el juez Ruz no incluyó en la lista de trece archivos que los agentes debían estudiar. Se trata de los que recibieron los nombres PREDIC94.XLS y PREDIC95.XLS, y en los que, según un reciente escrito de la Fiscalía, se guardan "datos semejantes" a los de otros dos, pero referidos a los saldos de sus depósitos en el país helvético a fecha de diciembre de 1994 y 1995 respectivamente. El contenido de estos, como de los dos primeros, serán incorporados a la pieza principal del 'caso Gürtel', que es la que investiga el supuesto cobro de comisiones por parte de Bárcenas y otros miembros del PP por conceder contratos a la trama de Francisco Correa.

La Policía analizará en breve otros dos archivos informáticos de la memoria USB de Bárcenas con más datos referidos a las cuentas que éste ha tenido en Suiza

Con estos cuatro archivos, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 podrá recomponer gran parte del 'pasado' bancario del extesorero en el paraíso fiscal centroeuropeo. Hasta ahora, los investigadores habían podido recomponer la práctica totalidad de los movimientos financieros en el país helvético del político ahora encarcelado gracias a la documentación remitida por las autoridades de Berna sobre los sucesivos depósitos que el exsenador mantuvo abiertos en el Dresdner Bank-LGT y en el Lombard Odier, pero sólo desde finales de los años 90. De sus movimientos anteriores se sabia muy poco. Así, se conocía que Bárcenas abrió su primer depósito en el paraíso fiscal centroeuropeo en 1988, cuando sólo contaba con 31 años de edad. Fue en el Private Bank con cerca de 80 millones de pesetas (medio millón de euros) de saldo. Aquel dinero procedía, según intentó justificar en una de sus declaraciones el extesorero del PP, de sus negocios con la sociedad alemana Innova, dedicada a la exportación de material deportivo a Estados Unidos. 

Desde entonces, y hasta el año 1994, cuando abre la que se creía hasta ahora su primera cuenta en el Dresdner Bank, la información con la que contaba la Justicia española sobre los movimientos en entidades bancarias suizas del extesorero era prácticamente nula. Los archivos informáticos ahora incorporados a la causa pueden aclarar, al menos, los producidos desde 1993. El objetivo último del juez Ruz es desvelar el verdadero origen de una fortuna que llegó a superar los 48 millones de euros. 

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