Las diez preguntas de Ruz que Lapuerta se negó a contestar: "¿Repartió sobresueldos al Sr. Rajoy?"

El ex tesorero del PP, Álvaro Lapuerta, se negó a responder si pagó "sobresueldos al Sr. Rajoy y a la Sra. Cospedal" y si ordenó "trocear los donativos" que recibió en metálico. Es lo que revela la trascripción de su comparecencia de este lunes ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5, Pablo Ruz, encargado del 'caso de los papeles de Bárcenas'.

El cuestionario que el magistrado planteó a Lapuerta antes de permitir que éste dijese si estaba dispuesto a responder refleja no sólo las acusaciones que ha lanzado Luis Bárcenas sobre el Partido Popular, sino también las líneas de investigación que el propio Ruz apura antes de cerrar la instrucción de la causa. Las diez cuestiones que éste planteó al octogenarios extesorero, después de preguntarle en varias ocasiones si entendía lo que le estaba diciendo ("¿Me va siguiendo, verdad?"), fueron:

• Si “jugó un papel relevante en la recepción de donativos”
• Si esos donativos “eran superiores a las cantidades permitidas en la Ley y que se hacían públicas por parte de empresarios con vínculos con la construcción”
• Si dio “orden de trocearlos para que no superaran la cantidad legalmente prevista”
• “Si informó al Presidente y al Secretario General del Partido de las donaciones y de quién las había efectuado”
• Si acudió a comidas con esos empresarios
• Si recibió una donación finalista para Castilla-La Mancha
• Si hacía “llamadas a Ministerios, Direcciones Generales y pedía que entrevistaran al empresario, que se tomaran un café con él y que fueran amables con él”
• Si repartió “sobresueldos” al Señor Rajoy, a la Señora Cospedal y, en ocasiones, al Señor Trillo.
• Si “participó en la decisión de pagar una parte de la obra de la sede de la calle Génova en ‘dinero B’ o dinero en metálico”
• Si participó en el traspaso de poderes como tesorero al señor Romay Becaría

 La respuesta de Lapuerta: “prohibición” de sus hijos

Ninguna de estas cuestiones sobre las que iba a girar la declaración fueron finalmente contestatada por Lapuerta. Según reconoció éste, fueron su abogado y su familia quienes le pidieron que no declarara por las secuelas que arrastra tras sufrir dos caídas que le mantuvieron en coma durante varios días. De hecho, el exdirigente popular aseguró que discutió con su letrado los “problemas del proceso” y que, tras analizar las resoluciones que había recibido y las implicaciones de su declaración, el abogado le hizo ver que “yo no me enteraba de las cosas y que, por tanto, no debía de declarar”. “Efectivamente he debido tener un bajón intelectual” –afirma el propio Álvaro Lapuerta—que concluyó su declaración con una frase como ésta: “En la cosa pública, decir una mentira es siempre una postura que no es agradable”.

Tras discutir las implicaciones del caso, el abogado le hizo ver "que yo no me enteraba de las cosas", afirmó Lapuerta

El antiguo responsable de finanzas de Génova 13 aseguró que había un “riesgo grande” de recaer en sus secuelas “si hay un atentado o una fuerza contra mi memoria” pero, curiosamente, añadió durante su testimonio su convencimiento de que “con el tiempo mejoraré lo suficiente para pedir a Su Señoría que se me cite una nueva vez (…) porque tengo datos y estoy muy bien de la cabeza”. El juez, sin embargo, le recordó que "es posible que no sea llamado una nueva vez a declarar y que esta declaración ya sea la última que haga en instrucción y que la próxima vez sea ya en el juicio". Pese a ello, Lapuerta insistió en no responder a las preguntas: "Si no existe posteriormente no me afecta".

En ese momento, una de las acusaciones particulares, la que representa a la Asociación DUDH-DESC, planteó la posibilidad de que cada uno de los abogados presentes plantearan las preguntas que tenían preparadas para que constaran en el acta aunque Lapuerta no las respondiera. El abogado del extesorero se opuso y, finalmente, el juez Ruz no dio el visto bueno a la petición para inmediatamente dar "por finalizado el interrogatorio". En el aire quedaron únicamente las diez preguntas 'sin respuesta' que él mismo había planteado al inicio.