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Luis de Guindos se queda corto: la banca necesita al menos 90.000 millones de euros

Luis de Guindos, en una entrevista concedida este martes a Financial Times, estimaba en 50.000 millones las provisiones que deberían hacer las entidades bancarias para sanear sus balances. Sin embargo estas cifras se pueden quedar cortas. Las necesidades de saneamiento calculadas por Morgan Stanley o Aristóbulo de Juan, muñidor del rescate bancario de los 80, son bastante superiores, entre 90.000 y 110.000 millones de euros.

Además, las siete entidades intervenidas por Banco de España, que apenas representan el 10% del sistema bancario, absorberán al menos 42.000 millones de dinero público, según un informe de Analistas Financieros Internacionales (AFI) que adelantó Vozpópuli.

La creación de un banco malo costaría 100.000 millones

Morgan Stanley publicó las implicaciones de crear un banco malo para acelerar la reestructuración del sistema bancario español, tal como avanzó este medio. Las conclusiones eran muy claras: “el banco malo, que se instrumentaría a través del FROB, necesitaría 74.000 millones para comprar activos tóxicos y otros 30.000 millones adicionales que deberá proveer para recapitalizar a parte del sistema bancario”. Resumiendo, 104.000 millones que se financiaría con deuda emitida por el Tesoro español.

En los cálculos realizados por Morgan Stanley se considera que el banco malo también compra activos tóxicos de los bancos sistémicos (Santander, BBVA, CaixaBank, Popular), los cuales, sin embargo, no tendrían problemas de recapitalizarse en el mercado de capitales.

Bajo los supuestos de descuento en la compra de activos considerados, “estos bancos registrarían pérdidas netas entre 10.000 y 20.000 millones de Euros, y se produciría una importante dilución de capital en los mismos.”

Crisis bancaria de los 80

Según insiste Aristóbulo de Juan a día de hoy “se trataría de repetir la resolución de la crisis bancaria de los 80, y que hizo que el sistema financiero español fuera en su momento el más fuerte de Europa, tal como el propio Trichet le reconoció hace cinco años, antes de la actual crisis”.

En la propuesta de Aristóbulo de Juan, que ya adelantó este medio, es el fondo de garantía único, financiado a partes iguales por las entidades financieras y el FROB quien “compraría los activos tóxicos, especialmente suelo, en cuantía suficiente para llegar a un saneamiento total. Se adquirirían a valor en libros después de provisiones, dando por bueno el que reconoce Banco de España”. Actuaría así “a modo de un banco malo, como hizo en la crisis de los 80. No haría falta, pues un banco malo de nueva creación”.

Según De Juan, “el FROB debería aportar anualmente, con cargo a pérdidas, una cuantía igual a la que el conjunto de las entidades financieras aporten a cada uno de los tres fondos de garantía existentes”. Con las aportaciones de las entidades financieras y del FROB estaríamos hablando de cifras anuales entre el cuatro y el seis por mil de los depósitos, cuantía nada desdeñable.

De Juan recalca que “el FROB además prestaría dinero al fondo de garantía, en una cifra que estima alrededor de 90.000 millones, aspecto que permite la ley que creó el FROB. El nuevo fondo unificado dispondría de la financiación necesaria para sus nuevos fines”.

Saneamiento de balances y concentración sectorial

Frente al banco malo, Luis de Guindos prefiere exigir a las entidades el saneamiento de sus balances y promover concentración sectorial. Las entidades más débiles que no puedan hacer frente a ese saneamiento serán absorbidas por las más fuertes. Por el contrario, el resto de entidades podrán hacer frente a esos saneamientos y provisiones con sus propios beneficios y añade que "se podría hacer no en un año sino en varios años".

Las provisiones que las entidades deben realizar para acercar el valor contable de sus activos inmobiliarios al de mercado según las primeras estimaciones del Gobierno rondan los 50.000 millones, algo más del 4% del producto interior bruto, y que podrá absorberse en varios años.
 

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