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España

Andreu deja fuera del caso Bankia el 'pelotazo' del Nuevo Mestalla que salpica a empresas ligadas a Rato

Rodrigo Rato, en uno de sus comparecencias en la Audiencia Nacional.

El frustrado pelotazo urbanístico del 'Nuevo Mestalla' que iba a beneficiar a varias empresas, una de ellas ligada a la familia de Rodrigo Rato, no será finalmente investigado dentro del 'caso Bankia'. Así lo ha decidido el titular del Juzgado Central de Instrucción número 4, Fernando Andreu, que ha dictado un auto por el que rechaza la petición de una de las acusaciones de interrogar a varias personas vinculadas con dicha operación que pretendía terminar las obras del nuevo campo de fútbol del Valencia FC. El magistrado considera que la causa abierta por las supuestas irregularidades en la salida a bolsa de la entidad no debe incluir "las múltiples y muy variadas conductas que se encuentren detrás de las incontables operaciones bancarias y financieras celebradas por las siete cajas de ahorro que, tras su integración, formarían el Banco Financiero y de Ahorro y, más adelante, Bankia".

El juez considera que no le toca a él investigar "las múltiples y muy variadas conductas que se encuentren detrás de las incontables operaciones bancarias" de las siete cajas que se integraron en Bankia

La existencia de puntos oscuros en este proyecto fue denunciado en su día por la propia entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri, que aportó a la causa dos informes forensic detallando los numerosos puntos oscuros del mismo, entre ellos la presencia de una "una sociedad relacionada con la familia Salazar-Simpson, familia de la esposa de don Ramón Rato", hermano ya fallecido del político. Sin embargo, ni la Fiscalía Anticorrupción en un primer momento ni, ahora, el juez Andreu consideran que el sospechoso proyecto sea "objeto de este proceso". En el documento judicial, al que ha tenido acceso Vozpópuli, el magistrado insiste en que su postura ante este caso no es nueva y recalca que ya se ha manifestado en anteriores ocasiones "hasta la saciedad" en el mismo sentido con otras operaciones concretas bajo sospecha. Un posición que, recalca, ya ha sido respaldada por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.

Para Andreu, incluir esta operación en el 'caso Bankia' "significaría comprometer seriamente el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas" de toda causa y, con ello, vulnerar "el principio constitucional de tutela efectiva". En este sentido, asegura que atender la petición implicaría "realizar una investigación puramente prospectiva" ya que considera que el particular que presentó el escrito para que el frustrado 'pelotazo' fuera investigado por la Audiencia Nacional no ha aportado "ningún hecho concreto que avale la necesidad de las declaraciones como útiles para los fines y el objeto de la presente causa".

Uno de los 17 expedientes denunciados

Aunque la decisión del juez Andreu se produce tras una petición de un particular, la propia Bankia era partidaria de que esta operación urbanística fuera investigada por éste órgano judicial. De hecho, este proyecto fue uno de los 17 expedientes denunciados en mayo de 2014 ante la Fiscalía Anticorrupcción por el nuevo equipo gestor de la entidad. En concreto, la nueva dirección de Bankia envió al Ministerio Público los dos forensic que encargó a KPMG y Herbert Smith Freehills para ahondar y diseccionar el entramado de este pelotazo. Incluso de ella llega a hablar el perito del Banco de España Víctor Sánchez Nogueras en el informe en el que asegura que las cuentas presentadas por la entidad en la salida a Bolsa eran falsas.

Los informes de Bankia destacaban en tres ocasiones que en la maraña de empresas que iban a participar en el proyecto había una sociedad vinculada con la cuñada de Rato

Como reconoce el forensic de KPMG, una de las 12 empresas que conforma el Grupo Aedifica, creado en 1974 para realizar proyectos inmobiliarios, tanto civiles como industriales, estaba ligado a Rodrigo Rato. Se trata de la firma Jardines de la Ribera del Tajo SL. La firma fue creada en junio de 2006 y en su accionariado figura una maraña de sociedades en la que participa Inmobiliaria Coso SL, "una sociedad relacionada con la familia Salazar-Simpson, familia de la esposa de don Ramón Rato", hermano ya fallecido del político. Una circunstancia esta última que los autores del documento mencionan en, al menos, tres ocasiones. Precisamente, Jardines de la Ribera del Tajo figuraba en la relación de deudoras de la propia Bankia por "un saldo impagado" de 2,5 millones de euros, como informó este diario. Todo ello en la etapa en la que el que fuera director gerente del FMI ocupaba la presidencia de la entidad.

El pelotazo, abortado en septiembre de 2012 cuando se hizo cargo de Bankia el nuevo equipo gestor, había sido aprobada en diciembre de 2011, cuando la crisis del sector de la construcción estaba en pleno apogeo. La misma contemplaba la creación de NewcoVal, una sociedad al 50% entre el propio banco y la constructora Grupo Aedifica, donde se integra una sociedad de la cuñada de Rato, para asumir la gestión del proyecto urbanístico consistente en la terminación de las obras del Nuevo Mestalla (en la actualidad un proyecto fantasma que necesita más de 100 millones de euros para su finalización), la gestión del desarrollo inmobiliario con posterior venta de la edificabilidad del solar donde se encuentra el actual estadio del Valencia, así como los compromisos asumidos por el equipo de fútbol con las administraciones local y autonómica consistentes en el traslado de la ciudad deportiva de la localidad de Paterna a la de Náquera. Una operación que superaría los 300 millones de inversión y que ponía en un serio riesgo a Bankia, puesto que la entidad financiera era la única firma que procedía a financiar el proyecto en su primera fase. Un riesgo pese a los problemas de liquidez que atesoraban las empresas participantes. 

Sin ningún sentido financiero

El proyecto no contaba con ningún tipo de sentido financiero. De hecho, como reconoce el forensic de KPMG, dos de las 12 empresas que conforma el Grupo Aedifica presentaban pérdidas en los ejercicios 2009 y 2010, siendo las de este último casi 3 veces mayores que en 2009. Los números rojos de Terrenys Beguda Alta y Sama Nein se elevaban hasta los 3,4 millones de euros. Además, otro dato que muestra la peligrosidad de la operación es que el 85% de la deuda financiera del grupo, que alcanzaba a cierre de 2010 los 102,6 millones de euros, estaba contraída con Bancaja. Precisamente la auditora KPMG ponía el énfasis en este aspecto. "La estructura de dicho endeudamiento entre largo y corto plazo se ha modificado de forma sustancial de un año a otro (2009 a 2010), en el sentido de que mientras en 2009 un 70% de la deuda era a largo plazo, en 2010 dicho porcentaje llega a ser de un 89%. Esta modificación podría significar que el Grupo ha obtenido refinanciaciones y carencias para sus préstamos con entidades bancarias con el fin de aplazar el pago de los mismos", sostenía el informe de la consultora.

El equipo de Goirigolzarri entregó en mayo de 2014 dos informes 'forensic' que destapaban las múltiples irregularidades del frustrado 'pelotazo' del Nuevo Mestalla

Los datos que tenía Bankia a 26 de julio de 2012 reflejaban que la entidad contaba con un capital dispuesto en relación con las sociedades del Grupo Aedifica de 112,8 millones. De esta deuda, un total de 11 millones representan saldos impagados, relacionados principalmente con operaciones de Residencial Náquera Golf, por 7 millones de euros; y Jardines de la Ribera del Tajo SL, por 2,5 millones. Del total del resto de la deuda, 98 millones estaban clasificados por Bankia como riesgo subestándar (con alta probabilidad de impago), con una dotación de provisión entre un 15% y un 25%, de acuerdo con la estimación realizada por los analistas de crédito del banco.

¿Por qué se realizó esta operación? Ante la falta de sentido financiero, el proyecto se aprobó en un momento de importantes tensiones internas dentro de la incipiente Bankia. Concretamente, en la dura lucha de poder que mantuvieron José Luis Olivas y Rodrigo Rato, presidentes de Bancaja y Caja Madrid, respectivamente, que culminó con la salida del expresidente de la Generalitat de la entidad. "Rato sacó adelante la operación para ganar puntos ante el mundo del empresariado valenciano en ese contexto de disputa con Olivas", sostienen fuentes conocedoras del proyecto. En el contexto también hay que tener en cuenta que la aprobación de esta compra de terrenos se produjo casi en paralelo a la intervención del Banco de Valencia por parte del Banco de España.

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