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España

Cosidó planea gastar tres millones de euros en ‘militarizar’ los galones de los policías

Imagen de archivo de Ignacio Cosidó, director general de la Policía.

La Dirección General de la Policía ultima una orden interna para fijar de modo exhaustivo la uniformidad de sus agentes y, de paso, cambiar de manera significativa las divisas que lucen ahora éstos para identificar sus escalas y empleos. Una modificación que no gusta a los representantes sindicales de los agentes, que ven en los nuevos emblemas reminiscencias militares que chocan con el carácter civil del cuerpo. Además, denuncian que la renovación de estos distintivos para los 65.000 agentes supondrá al erario un gasto de cerca de 3 millones de euros, según aseguran que les han reconocido en privado altos cargos de la propia Dirección General. Desde el departamento que dirige Ignacio Cosidó se asegura, sin embargo, que aún no hay una memoria económica que cuantifique el desembolso y que, además, éste se hará de modo "gradual" y "repartido en varios años". 

Cosidó pretende que todos los distintivos luzcan una corona real y que se introduzcan los galones en 'v', algo que no convence a los sindicatos policiales

Los cambios se abordaron el pasado miércoles en una reunión que mantuvieron altos cargos de la Dirección General y los representantes de los sindicatos de la Policía. En la misma, la primera defendió la necesidad del cambio de divisas para conseguir “más visibilidad” para los miembros del Cuerpo Nacional de Policía cuando éstos asisten a reuniones internacionales, donde, aseguraron, la Guardia Civil les ‘gana’. “Tenemos que conseguir hacernos más visibles, que se nos identifique con los grados de la Guardia Civil, que cuando vamos a reuniones [en el extranjero] se vea que un Inspector Jefe es como un comandante”, afirmó uno de los responsables de Interior en aquella reunión, según aseguran a este diario desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP), la organización mayoritaria entre los agentes y la más crítica con la nueva protesta.

 

De hecho, ese intento de acercar el aspecto de las divisas que actualmente lucen los integrantes del Cuerpo Nacional de Policía a las de los guardias civiles, que son las mismas que las del Ejército, es lo que ha provocado los primeros recelos sindicales al considerar que el cambio es un paso más en una “militarización”. Una 'tendencia' que, recalcan, comenzó con una circular interna en abril del año pasado que recordaba la obligatoriedad del saludo y continuó al mes siguiente cuando se pretendió incluir una canción militar en determinados actos protocolarios. El nuevo proyecto de Interior, a cuyo borrador ha tenido acceso este diario, contempla como hecho más llamativo la inclusión por primera vez en la divisas de una corona real en "oro y gules (rojo)", hasta ahora inexistente en dichos distintivos y que no termina de convencer a los representantes de los sindicatos. Desde el SUP se insiste que la Constitución determina que la Policía depende orgánicamente del Gobierno y no del Rey que sí tiene el mando de las Fuerzas Armadas. Por ello, consideran que la inclusión de dicho elemento ornamental “no está justificado”.

De once a dieciséis

Además, destacan que de las once divisas actuales se pasa a 16 al incluirse cinco nuevas, entre ellas cuatro que no servirán para determinar el grado del agente, sino su puesto de responsabilidad. Estas últimas son criticadas por los representantes de los sindicatos que sólo las entienden “para justificar el ego de los mandos que quieren que además de que son comisarios se sepa bien claro que ocupan tan o cual puesto”. De hecho, estos nuevos emblemas están pensados exclusivamente para el director adjunto operativo, los subdirectores de la dirección general, los jefes de división y los jefes superiores de cada comunidad. Para conformarlos, la Dirección General ha decidido dejar a un lado las hojas y coronas de laurel características del cuerpo, y utilizar, además de la corona real, bastones de mandos y entorchados, que irán de uno a cuatro según la categoría del mando que las porte. “Recuerdan a los galones de la Marina”, critican desde el SUP que consideran que es una muestra más de la militarización de las divisas.

El proyecto contempla cuatro nuevos distintivos destinados a destacar el destino de los altos mandos del Cuerpo Nacional de la Policía

Sin embargo, este giro hacia lo castrense no se reduce a estos emblemas. La pretensión de Interior es que a las hojas y coronas de laurel que hasta ahora servían para distinguir el grado de los agentes junto a entorchados y enmarcados, incorporen nuevos elementos, como galones en ‘v’ y serretas, que tampoco gustan a los representantes de los agentes por los ‘aires’ militares que incorpora a los uniformes. Además, desde el SUP se quejan de que el nuevo emblema para los inspectores jefes vulnera la división de categorías entre policías que fija la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de 1986 al incluir elementos de la escala superior, lo que puede provocar confusiones.

Pero la mayor crítica hacia los nuevos cambios la dirigen desde este sindicato al coste económico de un cambio que obligará a dotar de los nuevos distintitvos a los 65.000 agentes con los que cuenta en la actualidad el cuerpo. En la orden que pretende sacar adelante, la Dirección General reconoce que su implantación se hará de modo escalonado “conforme lo vayan permitiendo las disponibilidades presupuestarias”, aunque sin especificar en ningún momento ni la cuantía y en que periodo de tiempo se hará. Esa indefinición es el argumento que, de hecho, ayer esgrimían desde el equipo de Cosidó para defender la medida y rechazar las críticas: "No hay memoria económica aún ni fecha para la aprobación de la orden"

Sin embargo, desde el SUP se asegura que miembros del equipo de Cosidó han reconocido verbalmente en las reuniones que la reforma costará cerca de 3 millones de euros, un dinero que el sindicato cree que debería gastarse “en resolver las verdaderas necesidades” de la Policía, y no en detalles “ornamentales”. De hecho, aseguran que su gran esperanza en esta negociación no es tanto convencer a Interior de lo innecesario del cambio sino que el Ministerio de Hacienda se oponga al mismo por superfluo en la actual situación de crisis.  

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